«Bande de filles» Las chicas duras bailan solas

Poco o nada novedoso nos descubre la cineasta Céline Sciamma en este nuevo acercamiento a las vivencias de un barrio periférico descritas desde el punto de vista de un grupo de jóvenes cuya brújula existencial se limita a vivir el minuto a minuto de una rutina que transcurre momentáneamente en habitaciones de hotel que -a ritmo de bebidas, música y ropa sustraída de tiendas- pretenden transformar en ese idílico hogar que no tienen en sus respectivas vidas y que, al parecer, nunca tendrán. Sciamma nos descubre que el fenómeno choni tiene en su propia universalidad sus características e identidades propias. Da igual que la acción transcurra en un polígono madrileño, de Barakaldo o París, la perspectiva de las jóvenes resulta tan limitada en sus pretensiones que la cineasta, en un intento por dotar de un mayor empaque a su protagonista, diseña para ella una difusa ruta vital y afectiva atrapada en la telaraña social a la que se ve abocada. Dividida en cuatro partes diferenciadas por fundidos en negro, asistimos al periplo errante de una joven que intenta encontrar su lugar en el mundo en compañía de un grupo de chicas que la iniciará en el arte de vivir el día a día a golpe de música, peleas, robo de ropa, complicidades en hoteles e interminables selfies. Por supuesto, y tal y como dictan los cánones en este tipo de producciones, la joven se asomará a las fauces del abismo social y titubeará al borde de él.