SEP. 28 2014 62 EDICIÓN DE ZINEMALDIA 20.000 días en la Tierra Iratxe Fresneda Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual Suelo evitar las despedidas, prefiero quedarme con el suspense de las historias en suspenso. Así que, de vez en cuando, actúo en consecuencia. Diré hasta luego a Donostia y a su festival, diré hasta pronto mientras se posa en mi retina el inabarcable y precioso artefacto audiovisual de Ian Forsyth y Jane Pollard que es «20.000 días en la Tierra». Centrado en el trabajo creativo del polifacético artista Nick Cave, esta es una de esas películas, que como el propio Cave confirma en la cinta, parte de la realidad para hacernos viajar por el mundo ficcionado que rodea a su obra artística. El que viaja con la banda de rock postpunk «The Bad Seeds» consigue, en esta película, que el espectador, sea o no fan, entre en su complejo universo creativo alimentado por la lectura, la vida, la escritura... Cave es un artista, de los que los son y lo parecen, lejos del estereotipo de rudo australiano, afincado en el sur de Inglaterra, su porte es el de un gentleman de otros tiempos pero que sin embargo levita por encima de las modas y los tiempos. Es una experiencia, casi religiosa verle crear, hablar, reflexionar mientras la cámara lo persigue en los senderos de sus claves. La realización y el montaje de Iain Forsyth y Jane Pollard es simplemente brillante, captan a la perfección, como si no hubiera esfuerzo en ello, eso intangible que es Nick Cave, el personaje y el ser humano a la vez. Forsyth y Pollard, que trabajan siempre juntos, se conocieron estudiando Bellas Artes en Goldsmiths College de Londres y se dieron a conocer con «A Rock `n' Roll Suicide», una recreación minuciosa y en directo de la última actuación de David Bowie como Ziggy Stardust, 25 años después del evento original. Con ellos, con la música de Cave despido un festival en el que hemos disfrutado del cine y que en su 62 edición regala la Concha de Oro a «Magical Girl».