«Samba». El africano que quiso legalizar su situación en Europa

Pocos creían en que pudiera haber vida para Eric Toledano y Olivier Nakache después del arrollador éxito internacional de «Intocable», pero con «Samba» dejan claro que lo suyo no fue flor de un día, y que no han perdido la facilidad para conectar con el gran público sin dejar de hacer buen cine, que es lo más difícil de conseguir. Vuelven a dar en la diana, y además profundizan en el estilo personal de comedia social que vienen desarrollando con Omar Sy como actor fetiche.

Omar Sy lleva a cabo en «Samba» una actuación más completa que en «Intocable», debido a que en esta ocasión combina su habitual registro humorístico con otro más dramático. Aunque él nació en el Estado francés, es hijo de inmigrantes: su madre era de Mauritania y su padre senegalés. Por eso no tiene problemas para meterse en el papel de un ilegal que llegó de Senegal diez años atrás, y que en todo ese tiempo no ha podido obtener el permiso de residencia, ni legalizar su situación.

Toledano y Nakache describen el día a día del sufrido protagonista en un tono paródico, para burlarse del sinsentido que supone que haya personas a las que se les niega el derecho a trabajar y la posibilidad de ayudar a las necesitadas familias de sus países de origen en el continente negro. Los incidentes en los que se ve envuelto, con persecuciones policiales por los tejados de París, resultan rocambolescas y fuera de lugar en una Europa que se dice desarrollada.

Esta vez no tiene una pareja cómica como la que formaba con François Cluzet, aunque cuando comparte escenas con Tahar Rahim la química intercultural funciona nuevamente de maravilla, e incluso de un modo más complejo, toda vez que el actor de origen magrebí se hace pasar por brasileño, convencido de que los inmigrantes procedentes de América del Sur son mejor tratados que los del Norte de África. Aquí el emparejamiento estelar es de naturaleza más romántica, gracias a la presencia femenina de Charlotte Gainsbourg, que borda la caricatura de la ejecutiva estresada que se pasa a la asistencia social y se enamora del sin papeles al que intenta ayudar.