OCT. 03 2014 Un análisis con perspectiva Crisis? What crisis? La situación que atraviesa el equipo no es nueva, no es dramática y está en la mano de los jugadores y el propio Valverde salir de ella. Joseba VIVANCO «Ser delantero es difícil, pero siempre es mejor que trabajar». Totó Schillaci A Ernesto Valverde, al que le gusta cuidar las palabras y medir sus comentarios, se le ocurrió mentar la bicha en la previa del partido en Bielorrusia y citar la palabra crisis, aunque, querido lector, nunca se tome usted a la literalidad un titular o una frase entresacada en gruesa tipografía, porque muchas veces nada tiene que ver con el tono ni la intensidad de la conversación en que se produce. Pero llegó Valverde y, a sabiendas o no, dejó escapar la bicha, la crisis. Carnaza. Lo peor no fue eso, conceder ventaja a los rivales de la pluma ágil, sino que nadie, ni el propio técnico se imaginaba la descorazonadora imagen ofrecida por el equipo en Borisov. Y por eso ningún aficionado que se frotaba los ojos sentado ante el televisor y maldecía sapos y culebras, pasó por alto como una anécdota más la tocada y hundida estampa de Txingurri en el banquillo. Una imagen vale más que mil palabras y la de Valverde fue de Premio Pulitzer a la mejor fotografía. Como diría el argentino Alfio Bassile, «yo a mis equipos los coloco bien en la cancha, lo que pasa es que cuando empieza el partido los jugadores se mueven», pero el de Viandar de la Vera asumió culpas -probablemente en un ejercicio que va en el sueldo-, que las tendrá, pero seguramente no más que sus jugadores. Para las tertulias, sobremesas y ríos de tinta varios en papel impreso, está bien lo de teorizar sin que se exija carnet de entrenador sobre quién debe jugar de la dichosa media punta, que parece ser la solución a todos los males. Porque el nivel de juego de unos y otros, de este o aquel jugador, no hace falta ser muy ducho en la materia para percibirlo. Ni Gurpegi o Iraola están a día de hoy atravesando una segunda juventud, ni Balenziaga es el de hace unos meses, Iturraspe parece estar buscando a Iturraspe, ni Susaeta está fresco, ni Ibai es la solución. La campaña pasada Valverde tuvo que dar con la clave del medio campo y tardó, más allá de que los resultados acompañaran. De buenas a primeras se ha quedado sin Herrera, que al 40 o al 90%, pero era el encaje de bolillos perfecto para los Susaeta, Iraola, De Marcos y compañía. Y toca volver a andar lo ya andado. Y cuesta. Muchas bajas en poco tiempo En el fútbol, y más en un club como el Athletic, no se puede perder la perspectiva. De la misma forma que resultaría tramposo hablar de los ritmos en la consolidación del uso del euskera en nuestro país si obviáramos los cuarenta años anteriores de represión lingüística, en la trayectoria última del Athletic no se puede barrer bajo la alfombra la marcha de jugadores como Llorente, Javi Martínez, el mejor Amorebieta o Herrera. Y eso sin posibilidades de recambio a corto plazo, con permiso de los Rico, Beñat o Sola. El Athletic se ha clasificado tres temporadas para jugar en Europa los últimos cuatro años, algo que no sucedía desde... Quiere decir que estamos ante un grupo, con entradas y salidas, en crecimiento, en consolidación, con lógicos altibajos como los de cualquier futbolista que no ha llegado a su etapa de madurez. Ganar en Old Trafford, jugar finales, saborear las mieles europeas con más asiduidad, estrellarse en Borisov... Todo suma en ese aprendizaje. Lo que hoy le sucede al equipo no es nuevo ni será la última vez. El vestuario está tocado, el cuadro técnico está tocado, y no es la primera vez. Ahora toca reflotar la nave una vez más. Y, por dios, hablamos de futbolistas `hundidos anímicamente'... ¿Qué dirá entonces el currela al que con 50 años le acaban de anunciar su despido, o la madre soltera y sin trabajo que acaba de recibir el anuncio de deshaucio? Esto es fútbol, ya saben, la cosa más importante de las menos importantes. Y lo peor a corto plazo qué puede ser, ¿que el Madrid te haga cuatro, cinco? El futbolista, en general, debería de dejar alguna vez de verse como el ombligo del universo y sacarse las castañas del fuego como cualquier otro ciudadano de a pie `hundido anímicamente', que por desgracia hay muchos en este mundo. Ponerse en la tesitura de ese nuevo integrante de la lista del paro o de esa nueva sin techo, y apretar los dientes y salir de esta. En la mano de los jugadores Si todas las crisis fueran como las del Athletic ahora mismo, bienvenidas sean. Salir está en sus manos, no en la de una afición que estaba a las maduras y estará a las duras, eso sí, si hay reciprocidad. «Al equipo le pido concentración. Un médico tiene que estar doce horas concentrado para que no se le muera el paciente; yo pido 90 minutos nada más...», que reclamaba Carlos Salvador Bilardo. Perspectiva, señores. Y al lío, que diría el amigo Jokin. Valverde no vio venir lo de Borisov y ese es su mayor error. Ahora ya tiene el diagnóstico completo. Y si los jugadores pasan de las palabras a los hechos, no hay porqué dudar. Así que, echando mano del título del cuarto álbum del mítico grupo británico Supertramp, publicado en 1975, ``Crisis? What (Qué) crisis?''. Antes de viajar a Ucrania jugará en viernes No sabemos si las quejas habrán surtido su efecto, pero el Athletic jugará en viernes antes de viajar a Ucrania para medirse al Shakhtar el martes 25 de noviembre. Esa jornada liguera, los rojiblancos recibirán el 21 de noviembre en San Mamés al Espanyol, a partir de las 20.45. Entradas para Oporto a través de la web del club. Desde ayer y hasta el domingo, los socios pueden inscribirse a través de la web del club para comprar una de las 2.000 entradas que el Porto ha enviado a Bilbo para el partido del 21 de octubre. El precio de cada una es de 45 euros y el sorteo se celebrará el próximo lunes.