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HEMEROTEKA

Hay culpables, pero no es Teresa


(...) Teresa fue una enfermera que se ofreció voluntaria para atender a aquel enfermo con una infección tan peligrosa. Desde el punto de vista del Gobierno y de los medios informativos que transmiten sus especies el problema finalmente está en que Teresa cometió un error.

Ya puestos, cabe dar un paso más en esa interpretación de los hechos e imaginar que desde el primer momento Teresa se ofreciese voluntaria con la intención de contagiarse deliberadamente para comprometer a la ministra Mato y al presidente Rajoy (...).

Pues no, el origen del problema está en este Gobierno. El verdadero virus es esta política que está destrozando sin misericordia la sanidad y la salud pública. El verdadero virus se llama Rajoy, Mato, Ignacio González, Javier Fernández-Lasquetty y el nombre de todos los presidentes y consejeros de sanidad de comunidades autónomas que están privatizando lo público. Y esto, que lo padecemos todos, quien lo viene denunciando desde el principio son los trabajadores de la sanidad, los profesionales. Esos profesionales a los que se refirió Rajoy en el Parlamento contestando a una pregunta pactada con el representante del primer partido de la oposición, Sánchez. «Dejen trabajar a los profesionales de la sanidad», dijo, cuando precisamente es este Gobierno el que les impide trabajar adecuadamente quitándole cada día los medios necesarios para su trabajo.

(...) El problema es él, Rajoy, y toda esa gente. El problema son esas personas, además de corruptas, incompetentes que toman decisiones irresponsablemente, como traer a un enfermo sumamente contagioso sin adoptar en consecuencia las medidas adecuadas. Falló todo, lo hicieron todo mal, la culpa es suya, de las autoridades políticas. No de Teresa, quien se ofreció voluntaria confiando en que la media hora de explicaciones para evitar el contagio era suficiente (...), quien confió en que los responsables políticos, Rajoy y Mato, eran personas responsables.

Y ahora esos irresponsables la hacen chivo expiatorio de sus delitos, dicen que ella es la causante del pánico. Ella, su marido y su perro. Menos mal que un representante de la oposición pacta la pregunta en el Parlamento para que el presidente pueda leer la contestación. Podemos estar todos tranquilos, esa gente nos protege.