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HEMEROTEKA

Dilma: una victoria de la izquierda


Por cuarta vez consecutiva, el Partido de los Trabajadores -PT- gana las elecciones presidenciales en Brasil que, también por cuarta vez, se han convertido en un plebiscito entre candidatos del PT y del PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña, el partido de Fernando Henrique Cardoso). (...) Serán por lo menos 16 años seguidos de gobiernos del PT, el período más largo de continuidad de un partido en el gobierno en período democrático en Brasil. Lula decía que era mejor ganar en segunda vuelta, porque en la contraposición de dos proyectos, las alternativas y sus diferencias quedan más claras. (...)

La oposición jugó fuerte en dos planos, valiéndose del monopolio de los medios de comunicación: por una parte, una supuesta crisis económica, que tendría reflejos en el descontrol inflacionario, en el desempleo, en el estancamiento económico. Una encuesta de Folha de São Paulo ha revelado que una de las razones del crecimiento de Dilma ha sido el fracaso de ese terrorismo económico. La gran mayoría de los brasileños son optimistas respecto a la situación económica de Brasil, creen que la situación mejorará el próximo año, que los precios están bajo control y que los salarios van a aumentar.

El otro tema central son las denuncias de corrupción, que en el último período de la campaña se han concentrado sobre Petrobras. El cansancio respecto a la campaña de denuncias -tantas de ellas sin pruebas- ha hecho que ese tema perdiera efecto.

La campaña de Dilma Rousseff, conducida por ella y por Lula en todo el país, asociada a una gran participación de la militancia del PT y de toda la izquierda, logró convencer a la gran mayoría que las conquistas fundamentales de los gobiernos del PT estarían en riesgo, caso ganara la oposición. A la vez, la contraposición de las trayectorias personales y políticas de los dos candidatos sirvió para enaltecer las cualidades de Dilma. (...) Se fue diseñando, una situación en que el nivel de rechazo de Aécio superaba el de Dilma, prenunciando un viraje que se consolidó a lo largo de la última semana, hasta llegar a la victoria. La militancia de izquierda ganó las calles de todo el país; la segunda vuelta fue de una clara contraposición entre izquierda y derecha, lo que configuró el viraje y el triunfo de Dilma.