DEC. 11 2014 Recuerdos del último Bilbao Basket-Real Madrid Cuando un partido normal estuvo cerca de ser el final La fallida negociación de patrocinio con IMQ precipitó el plante de los jugadores bilbainos, en un contexto de desaparición que estuvo a punto de llegar. La plantilla del Real Madrid mostraría su rostro más solidario. Arnaitz GORRITI Hay partidos que son normales, otros que se denominan finales y alguna vez, el final. Bilbao Basket jugará el domingo un partido «normal» ante el Real Madrid, un partido que poco tendrá que ver con el disputado el pasado 23 de marzo, en el que, en vísperas de la huelga de jugadores a causa de los impagos de la directiva que comandaba Gorka Arrinda, cerca pareció estar el final de Bilbao Basket. El anuncio de que el Igualatorio Médico Quirúrgico -IMQ- iba a ser el patrocinador de Bilbao Basket hasta 2018 -13 de marzo- abría una ventana que traía consigo la calma, pero aquello se vino abajo pronto. Desde el propio IMQ se negó tajantemente tal acuerdo, paralizándose primero la negociación -19 de marzo- hasta que Bilbao Basket no le remitiera un «plan de gestión para conocer su situación real», y dar después por rotas estas conversaciones -21 de marzo- ante la evidencia de que, según su opinión, ««el proyecto de Bilbao Basket no tiene ninguna viabilidad». Más aún, IMQ descartaba por completo que esas conversaciones fueran a retomarse nunca, al tiempo que mostraba cierto descontento con el proceder de Bilbao Basket, por «tratar de forzar un acuerdo empleando a los medios como trampolín para ello». Anuncio de huelga Los jugadores, a partir de ese momento, decidieron plantarse. «Ante las últimas noticias sobre la situación y viabilidad económica del club, y a pesar de las falsas promesas que se nos dieron en verano, la incertidumbre que vivimos toda la plantilla ha hecho que lleguemos a un límite», explicaba Alex Mumbrú, en una de las ruedas de prensa más sombrías que se recuerdan. «Vamos a jugar y a dejarnos la piel otra vez por respeto a los aficionados, y el lunes vamos a solicitar formalmente la huelga», explicaba el alero badalonés, en calidad de capitán de los hombres de negro. «Nos sentimos manipulados», añadía Germán Gabriel. «Hemos tenido 300.000 reuniones, y por cada atisbo de esperanza llegábamos al día siguiente al entrenamiento con una sonrisa diría que estúpida», declaraba Roger Grimau. «Las deudas con el equipo son más importantes de lo que se dijo, a lo que hay que añadir las deudas pendientes del año pasado. Tomamos esta decisión porque llegamos a un punto en el que lo único que nos queda es defender nuestros derechos, nuestras vidas y nuestras familias», remataba Mumbrú. Gestos que no se olvidan «Tengo la facilidad de aprender de las cosas malas y borrarlas de mi cabeza. Eso ha pasado y creo que ha pasado a segundo plano. Ahora pensaremos solo en baloncesto», declaraba el propio Mumbrú esta semana de diciembre. Entre medias, un verano de tensión, patrocinio y resurrección, y ganas de superar aquella pesadilla. Pero aquel 23 de marzo todo estaba a flor de piel. La derrota por 73-87 ante el Real Madrid, con las ausencias de Raül López y Hervelle, es algo de lo que nadie se acuerda. Pero sí del pasillo que los jugadores del Real Madrid hicieron a los hombres de negro, o los cánticos y pancartas solidarias de la afición que llenó el Bilbao Arena. Como también quedarán en la retina las lágrimas de Grimau, aunsente ya por Miribilla, y las de más de un aficionado. De todo aquello, lo mejor será que Mumbrú tal vez regrese a hacer piña el domingo y entone otra vez el «Bat, bi, hiru, Bilbo!!!», que nunca dejó de retumbar. Semana terrorífica Desde el anuncio de patrocinio de IMQ hasta que este rompía toda negociación con Bilbao Basket pasó una semana, siete días en los que los jugadores de Bilbao Basket vieron que aquel proyecto se moría. En verano se salvó. Un partido más. «Es un partido importante porque jugamos contra un equipo que aspira a ganarlo todo, mientras que nosotros aspiramos a luchar cada partido, pero nada más», explica Mumbrú. El tiempo esta vez jugó a favor.