«Sin hambre no hay nada que hacer», «odio la palabra colchón», «las victorias muchas veces te hacen empeorar»... Gaizka Garitano ofreció ayer un muestrario inmejorable de su filosofía competitiva.

Y eso que los últimos días, con la excepción del duro tropiezo copero, han sido magníficos. Por primera vez esta temporada, el Eibar ha celebrado dos triunfos consecutivos, lo que le sitúa en el noveno puesto de la tabla. Tiene un colchón de nueve puntos sobre los cuatro últimos clasificados, lo que, suceda lo que suceda en sus dos últimos, y complicados, compromisos ligueros del año, le permitirá disfrutar del parón navideño fuera de los puestos de descenso. Bien, pues ese es, precisamente, el discurso del que huye Garitano como de la peste. De hecho, lo que más le preocupa ante su visita al Sevilla es que tanta satisfacción se traduzca en que «nos falte el hambre. No tenemos que dejar de tener hambre. Porque si no jugamos al 200%, nos convertimos en un equipo vulgar. Y después de dos victorias consecutivas, se puede notar en el hambre, somos humanos. Por eso los entrenadores lo tenemos que subrayar».

Igualmente amenaza con saciar, más que con restar presión, la plácida situación clasificatoria de los azulgranas. «No nos debe suponer ni menor presión, ni más tranquilidad -sentencia el técnico-. El día que tengamos menos presión, nos va a ir mal». Garitano reconoce que «nadie nos va a decir nada si perdemos en Sevilla» pero por eso mismo aboga por «ponernos nosotros mismos la presión, presión de la buena, a partir de nuestra exigencia. Tenemos que ir presionados, sin tranquilidad. Porque si empiezas a pensar así, empiezas a pensar en el colchón, que es una palabra que odio, cada vez vas a ir a peor, vas a tener menos tranquilidad, más presión, menos puntos... En definitiva, te va a ir haciendo peor».

En ese sentido, Garitano lo tiene claro. Aunque parezca un contrasentido, nada hay mejor que una victoria, aunque sus consecuencias sean a veces nefastas. «Las victorias muchas veces te hacen ser peor», asegura. Por eso, tras hartarse a recibir felicitaciones por la goleada del domingo, esta ha sido una de esas «semanas un poco para el entrenador, en las que toca recordar quiénes somos».

Un rival complicadísimo

Sobre todo porque el Eibar se encontrará mañana a un equipo muy diferente del Almería. Un Sevilla que «no ha perdido en su estadio desde febrero», subraya Garitano, y que se sitúa a la cabeza de los equipos terrenales. «El Barcelona y el Real Madrid están por encima de todos, lo que hace el Atlético es increíble, y en el siguiente grupo el primero es el Sevilla. A nivel de clasificación y a nivel de sensaciones. Tiene 22 jugadores buenísimos de nivel mundial».

Quizá por eso, al entrenador vizcaino no le preocupa tanto lo que vaya a hacer la escuadra de Unai Emery -«ya sabemos de qué son capaces y de que va a ser un partido dificilísimo», asume-, como su propio equipo. «Tenemos que hacer un gran partido. Hasta ahora hemos estado bastante cómodos en los partidos fuera de casa pero tenemos que dar otro paso adelante», aseguró el técnico, que ejemplifica recordando el buen papel de los suyos en Vigo. «Lo hicimos muy bien, supimos sufrir, pero si en el Pizjuán hacemos lo mismo que en Vigo, no ganaremos», avanza. Recuerda que del Pizjuán «los equipos suelen salir goleados y si nosotros no ofrecemos nuestra mejor versión, también nos puede pasar. Pero si rendimos al 200%, con gran concentración, mucha intensidad, una capacidad de sufrimiento como la que tuvimos en Vigo..., podemos hacer algo», confía.

Y espera, sobre todo, que sus hombres muestren «nuestra ilusión y motivación por jugar allí. El Eibar no tendrá la posibilidad de hacerlo muchas veces y por eso tenemos que valorarlo y aprovecharlo. Carpe diem, hay que aprovechar el momento, disfrutar de la oportunidad que tenemos de jugar un partido como este», subrayó.