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Reencuentro con el triunfo

El complicado triunfo de la sencillez

Contundencia defensiva y acierto rematador permitieron al Eibar reencontrarse con la victoria tras el tropiezo en el último encuentro del año. A dos jornadas del ecuador liguero, los azulgranas alcanzan los 23 puntos y se colocan en la octava plaza.


ESPANYOL 1

EIBAR 2

La sencillez ha sido históricamente una de las virtudes del Eibar. O defecto, en opinión de alguno, aunque ha sido la fidelidad a unos planteamientos muy simples, basados en un puñado de normas absolutamente elementales, lo que le ha permitido sobrevivir, con evidente éxito, hasta ahora. Claro que la sencillez en la concepción no se traduce en una ejecución así de fácil. El modelo económico que ha hecho famosa a la entidad armera es un buen ejemplo. Y la victoria que celebró ayer en Cornellà-El Prat también.

Porque no hay ingredientes secretos en la fórmula que aplicaron los azulgranas para reencontrarse con el triunfo: concentración defensiva, eficacia ofensiva, capacidad de sufrimiento y poco más. De primero de preescolar de entrenador. En la teoría. Porque para llevar la fórmula a la práctica, y sobre todo para que dé resultados, hay que adecuar el tamaño de las barricadas al empuje de un rival que también quiere la victoria, superar la presión para acercar el balón al área opuesta en situación de peligro, elegir el momento y el lugar adecuados para disparar a portería, hacerlo con la convicción necesaria, desoir las advertencias de cansancio del propio cuerpo en plena reacción del adversario...

Pues todo eso lo hizo bien el Eibar ayer. Y no es la primera vez. De ahí que comience el año con el mismo título honorífico con el que cerró 2014, el de mejor equipo vasco. A dos jornadas del ecuador liguero, los eibarreses son octavos y alcanzan ya los 23 puntos. Y lo que es más importante aún, ni el comprensible, y ajustado, tropiezo frente al Valencia con el que concluyó el año, ni el parón vacacional, han cortado la trayectoria ascendente que venía marcando la escuadra armera, que en las cinco últimas jornadas ha unido a la buena impresión general unos números de lo más esperanzadores: tres victorias, un empate y una sola derrota. En positivo, además, se han saldado sus tres últimos desplazamientos, a Vigo, Sevilla y Cornellá. Solo cuatro equipos, de hecho, lo han hecho mejor que el Eibar a domicilio hasta ahora.

Del frac al buzo

Y todo ello variando nombres e incluso dibujos pero no fundamentos. El objetivo siempre es ganar, sin especulaciones y sin locuras, y con la protección de la portería propia como primer paso. Se mantuvo ayer, pese a que, efectivamente, hubo novedades. Las esperadas, en cualquier caso. Gaizka Garitano recuperó la defensa de cuatro hombres, en la que Lillo regresó al lateral derecho y Borja Ekiza, emparejándose por vez primera con Raúl Navas, sustituyó al sancionado Raúl Albentosa, que se perdía sus primeros minutos de la temporada. En el centro del campo era Jon Errasti el que regresaba, y para ponerse el brazalete de capitán. Y por arriba, Capa recuperaba el ala diestra para dejar a Manu del Moral ejercer de Arruabarrena.

Lo hizo con nota. No cabe imaginar dos futbolistas más diferentes pero el andaluz, cada día más cómodo, supo renunciar al frac para enfundarse el buzo de mahón. Aunque tampoco renunció a pasear su calidad por el área rival, que no en vano es por lo que le fichó el Eibar. Suyo, de hecho, fue el primer gol del partido. Y también casi todas las ocasiones de peligro del primer tiempo.

Que no tardaron en llegar. Porque aunque en un primer tramo equilibrado, fue el Espanyol el que se hizo con el balón, las mejores ocasiones le correspondieron al equipo guipuzcoano. A los diez minutos, Capa y Manu fabricaban una jugada que Bóveda, llegando solo al segundo palo, no pudo culminar por milímetros. El propio Manu firmó una arrancada desde el centro del campo para enviar un disparo raso desde la frontal ante el que se tuvo que lucir Kiko Casilla. El Eibar se gustaba ante un rival desnortado y hasta Jon Errasti, tan poco acostumbrado a estos lances, se atrevió a pisar el área. Se le notó porque el magnífico pase de Piovaccari se le quedó atrás al eibarrés.

Si no a la tercera, el gol sí llegó a la cuarta. Y por partida doble. Lillo y Saúl fabricaron la jugada por la izquierda, llegó hasta línea de fondo el asturiano para servir a la incorporación de Manu, que firmó el 0-1. Cuatro minutos después, el propio Saúl botaba un córner para que Bóveda, otro jugador que al margen del gol firmó una actuación espléndida, cabecease un balón que pudo rozar Piovaccari antes de convertirse en el 0-2.

Imposible imaginar un escenario mejor, con dos goles de ventaja ante un rival que hasta el intento de Sergio García bien abortado por Xabi en el último suspiro previo al descanso, apenas sí había dado señales de vida en las inmediaciones del guardameta vizcaino. Sí lo hizo, lamentablemente, tras el descanso. Blanquiazules y eibarreses se ciñeron al guión, con el pasito adelante de los unos y el pasito atrás de los otros, que si bien amagaron con la sentencia a la contra en un tramo del segundo tiempo en el que parecieron imbatibles, acabaron apurados ante un Espanyol que acortó distancias y amenazó con el empate hasta el final.

No pareció en el arranque de la reanudación que hubiera que sufrir en exceso. En diez minutos el Eibar ya había lanzado un par de contragolpes que invitaban a pensar en el tercero. Llegó, de hecho, aunque Mateu Lahoz acertó al anular el tanto de Piovaccari por ajustadísimo fuera de juego. Con solo dos de desventaja, el equipo de Sergio González se mantuvo vivo. Y aunque los armeros impidieron que diera fluidez a su juego, no pudieron hacer lo propio con sus deseos de reacción. Parecía que no pasaba nada pero el Espanyol no dejaba de acercarse a Xabi que, incluso en su partido más irregular de la temporada, tuvo que firmar un par de intervenciones magníficas. Aún así recortó distancias el cuadro local, con la firma del insistente Caicedo, que estuvo muy cerca del segundo con otro testarazo al larguero. Pero solo cerca. Y eso permitió al Eibar celebrar su sexta victoria del curso, que le deja a un pasito menos de la línea de meta.

«Da gusto ver a este equipo, estoy orgulloso», se congratula Garitano

No hubo peros en el primer partido del año. Se jugó bien, se ganó y el objetivo está un poco más cerca.

No es de extrañar que Gaizka Garitano reconociese regresar a casa «muy feliz». «Son tres puntos muy importantes para nosotros, que nos permiten seguir en una excelente línea», subrayó el técnico, destacando que el triunfo no fue flor de un día. «Las sensaciones están siendo buenas partido a partido».

Ciñéndose al de ayer, destacó que «hemos hecho dos goles en la primera mitad y hemos tenido ocasiones. Al final nos han hecho un gol y en los últimos minutos han intentado el segundo pero no ha llegado». En este sentido, recordó que el Espanyol había «metido muchísima gente arriba en la segunda mitad» y aunque eso permitía al Eibar tener «superioridad en el mediocampo», sus hombres perdían «fácil el balón y no podíamos hacer valer esa superioridad». Sin embargo, recordó que «no han sido muchas ocasiones del Espanyol. Hemos sufrido pero hemos sabido hacerlo». Eso pese a las bajas. Importantes, aunque «no preocupantes», como ya aseguraba el técnico la víspera y repetía ayer tras el choque. «Nunca me preocupan. Otros jugadores han tenido su oportunidad y la han aprovechado. Los futbolistas saben su rol y nunca estoy procupado porque falte gente».

Así, no es de extrañar que Garitano se reconozca «orgulloso del trabajo, da gusto ver a este equipo. Jugando así puedes ganar o perder pero viendo la actitud de los jugadores estoy tranquilo». Posiblemente, también por eso asegure no sentirse sorprendido por los 23 puntos que ha sumado ya su equipo. «Esperaba tenerlos porque trabajamos para tener esos 23 puntos -subrayó-. Hemos hecho partidos para lograrlos».

Sobre todo a domicilio, donde se ve a los azulgranas más cómodos, contrariamente a los tópicos. «El equipo es más para jugar fuera de casa, nos sentimos más cómodos fuera. Jugaría todos en Ipurua, pero al no haber espacios, hay que tener más talento. Fuera estamos más organizados».

Solo Xabi y Dani García han jugado las 17 jornadas

Con Raúl Albentosa en casa, Xabi es ya el único futbolista azulgrana que ha completado las 17 jornadas de Liga -en Copa fue Irazusta el que defendió la portería armera- y firma, por tanto, el pleno de minutos. Sí hay otro jugador que ha participado en las 17 jornadas, aunque no las haya completado. Se trata de Dani García, que supera ahora a Albentosa como el futbolista de campo con más minutos.

El 60% de los puntos, a domicilio

El Eibar ha conseguido 14 de sus 23 puntos lejos de Ipurua. Es el quinto mejor visitante de Primera. Y también el primer debutante con cuatro victorias a domicilio en la primera vuelta desde que lo hiciera el Albacete de Benito Floro hace 23 años.

El equipo estrenó la tercera equipación

Ni de azulgrana, ni de celeste. El Eibar jugó ayer con camiseta, pantalón y medias negras. Es la tercera equipación de los eibarreses para esta temporada, en la que en principio contarán también con una cuarta indumentaria, la conmemorativa del 75º aniversario del club.

La expedición azulgrana regresó en autobús

Como en los viejos tiempos, el Eibar ha pasado buena parte de la noche en la carretera. Aunque viajó a Barcelona en avión, la expedición azulgrana efectuó el viaje de regreso en autobús, nada más concluir el choque.