«La censura solo ha logrado que mucha más gente haya visto el documental»

569.000 espectadores. No está mal, ¿no?

Brutal, estamos eufóricos. Porque a esas personas hay que sumarles todos los que han visto el documental por internet y los miles que han visto los cinco minutos censurados, lo que demuestra que la censura no ha conseguido nada. Supongo que quien nos ha intentado tapar la boca estará muy arrepentido del intento.

No ha sido fácil conseguir que TV3 lo emitiera...

No, pero había que conseguirlo. Cuando llegó el premio de Málaga, hubo ofertas de televisiones privadas, pero Metromuster (la productora) siempre tuvo claro que no era una cuestión ni de derechos ni de dinero. No se había hecho este documental para ganar dinero, sino para hacer justicia, no la de los tribunales, pero sí justicia social. Rodrigo (Lanza) habla muchas veces de la venganza y para él la venganza ha sido este documental.

¿Cómo encararon el trabajo periodístico que acompaña al documental?

Pues con paciencia, como quien busca una aguja en un pajar, que en nuestro caso fue la hemeroteca y decenas de expedientes judiciales que fuimos repasando para encontrar, por ejemplo, el caso de Yuri Jardine, por el que condenaron por torturas a los dos policías del 4F. La contundencia con la que Rodrigo y Mariana afirmaban que los agentes mentían nos hizo ver que teníamos que encontrar otros casos en los que hubiesen participado, y así lo hicimos.

No sin dificultades ni amenazas...

El acoso y la presión fue permanente, aunque muy a lo Torrente. A mí me han llegado a amenazar con cortarme el cuello, pero es más una forma de intentar intimidar, porque de hecho no ha habido ninguna actuación concreta que amenazara mi integridad física, más

allá de identificarme, retenerme y cosas así. Pero no solo a mi, todo lo que ha pasado con el caso 4F ha sido molesto para ellos. Cuando Mariana (Huidobro, madre de Rodrigo Lanza) comenzó a recoger firmas en la plaza Sant Jaume, le requisaron la mesa y cuando alguien se paraba a firmar, un policía le identificaba acto seguido. Todo fue muy difícil, porque además estaba muy sola y no le escuchaba nadie.

A usted le piden 45.000 euros por lo que dice en el trozo censurado. ¿Qué espera?

Tengo una demanda por agravio al honor difícil de razonar por parte del demandante, porque yo no me invento nada. Lo que ponemos en el documental es que él (Víctor Gibanel) era responsable de información y que los informes eran responsabilidad de él. En cualquier caso, defenderé mi libertad de expresión y la libertad de prensa, y si su objetivo es conseguir dinero, no lo va a conseguir.

Para acabar, ¿qué pasa con la Guardia Urbana en Barcelona?

El embrión de las unidades antidisturbios nace con los Juegos Olímpicos y poco a poco, el grupo va creciendo gracias a una dinámica de autojustificación. Es decir, ellos mismos generan unas tensiones que hacen que la clase política se vea obligada a generar más recursos. Por enfrentamientos con los patrulleros, los antidisturbios fueron segregados a la Zona Franca, lo que ayudó a crear ese pequeño gueto policial. Con las ordenanzas de civismo su protagonismo crece gracias a la carta blanca que les otorgan los políticos, que quieren regir y controlar el uso de la vía pública por parte de los ciudadanos. Pero esa dinámica empieza a cambiar con el 15M. De hecho, las ordenanzas del civismo han fracasado, los `skaters' patinan en las plazas y se puede beber en la calle casi en cualquier sitio. La Policía dio un paso atrás, porque también son conscientes de la existencia de las redes sociales, los teléfonos móviles, etc. Desde hace dos años se dan menos casos de abuso.