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Una jornada evoca la masacre de balleneros vascos en Islandia

En setiembre de 2015 se cumplen 400 años de la matanza de 32 balleneros vascos en Islandia. Con motivo de ese aniversario, y tras celebrar en abril en Islandia un congreso académico internacional, el Aquarium de Donostia acoge hoy una jornada de continuidad sobre dicho tema, en el que diversos expertos han ofrecido cinco conferencias.

Un momento de la charla de Xabier Irujo. (Juan Carlos RUIZ/ARGAZKI PRESS)

El Aquarium de Donostia acoge hoy una jornada que daba continuidad al congreso académico internacional celebrado en abril en Islandia sobre el Baskavigín, la masacre de los balleneros vascos. En setiembre de 2015 se cumplirán 400 desde que 32 balleneros vascos murieron a manos de los lugareños en tierras islandesas.

Organizado por el Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada y la asociación Euskal-Islandiar adiskidetza, la jornada ha contado hoy a la mañana con cinco conferencias. Xabier Irujo, del Center for Basque Studies, ha sido el encargado de dar una conferencia sobre la masacre de los balleneros vascos de 1615, en el que ha detallado los días anteriores y posteriores de la masacre que vivieron los balleneros. Los hechos fueron narrados por Jon Gudmunsson, que entrevistó a testigos directos de la masacre e interrogó a las personas que habían colaborado y cometido la matanza.

Pesadilla en tierras islandesas

Xabier Irujo ha explicado con todo lujo de detalles la travesía de los balleneros vascos por Islandia. La pesadilla comenzó el 20 de setiembre de 1615, cuando los tres barcos en los que llegaron los 86 hombres se hundieron de noche por culpa de una tormenta en Reykjarfjördur. Solo 83 hombres sobrevivieron. Tres días más tarde empezó la travesía de los supervivientes, que tuvieron que viajar hacia el norte de Islandia para intentar volver a Donostia.

Ari Magnússon de Ôgur no quería a los vascos con vida, ya que vendía licencias ilicitas a los pescadores de la zona, y el dinero no iba a parar a la corona de Dinamarca, dueña en esa época de la isla, sino que iba para el mismo Magnússon.

Los 83 vascos se convirtieron en sus potenciales enemigos por el mero hecho de que podían intentar hacer valer sus licencias en la zona. El rey danés Cristian IV promulgó una ley que permitía matar a todos los que procedían de las costas vascas, y Magnússon se encargó de cumplirla. Dicha ley, tras la reconciliación de Gipuzkoa e Islandia, se revocó el abril pasado en los Fiordos del Oeste.

Los capitanes Agirre y Telleria se separaron con sus hombres de los hombres del capitán Villafranca en Dynjandi, y se dirigieron hacia el sur para conseguir de alguna manera volver a casa. Los hombres de Villafranca se dividieron en dos grupos; uno se dirigió a Pyngery y el otro grupo a Aedey, con el mismo Villafranca para asentar una base y empezar a cazar ballenas. La isla de Aedey era propiedad de Magnússon.

El 5 de octubre 36 hombres atacaron a 13 vascos y los mataron en Pyngery. Magnússon congregó a los 12 jueces en Súdavik el 8 de octubre y le dieron permiso para matar a los 83 balleneros. Reunió una partida con gente de Sandeyri, advirtiendo de que quien no acudiera pagaría una multa; asimismo, prometió un botín.

El 13 de octubre, mataron al menos a 6 balleneros en Aedy, y un día después, en Sandeyri, a trece hombres. Magnússon, para justificar la matanza, mandó escribir las estrofas españolas, unos poemas en el que se presentan a los vascos como piratas, asesinos, violadores, e incendiadores de casas. Los supervivientes volvieron a Donostia.

Presentación de un libro y exposición sobre la masacre

La jornada termina esta tarde con la presentación del libro ‘1615. Baskagivín, Euskal Baleazaleen hilketa’ de Jon Gudmunsson, y con la presentación de la exposición sobre la masacre.