Sobresaliente para las comparsas y bandera «marrón» para el Obispo
Las comparsas son las protagonistas de Aste Nagusia, y ayer lo volvieron a demostrar. Celebraron unas pruebas de herri kirolak un tanto particulares y procedieron a la entrega de las banderas azul y marrón. Este último galardón, como era de esperar, se lo llevó el Obispo de Bilbo. El premio Palmada fue para Altxaporrue.
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Las txosnas de Bilbo no son solo un sitio donde poner punto y final a una larga noche de fiesta. También son un buen lugar para quedar con los amigos al mediodía, tomar un par de potes y coger fuerzas para lo que venga después. Las barras están llenas de pintxos, que se pueden comprar a un precio muy competitivo. Basta con preguntar a un camarero de Komantxe para dar fe de ello: «Un pintxo de tortilla, un euro». ¡Y una ración de rabas no llega a cinco!
La oferta es variada. Hay de todo. Te puedes comer hasta una hostia en la txosna de la comparsa Hontza. Si esta consagrada o no es otro cantar, tal vez haya que llamar a las puertas del Obispado para preguntar, ya que parece que no pierde ojo de lo que pasa en el Arenal, que ayer era una hervidero, por la temperatura y por la gente.
Y las comparsas aprovecharon para sacar las mesas a la calle y disfrutar de una comida en cuadrilla. Para muchos, la última de Aste Nagusia. «Este día es el día grande, el último, y hay que darlo todo. Hay que quemar hasta el último cartucho», señalaba Koldo, de Trikimailu, que no tenía prisa por llegar a casa. «Empezamos ahora al mediodía y aguantaremos hasta las siete de la mañana».
Unos llenaron el estomago para hacer base de cara a la noche, y otros cogieron fuerzas para disputar el campeonato de herri kirolak entre comparsas, que se celebró a las 17.30 en la Plaza del Arriaga. Más bien parecían unas olimpiadas al más puro estilo del botxo, con carreras de sacos, txingas y sokatira. Las primeras pruebas se celebraron por tandas, en equipos de cinco, y arrancaron de la mano de Aixe-Berri, Algara, Uribarri y Zarata.
Las cuatro comparsas dejaron claro que el deporte no es lo suyo; y el juego limpio, tampoco. No faltaron las trampas, ni las caídas, en las prueba de sacos. Se tenían que meter los cinco integrantes de cada equipo en un mismo saco y recorrer una recta que, a ojo, no llegaba a cien metros. Una distancia que Usain Bolt hace en menos de diez segundos. Pero los comparseros no, y menos el penúltimo día de Aste Nagusia. Nada más meterse en el saco el equipo se iba al suelo, y, a la vista de que no avanzaban, los jueces optaron por acercar los conos.
Aun así, los participantes tuvieron que agudizar el ingenio para finalizar la prueba. Kaskagorri, por ejemplo, utilizó un bombo para marcar el ritmo. Y les funcionó. Les funcionó tan bien que los miembros de Pa...ya! les cogieron prestado el invento. No obstante, en los juegos de ayer no importaba quién ganara, la cosa era pasarlo bien. «Queremos que sea algo participativo, estar todos juntos, sin fomentar la competitividad», explicó Haizea, de Kaxkagorri.
Bandera marrón para Iceta
Después tuvo lugar la entrega de banderas. La azul fue para Josefina Argoitia, dueña del bar Argoitia, situado en la plaza Nueva; y la marrón recayó sen el obispo de Bilbo Mario Iceta –este galardón estaba más que cantado –. Por último, el premio Palmada se lo llevó la comparsa Altxaporrue.
Tras la entrega de las banderas los compartseros volvieron a sus quehaceres habituales durante Aste Nagusia. unos se metieron detrás de la barra para servir potes a locales y foráneos, y otros siguieron animando el ambiente por el centro de la ciudad, a la espera de la cena y de los conciertos. Al escenario de Pinpilinpauxa se subió Ainhoa y Mamiki echó mano de DJ Irati Zertarako para calentar el ambiente. En Irrintzi y Karpagune hicieron lo propio DJ Versions, Paul Swyler The Ruizer DJ y DJ Candela Radio. Sin olvidar los conciertos de Green Valley, Freedonia o Banda Norte, incluidos en el programa del Consistorio, que ayer anunció la victoria de la pirotecnia Vulcano en el concurso de fuegos artificiales.
Hoy será un día agridulce, marcado por la despedida de Marijaia, que abandonará Bilbo entre llamas. Hasta que llegue ese momento, los vecinos y vecinas de la villa podrán disfrutar del concurso de guiso de rabo, del toro de fuego y de las actuaciones de los Cinco Bilbainos, Orlis Pineda, Rever o Rojo Cancionero, este en Askapeña. También habrá juegos para los más pequeños.