Danny DeVito: Pequeño gran cineasta
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En la vida de Danny DeVito fue clave su amistad con Michael Douglas, forjada desde los días de ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’ (1975), una película que como actor le brindó la oportunidad de pasar del teatro al cine. El hijo de Kirk Douglas le introdujo en las grandes producciones de Hollywood, dentro de las cuales fue a coincidir con Tim Burton, que al día de hoy sigue contando con él, ya que el pequeño actor de apenas metro y medio de estatura interpretará en la versión de imagen real de ‘Dumbo’ (2019) al director del circo en el que actúa el elefantito del cuento.

Pero más decisiva resultó aún su relación con la actriz Rhea Perlman, la mujer de su vida, y a la que conoció en la serie de televisión ‘Taxi’ (1978-1982). Aquel programa le valió un premio Emmy y un Globo de Oro como Mejor Actor, y resultó decisivo para su posterior carrera, marcando su reencuentro con el director checo Milos Forman, gracias a quien se había dado a conocer al gran público en el cine. Fue en la película ‘Man on the Moon’ (1999), dedicada a la figura de Andy Kaufman, compañero suyo de reparto en la mencionada serie, pero con un destino incierto a costa de su humor tan provocativo como salvaje.
Si DeVito ha sido un actor que ha sabido sacar partido de su físico, cuando se agiganta su talento es al sentarse en la silla de director. Debutó como cineasta con la recordada comedia negra ‘Tira a mamá del tren’ (1987), que marcaría un personalísimo estilo cinematográfico sarcástico a más no poder. Todo ese potencial lo concentró en la exitosa ‘La guerra de los Rose’ (1989), la mayor sátira cruenta que se haya hecho jamás de los conflictos de pareja. ‘Hoffa’ (1992) es su realización más seria, por su rigor histórico a la hora de trazar la figura del controvertido líder sindical. Y ‘Matilda’ (1996) tal vez sea su mejor creación, en cuanto imaginativa adaptación del cuento de Roald Dahl. Curiosamente, en su siguiente ‘Smoochy’ (2002) ejecuta una maliciosa parodia de los programas infantiles de televisión, demostrando que no había bajado la guardia. Por eso ‘Duplex’ (2003) vuelve a lucir su lado más granguiñolesco y esperpéntico a propósito de los problemas de convivencia vecinales. Últimamente tenía entre en manos un proyecto de ficción apocalíptico titulado provisionalmente ‘St. Sebastian’, que a la postre ha resultado profético.