Agendas imposibles, crónicas espaciales
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El día que Naomi Kawase anuncia que no podrá asistir a Zinemaldia a presentar ‘Vision’, su última película y con la que concursa en Sección Oficial, la actriz Judi Dench recibe el premio Donostia y Ramon Agirre es homenajeado con el galardón Zinemira.
No es extraño que eventos importantes coincidan durante el festival, probablemente sea imposible hacerlo de otra manera, pero es una lástima que un actor del nivel de Ramon Agirre (‘27 horas’, ‘Amour’, ‘Handia’) no adquiera el protagonismo que merece en el calendario de estos días. Días y noches en los que está siendo complicado cuadrar agendas y en los que se ha repetido el hecho de que parte de la prensa se haya quedado fuera en algún que otro pase expresamente programado para los profesionales.
La perfección no existe a pesar de que Zinemaldia es uno de los eventos que mejor gestiona sin lugar a dudas su programación gracias a sus años de experiencia. El tiempo, precisamente, hace que algunas películas adquieran relieve y ese es el caso de ‘2001, una odisea del espacio’ de Stanley Kubrick. El espacio exterior, la conquista de la tecnología y ante todo ello la diminuta dimensión de las historias humanas son algunas de las constantes que se visitan una y otra vez en el cine.
En ‘First man’, Damien Chazelle lo vuelve a hacer a través de la historia del astronauta americano Neil Amstrong sin conseguir aportar algo más que entretenimiento (hay quien dirá que no es poco). Tal y como afirmaba el autor de la maravillosa ‘Cold war’, Paweł Pawlikowski, hablando sobre los modos de contar, «no me interesan aquellas escenas cuya única función es explicar cómo se ha llegado de un punto A a un punto B, prefiero confiar en la inteligencia del espectador». Esa es precisamente la deriva que el cine que pretenda distinguirse tendrá que tomar, no sin riesgo. Un camino, el del riesgo, que emprenderá cualquier festival de cine que desee pervivir.