La Real no encuentra a sus referencias ofensivas
El partido de la Real en Mendizorrotza del jueves fue uno de los peores de la temporada y el más preocupante porque las sensaciones que transmitió el equipo empeoraron las del derbi ante Osasuna al agravarse la incapacidad para encontrar a sus referencias ofensivas.
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Las estadísticas de los pases efectuados por los jugadores de la Real contra el Alavés representan la radiografía perfecta para analizar sus dos primeros partidos tras el parón, saldados con un punto, un gol, pocas ocasiones y un paupérrimo juego ofensivo.
Jagoba Arrasate y Asier Garitano consiguieron con dos sistemas de juego y dos formas de jugar diferentes el mismo objetivo de impedir que entraran en acción los cinco jugadores ofensivos realistas con una defensa adelantada y ocho futbolistas muy juntos para no dejarles espacios para intervenir.
El de Berriatua presionó menos la salida de balón, el Alavés lo hizo más y se decantó por un juego más directo para que la Real se sintiera incómoda por la superioridad de los delanteros sobre dos centrales que para el minuto 48 ya tenían tarjeta. Pero la clave fue la misma, conseguir que los ocho jugadores que utilizó Imanol en las cinco posiciones más adelantadas no entraran en juego en campo rival y apenas conectaran entre sí en los dos partidos.
Ante el Alavés los dos delanteros (Willian José e Isak) solo dieron 14 pases acertados entre los dos y ocho malos y no tuvieron ninguna opción de remate. No fueron mucho mejores los datos de pases de Oyarzabal (19-7), Odegaard (18-2), Zurutuza (18-7), Januzaj (16-5), Portu (5-1) y Roberto López (11-1). Entre los ocho dieron solo 101 pases buenos de los 353 del equipo, pocos para la forma de jugar de la Real, con 144 fallados, un porcentaje demasiado alto para un equipo de la calidad del realista.
El 72% de los pases acertados los dieron entre los seis jugadores más retrasados y casi todos en campo propio, donde no inquietaba al Alavés. Si Arrasate quiso que el balón lo tuvieran Aritz y Le Normand, a pesar de que Asier Garitano los presionó más, se repitió la historia y entre los tres centrales que jugaron dieron más de una tercera parte de los pases y, si se les suma a Remiro y Zubeldia, más de la mitad, sin que consiguieran conectar con sus jugadores adelantados.
Ante Osasuna fueron 533 los pases buenos y 147 los perdidos, pero también la mayoría se dieron entre los seis jugadores más retrasados porque la presión fue menos intensa a la salida del balón.
El juego de la Real se basa en filtrar pases interiores a los cinco atacantes y conseguir a partir de ahí someter al rival en su campo. Al margen del buen trabajo defensivo de Osasuna y Alavés, es ahí donde más se notan los meses que los jugadores han estado confinados sin tocar balón y el poco tiempo que han tenido para entrenarse en Zubieta. Esa forma de jugar combinativa necesita de precisión y que los buenos jugadores se relacionen y la Real no ha encontrado ni una cosa ni la otra.
Preocupa especialmente la poca participación de un futbolista clave en esta forma de jugar como Odegaard y es significativo que Imanol lo cambiara antes que nunca en Mendizorrotza. Además dijo que tenía molestias para justificar la sustitución, otro elemento negativo para un equipo que se ha quedado con pocos recursos de medio campo para adelante.
La Real necesita encontrar al noruego y tendrá que intentar hacerlo este domingo en el Reale Arena (22:00) ante el club que tiene sus derechos, el Real Madrid, que ha resuelto sin apenas cambios y con cómodas victorias los dos primeros partidos jugados ante Eibar y Valencia.
Zidane, a diferencia de Arrasate y Asier Garitano, no es un entrenador que prepare los partidos tanto en función del rival y eso puede permitir que los atacantes realistas tengan más espacios, pero la calidad de los blancos también es mayor y el encuentro es muy complicado.
La Real nunca esta temporada ha enlazado tres partidos sin lograr una victoria y sería bueno mantener esa estadística para no ampliar una dinámica negativa porque el Villarreal, que ya es séptimo, y el Granada han recortado cinco y tres puntos en dos jornadas a un equipo blanquiazul que ve cómo el octavo, el Valencia, está solo a cuatro puntos.
Antes del parón parecía que el hueco entre los siete primeros y el resto parecía importante y que la Real podía mirar más a la lucha por la Champions que atrás, pero con los tres puntos por victoria en pocas jornadas la clasificación puede dar un vuelco y es importante ganar cuanto antes y, para ello, volver a conectar con los jugadores de más calidad del equipo.