Ciudadanos, o cómo llevarse un gran pedazo de la tarta aportando pocos ingredientes
La formación naranja obtuvo poco más de 13.000 votos en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa en las elecciones estatales del pasado noviembre, pero la coalición con el PP le está ofreciendo visibilidad en los medios y la posibilidad de sentar incluso a algún representante (sueñan con tres) en la Cámara de Gasteiz.
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En las elecciones estatales del pasado noviembre, el PP cosechó 103.821 votos en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, mientras que Ciudadanos sumó 13.058. Esos fueron los desiguales pilares sobre los que se levantó la coalición PP+Cs de cara a los comicios autonómicos que finalmente se celebrarán el próximo 12 de julio. Los primeros aportaban a esa dote cerca del 90% de las papeletas, mientras que los segundos apenas rebasan el 10%.
Con las listas electorales en una mano, y las encuestas en la otra, negocio redondo para los de la formación naranja, que sueñan con sentar a tres de sus representantes –dos no parece descabellado– en la Cámara de Gasteiz, cuando no tienen siquiera un concejal en ninguno de los tres herrialdes, después de perder en las municipales de mayo de 2019 el único que les quedaba, en Getxo.
Las previsiones apuntan a que la coalición derechista obtendrá entre 5 y 7 escaños, frente a los 9 que ha tenido el PP en la pasada legislatura. Muriel Larrea encabeza la plancha por Gipuzkoa y José Manuel Gil es tercero por Araba. Ambos apuntan a parlamentarios autonómicos. Podría completar la terna Luis Gordillo, segundo por Bizkaia detrás de Carlos Iturgaiz, y darse la circunstancia de que ambas formaciones contaran con idéntico número de escaños.
Además, los tres están teniendo un papel destacado en los actos de este arranque de campaña, como teloneros principales del candidato a lehendakari y del invitado de turno, como sucedió el domingo con Pablo Casado en Labastida o el lunes en Bilbo con Xavier García Albiol.
Ciudadanos cuenta además con una repercusión mediática que ni de lejos soñarían con alcanzar en solitario. A Gil, quizá por su experiencia como profesor universitario, se le ve más suelto con el micrófono, mientras que Larrea y Gordillo se aferran a sus folios y evidencian más problemas para hablar ante las cámaras.
Parece evidente que, al menos a priori, el hecho de mostrar la foto de Iturgaiz en la cabecera de sus redes sociales va a ser una buena inversión. Menos claro parece qué gana el PP, salvo un pequeño colchón para amortiguar otra esperada caída.