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Tocata y fuga de la derechona

Amaia Ereñaga ona

En teoría, todos los días tienen lo que podríamos definir como su propia «intrahistoria», compuesta por los hechos históricos destacables que se han ido produciendo en esa misma fecha a lo largo de la historia. La que ha sido registrada, ojo, de la que quedan fuera los perdedores y, entre ellos, la inmensa mayoría del género femenino. Diariamente hay un aniversario, un centenario o un día internacional que reseñar o aprovechar para, pongamos, usarlo como excusa con la que dar un poco de sal, o intentarlo al menos, a un artículo sobre una campaña electoral como esta, tan aburrida como un tortita de arroz inflado, tan insípida como una ensalada de lechuga iceberg y más sosa que un plato de acelgas. Lo reconozco, yo también estoy a dieta post-confinamiento. Como la propia campaña, me temo.

Hace 35 años, el 7 de julio de 1985, día grande para el universo sanferminero, Iñaki Pikabea y Joseba Sarrionandia escapaban de la cárcel de Martutene en los bafles del equipo del cantante Imanol. Una fuga mítica, marcada a fuego en lo literario y lo musical –tres décadas llevamos cantando ‘Sarri, Sarri’– y de la que todavía no se ha escrito el final, como si fuera una novela-río caribeña. 35 años después, ahí sigue uno de los más grandes escritores vascos, en el exilio.

La cosa es que, por extraños cruces mentales, la anacrónica escenificación del otro día ante el árbol de Gernika de la candidatura PP-Ciudadanos, a cargo del trío top de la más rancia derechona española, me hizo volver al ensayo ‘Moroak gara behelaino artean?’ (‘¿Somos moros entre la niebla?’), un monumental trabajo en el que Sarrionandia analiza las miserias del colonialismo y las consecuencias del imperialismo español. Viendo a Casado, Arrimadas e Iturgaiz posando como si hubieran colocado una pica en Flandes o, lo que es lo mismo, la bandera nacional en territorio enemigo, nacionalista y rojo, les recomiendo encarecidamente que lean a Sarrionandia.

Sobre todo a Iturgaiz, dada su cita de esta noche con el debate electoral de ETB2. No se atrevió en el debate de ETB1, que lo veo normal, pero le convendría saber que, ya en 1865, las tropas invasoras españolas en el Rif encargaron una gramática de la lengua amazigh a un franciscano vasco –siempre un vasco metido en todas las puñetas históricas–, porque la política colonial consistía en aprender la lengua local como un gesto o una concesión hacia los vencidos.

Igual, imagino, al aprender la lengua puede que se les cambie la estructura mental, como en ‘La llegada’, la estupenda película de Denis Villeneuve, hace la lengua alienígena con los humanos… De acuerdo, estoy divagando. Es por hambre y aburrimiento. Esta campaña va a acabar conmigo.