Nunca es tarde para el compromiso de pareja

Nadie decide el momento oportuno para irse de este mundo, y a la gran Rosa María Sardá le tocó cuando le tocó. Por lo tanto no estaba en su mano elegir dentro de su prolífica filmografía una película póstuma con la que despedirse brillantemente, y en ‘Salir del ropero’ (2019) hizo lo que pudo, porque sobre el papel parecía un proyecto prometedor, con un reparto muy profesional y unas bellísimas localizaciones, pero que a la postre se ha revelado como una película con muy buenas intenciones  y un resultado que no está a la altura. Acaba siendo una comedia feminista algo trasnochada, y que conste que no es por culpa de la avanzada edad de la pareja estelar, sino por el tono general acomodaticio y conservador, visible en el detalle de corrección política inherente al título, que considera el término ‘armario’ para hombres en una relación homosexual, y ‘ropero’ como más apropiado para mujeres lesbianas. Es el riesgo que conlleva siempre una producción que apuesta por una cineasta debutante, dado que Ángeles Reiné procede de la televisión y la publicidad, por lo que tal vez no ha sabido adaptarse al lenguaje fílmico.

La actriz Rosa María Sardía da vida a Celia, una mujer mayor muy creyente, y que de acuerdo con su catolicismo ha preferido ocultar su relación íntima con su amiga de siempre Sofía, interpretada por Verónica Forqué. Considera que los tiempos han cambiado, y que el Papa Francisco está más abierto a reconocer este tipo de uniones, por lo que a los 74 años de edad se decide a dar el paso y comprometerse en público con su pareja. La noticia cae como una bomba en la familia, y su nieta Eva, papel que recae en Ingrid García Johnsson, trata de impedir el enlace, ya que podría poner en peligro su boda con un heredero escocés perteneciente a una familia muy tradicional. Con esa intención se presenta en Lanzarote.