Denominación de origen «Galicia calidade» con desarrollo helvético
Loris Benito y Ricardo Rodríguez son dos de los descendientes de los inmigrantes gallegos de Suiza. Ambos están disputando la Eurocopa con la selección suiza –esta tarde disputan el partido de cuartos contra España– y forman la huella futbolística de «los secondos».
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La decisión adoptada por Luis Enrique no convocando a Sergio Ramos para la Eurocopa desató una gran polémica en los medios de Madrid. Sin embargo, no fue la única medida controvertida tomada por el técnico asturiano a la hora de confeccionar su lista, ya que tampoco citó a Iago Aspas. Un futbolista que ha marcado 14 goles y dado 13 asistencias con el Celta. Así, debido a la ausencia de «O mago de Moaña», el combinado español no cuenta con ningún jugador gallego en sus filas.
Por el contrario, quien sí que cuenta con futbolistas de origen gallego es la selección de Suiza. Según datos de la Xunta, alrededor de 41.000 gallegos residen en la Confederación Helvética debido a un flujo migratorio que comenzó hace seis décadas y que tuvo su punto álgido en los sesenta y setenta. El punto de destino era la estación de Ginebra y desde allí se repartían por todo el país.
El libro «Galiza en Suiza» o la película «Un franco, 14 pesetas» recogen el choque cultural, los contrastes sociales, el espíritu comunitario, las largas horas de trabajos o el salto democrático que suponía para muchos emigrantes salir de un Estado bajo un régimen dictatorial como el franquista a poder disfrutar de otros con libertades ciudadanas. Pese a que algunos retornaron, muchos echaron raíces en Suiza y fruto de ello llegaron «los secondos». O, lo que es lo mismo, los descendientes de los inmigrantes gallegos, ciudadanos de nacionalidad y formación suiza. Dos de ellos, Loris Benito y Ricardo Rodríguez, son parte de la selección dirigida por Vladimir Petikovic.
Nacido el 7 de enero de 1992 en la ciudad de Aarau, perteneciente al cantón de Argovia, el defensa Loris Benito destacó desde muy temprano en el fútbol, tanto que debutó con apenas 17 años en el equipo profesional de su ciudad de origen. En su primera campaña, además, coincidió con en la plantilla con su tío Iván Benito. Un portero que también militó en las filas del Grasshoppers, el Young Boys o el Pistoiese italiano. Posteriormente, la carrera de Loris ha gozado de un gran desarrollo que le ha llevado a brillar con el Zurich, fichar por el Benfica luso en una experiencia lastrada por las lesiones, destacar en el Young Boys ganando dos ligas helvéticas, alcanzar la internacionalidad y firmar por el Girondins de Burdeos.
Hijo del asturiano Enrique Benito y la gallega Mari Luz Souto -que emigró en los ochenta-, en junio de 1992, Loris fue bautizado en el santuario de Pastoriza, una aldea perteciente al municipio de Arteixo. Localidad conocida por ser la cuna del mítico Arsenio Iglesias y por contar con la sede principal de la empresa Inditex. El actual jugador del Girondins lo visitó con regularidad hasta que sus compromisos futbolísticos se lo impidieron y su abuela Claudina sigue residiendo allí. Hincha del Depor, según confeso al diario La Voz de Galicia en 2018, «mi corazón sigue en Pastoriza».
Loris Benito se estrenó con la selección de Suiza el 18 de noviembre de 2018 ante Catar y en la presente Eurocopa apenas ha jugado cinco minutos contra Turquía. Poseedor de la doble nacionalidad, es también conocido por su faceta políglota. Habla castellano, alemán, italiano, francés, portugués, inglés y romanche. Esta última se trata de una lengua con reconocimiento nacional en la confederación helvética y que cuenta con gran afinidad respecto al ladino dolomita o al friuliano, idiomas ambos empleados en el norte de Italia. El romanche tiene unos 60000 hablantes, siendo para 35000 de ellos la lengua principal, que se encuentran focalizados en el cantón de los Grisones. No obstante, cabe remarcar que en la última década ha perdido cerca de un 15% de sus hablantes.
Padre gallego, madre chilena
Ricardo Rodríguez Araya es un zaguero de amplia experiencia internacional. No en vano, desde 2011 ha disputado 85 partidos con la selección suiza, ha defendido la elástica de equipos como Wolfsburgo, Milan o PSV y actualmente juega en el Torino. Durante su ya larga carrera, ha podido disfrutar del triunfo en el mundial sub 17 de 2009 o de su participación en los Juegos de Londres.

Sus padres son el gallego José Manuel Rodríguez, natural de la localidad pontevedresa de Crecente. Un pequeño municipio de apenas 2000 habitantes, atravesado por el río Miño y que se encuentra prácticamente en la frontera con Portugal. Su madre Marcela Araya, fallecida en 2015, era de origen chileno y como homenaje a ella lució el dorsal 68 -en referencia al año de nacimiento de su progenitora- durante sus estancias en el Milan o el PSV. Según declaró al periódico La Tercera, «yo quería jugar con La Roja pero ningún técnico de Chile vino a preguntar, los de Suiza sí». Sus hermanos Roberto y Francisco también juegan a fútbol de forma profesional, ambos lo hacen en el Schaffhausen de la Segunda división helvética.
Rodríguez destaca por su carácter en el campo, algo consustancial en una persona que no ha tenido una vida fácil. Nació con una herna de diafragma, una dolencia que provocó que el bazo, el hígado y los intestinos se desplazasen hacia su pecho. Los médicos le dieron un 50% de posibilidades de sobrevivir pero, finalmente, consiguió salir adelante y su evolución fue monitorizada durante los primeros años de su vida.
El camino de «los secondos»
La familia Cabanas salió de la localidad coruñesa de Carral en 1968 rumbo a Suiza, pese a no perder nunca las raíces. Ricardo Cabanas padre jugó en la segunda categoría del fútbol suizo con el Krienes y, posteriormente, desarrolló una larga carrera como técnico de equipos modestos. Tal era la pasión por el balompié y la morriña que tenían que se animaron a crear el Club Deportivo Galicia.
Sus hijos Cristian, Raúl y Ricardo también jugaron a fútbol. El más destacado, sin duda, fue el último. En una carrera ligada al Grasshoppers, conjunto en el que militó durante tres etapas distintas, Ricardo Cabanas hijo también formó parte del Guingamp galo o el Colonia germano. Internacional en 51 ocasiones, fue convocado para disputar el Mundial de 2006. Fiel a su origen también completó tres encuentros con la selección gallega ante Uruguay, Ecuador e Irán. No fue el único secondo de su generación, ya que Carlos Varela también destacó en el Basilea o el Servette.

Gerardo Seoane, nacido en Lucerna y de padres gallegos, ha sido el hombre elegido por el Bayer Leverkusen para guiar al conjunto farmacéutico en la Bundesliga. De apenas 42 años, durante las últimas tres campañas ha entrenado al Young Boys de Berna, conquistando otros tantos entorchados ligueros. Durante su etapa como futbolista jugó en el Lucerna, Sion, Aarau o Grasshoppers de su país natal, pero también pudo retornar a la tierra de sus orígenes. Pasó cuatro años en el Deportivo –entonces «Superdepor»-, aunque apenas disputó dos encuentros con el primer equipo. El conjunto coruñés contaba con una plantilla repleta de jugadores de distintas nacionalidades y gallegos como Viqueira, Maikel, Deus, Dani Mallo, Aira, Carlos García o el propio Seoane apenas pudieron hacerse un hueco en la plantilla. Se da la circuntanscia de que el nuevo técnico del Bayer Leverkusen dirigió a Loris Benito en el equipo infantil del Aarau y años después también coincidieron en su etapa en el Young Boys.
El conjunto de Berna sigue teniendo representación gallega gracias al lateral derecho Quentin Maceiras. Un defensa de origen coruñés –en el portal Riazor.org se pueden ver fotos suyas con la camiseta del Depor– que la pasada campaña disputó 21 encuentros con el YB. Por su parte, el mediocampista zurdo Maxime Rodríguez juega en el Neuchatel, una entidad histórica que ahora sobrevive en Segunda. Otro hijo de migrantes como Marco Otero ha ejercido de segundo entrenador en el Sion y ha trabajado en las estructuras del Saint Gallen o el Basilea.
Todos ellos forman la huella futbolística de «los secondos». Una nueva generación de suizos de origen gallego que también ha destacado en otras disciplinas deportivas como el curling, gracias a la medalla de plata lograda por Martín Rivas en los Juegos de Invierno de 2018.