El fútbol vasco, del trabajo bien hecho a los nuevos retos
El Alavés reúne a directores deportivos y entrenadoras de los cinco equipos vascos de referencia, dentro de la semana «Gloriosas Astea», para charlar sobre el fútbol femenino en Euskal Herria.
El fútbol vasco tiene cuatro equipos en Primera y dos en Segunda, la mejor defensa de Europa de la pasada temporada, jugadoras mundialistas, acogió una fase final de la Champions League y atesora un buen número de títulos de Liga y Copa. ¿Por qué? ¿Qué ha llevado a jugadoras y clubes vascos a competir a ese nivel? ¿Qué retos deben afrontar para seguir mejorando? Esas y otras cuestiones se trataron anoche en una charla organizada por el Alavés dentro de la Semana Gloriosas, que ha puesto el foco en su equipo femenino estos días.
Es difícil encontrar un foro mejor para dar respuesta a estas preguntas porque en el Palacio de Congresos Europa se reunieron Dirección Deportiva y banquillos de los cinco clubes de referencia: Athletic (Joseba Agirre e Iraia Iturregi), Real (Garbiñe Etxeberria y Natalia Arroyo), Eibar (Jordi Torres y Ana Junyent), Alavés (Dafne Triviño y Mikel Crespo) y Osasuna (Tito Iribarren y Kakun Mainz). Hubo mucha coincidencia en las opiniones pero las diferentes experiencias, responsabilidades y orígenes llenaron de matices una charla interesantísima.
Arrancaba Tito Iribarren recordando que, más allá del sexo, porque «en el fútbol masculino pasa lo mismo», las principales razones para tener tantos equipos en la elite pasan, en su opinión, porque «ésta es una zona de fútbol, se apuesta mucho por la gente de casa y además hay buenos referentes, lo que a su vez hace que la gente quiera formarse». Añadía Garbiñe Etxeberria que, además, «se cree en el fútbol femenino, aunque todavía le pongamos el “apellido”», algo en lo que coincide Joseba Agirre. «Es fundamental cómo se trata al fútbol femenino. Con seriedad, se trabaja, se meten muchas horas. Y el trabajo es de los clubes grandes pero también de los pequeños, que igualmente tratan el fútbol femenino con respeto y entrega». Añade Etxeberria un componente, extrapolable a otros ámbitos. «Nos gusta hacer bien el trabajo. En esta tierra somos constantes y trabajadores y cuando creemos en algo, vamos a por elllo.
Ana Junyent añade un factor sociológico, recordando que «hace muchos años, cuando venía a jugar aquí, veía cosas que me sorprendían porque en aquel momento en Catalunya no se veían, al menos con normalidad o con frecuencia. Un aita con el cochecito de la niña o a la puerta del colegio sin que la ama estuviera allí también… A mí me chocaba mucho. Yo creo que eso refleja algo que también tiene que ver con la situación del fútbol». Una situación, recuerda la técnica catalana, que sigue siendo excepcional en muchos sentidos. «Estamos aquí cinco banquillos y cuatro somos mujeres. Eso no pasa en ningún otro lado», subraya. Coincide Natalia Arroyo en que ese factor se nota en muchos ámbitos, incluyendo el fútbol, donde la mujer «ocupa un lugar sin tener que pedir permiso para ocuparlo».

¿Se nota, sin embargo, todo eso en el propio fútbol? ¿Tienen características diferenciales las futbolistas y los equipos vascos una vez que saltan al campo? Parece que sí. «Sobre todo la garra», en opinión de Kakun Mainz. «Las navarras somos cabezonas y en el juego contundentes. Cuando analizas al rival ya sabes que el punto de agresividad siempre tiene que ser tuyo». Mikel Crespo, además, cree que, por la forma de trabajar de los clubes, las jugadoras «tienen sentido de pertenencia y eso les va a dar un puntito más de garra, de exigencia, de compromiso...». Para Junyent, es destacable «cómo compiten» las futbolistas. «Siempre he dicho que en Catalunya jugamos muy bien a fútbol pero para competir, las vascas», afirma.
Arroyo e Iturregi lo trasladan al colectivo. La entrenadora de la Real cree que se trata de jugadoras «constantes, con una identidad, con confianza en sus herramientas» y eso se traduce en «equipos constantes, concentrados y con una capacidad de sacrificio muy alta». La técnica rojiblanca destaca también «el orden táctico, los equipos vascos suelen ser tácticamente ordenados. Aquí gusta el juego vertical. Puede ser más directo o más combinativo pero que sea vertical». Cree Junyent, a este respecto, que «siempre se ha dicho que los equipos vascos son directos y poco combinativos pero ha ido evolucionando, se tiene más el balón, se combina más… Y esa mezcla con la agresividad y el orden táctico también es diferencial».
No hay diferencias, lamentablemente, en muchos de los problemas a los que se enfrenta el fútbol vasco. Y éste sí con apellido porque no es el masculino el que sufre, entre otras cuestiones, el apagón televisivo al que se ha visto condenado el femenino en los últimos tiempos, provocado en buena medida por la falta de avances en la profesionalización de la Liga. Todos los presentes coincidían en subrayar, por un lado, la necesidad de consenso entre las instituciones implicadas. Resultó llamativo la coincidencia de las dos Directoras Deportivas, una suerte de «si no van a ayudar, por lo menos que no estorben y dejen trabajar». Iribarren condenaba que el fútbol femenino esté «un poco utilizado; hay una guerra y es como un paquete que está en medio y todos lo utilizan», Agirre pedía «menos anuncios y más trabajo» y Torres consideraba que «igual ha llegado el momento de que todos, no sólo las jugadoras, digamos basta». La vertiente más, paradójicamente, visible del problema es la reducción drástica de retransmisiones en el último año y medio. Y, como recuerdan Etxeberria y Mainz, «lo que no se ve, no existe».
Referentes
El apagón coincide con un gran momento del fútbol no ya en Euskal Herria, sino en el Estado español. El Balón de Oro de Alexia Putellas y la Champions ganada por el Barcelona han puesto el foco sobre las futbolistas y sus clubes, creando y reforzando referentes que resultan imprescindibles para que la cadena siga en marcha e incluso aumente su velocidad. «Se verá reflejado en el número de fichas en cuatro o cinco años», asegura Torres, aunque ahora mismo ya es palpable el interés. «Nosotras notamos mucho el título de Copa –explicaba Etxeberria–. Los títulos, estar en la palestra, ayuda, empuja, crece el seguimiento, crecen las fichas. Desde entonces la Real es un referente. Y las jugadoras también. Lo vemos en Amaiur, en Eizagirre… Las niñas quieren ser como ellas y eso es muy importante». «En 2015 en Navarra había 700 fichas –añade Iribarren– y a día de hoy se han duplicado. Yo creo que tiene que ver con la creación de Osasuna, los “postes” que hemos dado con el ascenso...».
La situación, en cualquier caso, dista de ser ideal. Un asistente a la charla, orientador de profesión, explicaba que en una encuesta realizada recientemente en Gasteiz entre 250 escolares a los que se solicitó que nombrara un referente deportivo, el 97% se decantó por un hombre. La solución, coincidieron los ponentes, no pasa sólo por los clubes. Efectivamente, hay que «organizar actos como este, actividades, torneos...», aseguraba Etxeberria. Torres explicaba que «en el Eibar solemos llevar escolares a Ipurua y les reciben una jugadora del primer equipo y un jugador del primer equipo, no sólo ellos» y, en el caso del Athletic, Agirre recordaba que «muchas jugadoras van a las escuelas a dar charlas, se hacen invitaciones a escolares...». Pero coincidían también en que la responsabilidad está también «en la sociedad, la educación y las propias familias».
Para que esas encuestas ofrezcan resultados diferentes en el futuro, hay retos a afrontar. Globales en muchos casos pero para llegar a estos, hay que empezar por los propios. Y, posiblemente por eso, fue la cuestión que mayor variedad registró en las respuestas. «Queremos que nuestras jugadoras puedan vivir de esto –aseguró Iribarren–. A día de hoy son semiprofesionales, combinan el fútbol con el trabajo y los estudios, y los pasos van encaminados a que eso cambie, independientemente de la categoría».
Natalia Arroyo abogaba por «intentar que el día a día de la jugadora sea cada vez más completo, que su nivel sea más profesional, que esa inversión que se hace en infraestructuras, en material… le permitan aumentar su capacidad competitiva. Y que esa mejora se note en el campo y provoque que cada vez haya más gente que quiera venir a vernos». Iturregi también tiraba por el plano deportivo, recordando que «nuestro principal reto es ser competitivas en una de las mejores Ligas de Europa manteniendo nuestra filosofía. Puede que no podamos tener las jugadoras con más talento pero por eso tenemos que entrenar más y mejor» y enlazaba con la mejora que ya se ha producido y debe seguir produciéndose. «Los clubes han dado un paso muy importante aportando recursos económicos, humanos… Eso hace que las jugadoras puedan dedicarse más y a su vez sube la exigencia de los entrenadores hacia ellas, de los clubes hacia los equipos… se mejora y se seguirá mejorando».

Agirre, Junyent y Crespo miran a la base. «El reto del Athletic es intentar que las niñas elijan el fútbol como primer deporte –asegura el Director deportivo rojiblanco–. Ahora mismo es el cuarto y queremos que sea el primero. Para eso hay que ir a escuelas, abrir estadios…, trabajar mucho». «Hay que enganchar a todas las niñas que tienen dudas sobre jugar a fútbol –añade la entrenadora armera–. Y es el momento, no podemos dejar de lado lo que nos están dando el Balón de Oro, la Champions… Es un buen momento para que aprovechemos ese tirón, que nos cuesta bastante esfuerzo y que como casi siempre estamos haciendo solas. Que haya muchas niñas que quieran jugar aunque su objetivo no sea llegar a Primera. Que su objetivo sea jugar a fútbol». Crespo también apuesta por que el crecimiento «no sólo sea de los equipos punteros sino del todo el territorio. En este caso de la regional alavesa. Que haya más equipos, que mejoren las instalaciones desde la base… El crecimiento general del fútbol alavés».
LOS SECRETOS DEL ENTRENAMIENTO
También ayer y en el mismo escenario, Mikel Crespo, su ayudante y analista Raúl Jaén, el preparador físico de las Gloriosas Aratz Olaizola y el readaptador Edu Loscos ofrecieron una auténtica masterclass sobre su trabajo al frente del equipo, pormenorizando los objetivos, técnicas, día a día, avances tecnológicos o metodología de sus diferentes apartados.
