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Ventajas del cortoplacismo: la marcha de Fontecchio ajusta las arcas y el plantel del Baskonia

El club gasteiztarra ha ingresado alrededor de un millón de euros con la salida del de Pescara a la NBA, lo que supone un ingreso extra para optar por un escolta titular y un alivio para Rokas Giedraitis, que podrá ser de nuevo el alero titular del equipo.

Rokas Giedraitis y Mateusz Ponitka, un dúo viable en el quinteto del Baskonia tras la marcha de Fontecchio. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

Aunque era un secreto a voces, ha tenido que ser este miércoles 27 de julio cuando se ha hecho oficial la marcha de Simone Fontecchio de Saski Baskonia rumbo a la NBA, seguramente los Utah Jazz. «Todo niño que empieza a jugar al baloncesto sueña con jugar en la NBA y a diferencia de hace algunos años, ahora cumplir ese sueño es algo factible», reconocía el propio alero de Pescara a preguntas de Radio Vitoria semanas antes de que se hiciera oficial su salto al otro lado del Atlántico.

A punto de cumplir los 27 años, dos años en la Euroliga, uno en el Alba Berlín y otro en Saski Baskonia, han bastado para que el transalpino haya volado a la mejor liga del mundo, en un nuevo ejemplo de que Europa es una simple estación de paso para los mejores jugadores, al tiempo que Saski Baskonia se ha quedado sin uno de sus referentes más claros, uno de sus mayores aciertos que, a pesar de no estirar al máximo sus potencialidades deportivas, le va a suponer un «alimento» económico la mar de nutritivo para las arcas gasteiztarras.

Por un lado, aunque no se trate del mismo caso, parece que la época en la que Saski Baskonia podía crecer deportivamente al calor de un jugador carismático –como pudieron ser Nocioni, Scola, Splitter, Oberto, Rakocevic, Teletovic, y demás– ha pasado a mejor vida. Si bien el negocio ha primado siempre en el horizonte baskonista, los tiempos han obligado a la entidad que preside Josean Kerejeta a buscar el beneficio a corto plazo, al punto de que cuando un jugador decide no dar el salto a la NBA o a otro club de Euroliga de mayor potencial económico –como pudo ser Rokas Giedraitis el verano pasado, cuando se daba por hecha salida hacia los Estados Unidos–, lo que en otro momento hubiera sido un momento de alegría pura se ha convertido en un rompecabezas por encajar, y no siempre con feliz resultado.

Bendición de dos vertientes

Como viene siendo usual, Saski Baskonia no ha especificado la cantidad que ha tenido que abonar el alero italiano en concepto de "buyout" para oficializar su adiós a la NBA, pero se calcula que ha debido abonar alrededor de un millón de euros, un buen negocio a todas luces para la entidad que preside Josean Kerejeta, que además se ha librado de un pequeño «problema de encaje», evidenciado la pasada campaña.

Un problema de encaje que supuso el tener dos «cromos repetidos» en el puesto de alero como el propio Fontecchio y Rokas Giedraitis. «Somos compatibles. Simone puede jugar de espaldas y al poste bajo, eventualmente de ala-pívot, mientras que yo puedo echar el balón al suelo, jugando incluso de escolta», declaró al alero lituano en la aún incipiente temporada 2021/22. Sin embargo, si bien Fontecchio ha ofrecido un rendimiento estimable hasta cuando ha ejercido de ala-pívot, Giedraitis no ha terminado de encontrarse.

Porque el jugador báltico evidenció a lo largo de la campaña ciertas limitaciones técnicas a la hora de botar el balón y, después de acabar la campaña 2021/22, el manager general Félix Fernández admitió que «encontrar un escolta capaz de crear juego y echar el balón al suelo» era una de las prioridades del club gasteiztarra.

Es decir, que ello obligaba a tomar decisiones con la composición de la plantilla. O bien se prescindía de Giedriatis, o bien de Fontecchio o el lituano tendría que acabar «condenado» a ser el suplente del italiano, una decisión con cierto riesgo al comprobar que el alero báltico es un jugador que precisa de cierta cantidad de minutos para rendir a su mejor nivel, amén de saberse importante.

En ese sentido, la marcha de Fontecchio puede suponer una «bendición» para Giedraitis y el propio club. Sin una competencia tan cerrada en el puesto de alero, el lituano opta a volver a ser el jugador titular de su posición, pudiendo centrarse en lo que hace bien, que es tirar, moverse sin balón y, llegado el caso, desbordar con el bote a los aleros, siendo estos menos rápidos que los escoltas, a los que le costaba desbordar, con lo que disminuían las ventajas.

La marcha de Fontecchio, como queda dicho, ha vuelto a llenar las arcas del Baskonia, lo cual puede suponer optar a uno de su objetivos: el famoso escolta creativo. En ese sentido, el polaco de 28 años –cumplirá 29 el 29 de agosto– y 1,98 metros Mateusz Ponitka parece ser el nombre elegido por la entidad gasteiztarra.

Ponitka no es ningún recién llegado a la élite europea, sobre todo desde que consolidara lo que prometió desde bien joven. La campaña 2017/18 en las filas del Club Baloncesto Canarias, en Tenerife, supuso su estreno en una competición tan dura como la Liga ACB y también su consagración al más alto nivel continental –donde promedió 14,1 puntos, 5,7 rebotes y 1,3 asistencias–, algo que ha confirmado en sus últimos años en el Lokomotiv Kuban de Krasnodar y el Zenit de San Petersburgo, equipo este último en el que ha militado cuando ha sobrevenido el conflicto armado entre Rusia y Ucrania.

No es la primera vez que Mateusz Ponitka ha estado en la agenda del Baskonia, dado que en el año 2017, justo cuando fue a parar a Tenerife, casi se dio por fichado al polaco. Equipos como el Bayern de Múnich o el AS Mónaco de la Euroliga son dos de los «rivales» que también optan por el escolta, pero con el millón de euros que ha dejado la marcha de Simone Fontecchio, Saski Baskonia puede suponer una herramienta adicional para poder hacerse con el escolta internacional polaco, un jugador con carisma por su intensidad, buen defensor y con una indudable capacidad de desequilibrio al bote, siendo el tiro exterior su punto más flojo.

Otros cambios

El verano es joven todavía en el seno baskonista. Por un lado, hay que encontrar al cuarto cupo de formación que, junto con Sedekerskis, Raieste y Kurucs, complete la plantilla. Con la cesión de Sidy Cissoko en la G-League y al ruso Pavel Savkov en el Fuenlabrada de la Liga ACB, la «cartera de cupos» del Baskonia se completaría con el checo Ondrej Hanzlik y el vallisoletano Miguel González, jugadores estos que han estado cedidos en la LEB Oro en la pasada temporada –en las filas de Iraurgi y Lleida, respectivamente–. El ala-pívot letón Rolands Smits parecía ser el cupo elegido, pero el jugador báltico prefirió engrosar las filas de Zalgiris Kaunas, por lo que la búsqueda del cuarto cupo del Baskonia ha vuelto a quedar bastante coja.

Una cojera que se ha revelado mayor en la pasada temporada en el puesto de escolta. Con las limitaciones técnicas de Giedraitis, Vanja Marinkovic ha tenido una oportunidad de reivindicarse, pero no ha cuajado sino esporádicamente en la plantilla del Baskonia en su estreno en Gasteiz. Buen tirador, pero muy limitado al bote y discreto defensor, Marinkovic sabe, según indican medios locales de Gasteiz, que Joan Peñarroya no cuenta con él, pese a tener contrato hasta 2024.

Las ventajas del negocio a corto plazo tampoco son infinitas, pero de la marcha de Fontecchio, aunque se pierda un indudable valor deportivo, Saski Baskonia puede sentirse hasta satisfecho si sabe jugar sus cartas, algo que el club gasteiztarra ha demostrado en sobradas ocasiones.