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La Sinsorga, el espacio feminista «al que a todas nos gustaría ir», abre sus puertas en Bilbo

La espera ha sido larga, pero ha valido la pena. Tras 18 meses de intenso trabajo en la rehabilitación del edificio, este viernes el espacio feminista La Sinsorga, ubicado en el Casco Viejo bilbaino, abrirá sus puertas con la intención de ser un refugio para toda aquella gente «fuera de la norma».

Varela, Momoitio e Iglesias, este jueves en La Sinsorga. (Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

Desde este viernes, «las bolleras, feministas y gente fuera de la norma» tendrán un nuevo espacio al que acudir en Bilbo, gracias a la inauguración de La Sinsorga. Este proyecto, liderado por las periodistas Andrea Momoitio e Irantzu Varela, pretende ser un «refugio» ante un mundo exterior que se está poniendo «cada vez más difícil».

En un encuentro con los medios, Momoitio y Varela han mostrado este jueves el aspecto final de La Sinsorga, ubicada en el portal número 9 de la calle Askao. El camino ha sido largo, pues han tenido que transcurrir 18 meses de obras para tenerlo todo a punto para su apertura al público, que tendrá lugar este viernes a las 8.00.

El de La Sinsorga es un edificio imponente, merced a las cuatro plantas que alberga esta antigua tienda de vestidos de novia. Sin embargo, ese no es el inicio de la vida de este inmueble, ya que previamente se había usado como tienda de maletas y, desde principios del siglo XX, como almacén portuario. Partiendo de ese pasado más reciente como expresión del «amor romántico», las impulsoras de La Sinsorga han querido «resignificar» el espacio y convertirlo en un referente para el feminismo de la capital vizcaina.

La primera planta, el Garito, está pensada como bar. Así, La Sinsorga ofrecerá gran variedad de comida vegana y vegetariana gracias al acuerdo con la cooperativa agroecológica de mujeres Sustraiak Catering. Además de contar con la tranquilidad para tomarse un café o un vino, en el Garito también se servirán comidas y cenas.

Una de las bases del proyecto de La Sinsorga es poner en valor y visibilizar el trabajo hecho por y para las mujeres. Por ello, en la segunda planta se ha ubicado una tienda con productos hechos por artistas y colectivos feministas, fabricados todos ellos con «condiciones sostenibles», como camisetas, libros, una edición especial de botellas de vino dedicadas a La Sinsorga, dildos de cerámica o posavasos diseñados por la ilustradora alavesa Raisa Álava, autora del cartel del Tour 2023, y con textos de la escritora Katixa Agirre.

La cultura también tendrá un hueco en La Sinsorga, concretamente en el tercer piso, o Planta de las Flores. «Vamos a hacer charlas, presentaciones de libros, monólogos, bertsolaritza… De todo un poco. Queremos plantear un programa cultural feminista potente, porque estamos en un momento en el que hay mogollón de creadoras con una perspectiva feminista, pero también de formación con talleres de autodefensa y de pensamiento», ha explicado Varela sobre la sala de «concurrencia pública».

Segunda planta de La Sinsorga, donde se encuentra la tienda de productos feministas. (Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

La última planta, la Ganbara, está reservada para «las sinsorgas», las socias que han permitido que el espacio feminista se pusiera en marcha. En total, casi 300 mujeres que han adelantado sus cuotas para hacer frente a la «inversión gigantesca» que requería la rehabilitación del edificio. «Ha sido no solo una entrada de dinero, sino una muestra de apoyo muy importante», ha valorado Momoitio.

«Queríamos crear el sitio al que a todas nos gustaría ir, y creo que lo hemos conseguido. Va a ser un refugio para todas las bolleras, feministas y gente fuera de la norma, queremos que aquí se sientan como en casa», ha enfatizado Irantzu Varela, ante un exterior que se está poniendo cada vez «más difícil». «Esta es nuestra casa, y no queremos tránsfobos, machistas, fascistas ni homófobos», ha aclarado.

La Sinsorga abrirá cada día de la semana, desde las 8.00. De domingo a miércoles, la hora de cierre será a las 23.00, si bien los jueves y viernes se alargará hasta las 00.00 y los sábados hasta la 01.00.

Documental de Al Borde Films

La intención inicial de las impulsoras de La Sinsorga era llevar a cabo el proyecto de rehabilitación exclusivamente con mujeres trabajadoras. Una idea que, lamentablemente, tuvieron que abandonar debido a las dificultades con las que se toparon a la hora de encontrar a las profesionales en un sector tan masculinizado. Sin embargo, aunque tuvieron que recurrir a la contratación de algunas empresas externas para la realización de trabajos puntuales, el grueso de la obra sí pudo ser realizado por mujeres.

Una fontanera, una electricista, una carpintera y dos «multiusos» se han encargado de poner a punto La Sinsorga. «Hemos estado mucho más cerca de lo que imaginábamos de hacer una obra solo con mujeres», ha apuntado Momoitio, destacando también la diferencia de procederes entre las mujeres y los hombres trabajadores. En este sentido, Varela ha detallado que se han encontrado con «mucho síndrome de la impostora, mujeres apañadas con muchas habilidades que no se atrevían a dar el paso». Mientras que, por otro lado, «hemos aguantado a señores que han llegado a cuestionar a nuestra arquitecta y nos trataban como a niñas jugando a las casitas. Entendemos perfectamente a las mujeres que han tenido que dejar el sector por el machismo que sufrían», ha afirmado.

Para dar fe de este proceso, La Sinsorga ha contado desde sus inicios con la colaboración de la productora feminista Al Borde Films, que está realizando un documental sobre los 18 meses de trabajo en la rehabilitación del edificio. «Lo que empezó siendo la historia de una obra hecha solo por mujeres ha acabado siendo el documental de una obra hecha con el mínimo número de hombres posible», ha explicado sobre el audiovisual Paula Iglesias, codirectora junto a Marta Gómez. Bajo esa premisa, el documental sobre La Sinsorga va a estar producido y dirigido únicamente por mujeres.

Por si quedaba alguna duda, Momoitio y Varela se han encargado de aclarar que La Sinsorga será «un sitio abierto a todas las personas que quieran libertad y vidas dignas para todo el mundo», siempre bajo un prisma morado y feminista.