El Movistar intenta digerir la baja de Enric Mas y se olvida de la general para disputar etapas
El equipo navarro ha sido el más perjudicado del inicio del Tour al perder la referencia que tenía para pelear por el podio. Después de remontar su bloqueo con las bajadas en el final de la pasada temporada, su caída del sábado ha hecho mucho daño y obliga a pensar solo en las victorias parciales.
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Movistar era el equipo de casa, el que más debía disfrutar de las etapas vascas, y la llegada el domingo a Donostia reflejó la depresión en la que ha caído el equipo tras el abandono de Enric Mas y la confirmación de que Matteo Jorgenson no puede disputar la general tras estar ya a diecinueve minutos.
Álex Aranburu, que era 23º, perdió ayer dos minutos junto al norteamericano y es el mejor Movistar en la general, 35º. Tampoco llegó contento a Donostia pese a ser el mejor del segundo pelotón tras no poder entrar por poco en Jaizkibel en el grupo de 24 ciclistas que se disputó la victoria en una etapa especial al correr en casa.
Gorka Izagirre sí atendió a GARA para transmitir que «toda la etapa ha sido muy rápida, en Jaizkibel pusieron una marcha más y se ve que van cinco-diez puntos por encima, no hay nada que hacer. Vamos a intentar coger escapadas, lo intentamos, pero se fueron solo tres y no veíamos una opción clara. Lo buscamos, se vio que la carrera estaba atada, y lo seguiremos intentando».
Un ambiente «increíble»
El único consuelo para el mayor de los hermanos de Ormaiztegi fue el apoyo de los aficionados: «Ha sido increíble tanto la primera etapa en Bizkaia como la segunda, que hemos cruzado toda Gipuzkoa, Goierri, Tolosaldea, Donostialdea... Ha sido muy bonito».
El mismo estado de ánimo triste transmitía el director del equipo en el Tour, Chente García Acosta, que admitía que la retirada de Enric Mas «fue un golpe duro porque estamos todos preparando el Tour mucho tiempo, pero al final son cosas que ocurren, estamos acostumbrados. Primero hay que digerirlo, que no es fácil, y después poco a poco hay que ponerse nuevos objetivos y pelear por victorias de etapa».
Solo le endulzaba el amargor del inicio del Tour «el ambiente. Ha sido impresionante todo el recorrido. Mucha gente, lo que es el País Vasco».
«Así es la vida»
La misma resignación transmitía a NAIZ el responsable de rendimiento de Movistar, Patxi Vila: «Muchas veces las cosas no salen como quieres, pero hay que aceptarlo. Estamos para esto, hay que mirar hacia delante y aún tenemos muchas oportunidades para lograr victorias de etapa, que es lo que buscaremos».
Añadía que «mirar atrás no sirve para nada, hay que mirar hacia adelante. Es duro, así es el deporte y la vida. Muchas veces el deporte es reflejo de la vida y a veces recibes lo que no mereces, pero lo único que puedes hacer es seguir trabajando y utilizar ese duro golpe para hacerte más grande, para crecer y para ser más fuerte».
Sobre la respuesta de Aranburu en Jaizkibel comentaba que «se ha quedado en los últimos 300 metros, 24 ciclistas se han ido por delante, pero hay un nivel muy grande. Le faltó poco y eso quiere decir que está muy bien y vamos a ver si tiene más oportunidades».
Jorgenson es muy joven
Tampoco esperaba el beratarra que Matteo Jorgenson pudiera cubrir su liderazgo: «No se puede, no es justo ni natural, no está preparado. Correr tres semanas a no perder tiempo es muy diferente a disputar una victoria de etapa, una escapada o la general de Romandía. No tiene nada que ver, aún es muy joven».
Por eso todos los corredores tendrán libertad: «Al inicio de la segunda etapa explicamos y dejamos claro que no vamos a meter a nadie en la general a no ser que en la segunda semana a alguien le dejen llegar con 30 minutos como a Pereiro en 2006. Nuestro único líder era Enric, se ha ido a casa y nos debemos olvidar de la clasificación general».
Como a los demás, solo le quedaba el consuelo del ambiente de la afición vasca: «Ha sido maravilloso. No sé si me tocará vivir esto de nuevo alguna vez en mi vida. Por Hondarribia y en todo el recorrido, ha sido una pasada».