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Contundente varapalo a la gestión de PNV y PSE durante la última década

¿Cómo llega la gente a las elecciones al Parlamento de Gasteiz? ¿Con qué preocupaciones y con qué expectativas? Una encuesta de Aztiker da algunas pistas: un 38% cree que la situación, sin ser catasfrófica, ha empeorado en una década, frente a un 23% que opina que ha mejorado.

Iñigo Urkullu y Eneko Andueza en el Parlamento. (Raul BOGAJO | FOKU)

Puede que el todavía lehendakari Iñigo Urkullu tenga razón al reivindicar que las cosas no están tan mal o, cuanto menos, no son catastróficas. Un 73,7% de los habitantes de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa opinan que la situación de la CAV es «buena», frente a un 12,5% que considera que es «mala» o «muy mala». Así se lee en los resultados de una encuesta realizada por Aztiker que GARA desgranará entre este domingo y lunes, con estimación electoral sobre el reparto de escaños incluida.

Pero Urkullu no tiene demasiados motivos para la alegría. Cuando se pregunta a la gente sobre la evolución de la gestión de Lakua durante los últimos diez años, los resultados son contundentes. Solo un 22,8% de los encuestados cree que la situación ha mejorado, mientras que un 38,2% opina que ha empeorado. El 39% restante considera que se ha mantenido igual.

El desglose de las respuestas por partidos es significativo. Parece lógico que los votantes de la oposición valoren peor la gestión del Ejecutivo, pero es que también un 19,8% de los votantes del PNV y un abultado 36,9% del PSE creen que la situación ha empeorado. En este último caso, de hecho, la proporción de votantes que opina que las cosas han mejorado con su partido en el Gobierno es mucho menor (un 23,4%).

La valoración sobre la evolución de la última década es especialmente negativa en Araba, el herrialde donde la pugna electoral de este año se presenta en principio más ajustada, como se verá mañana. El 45,7% de los alaveses cree que ha empeorado, frente al 35,3% que responde que sigue igual y el 18,9% que defiende que ha ido a mejor.

Preocupaciones

Preguntados por sus preocupaciones cotidianas, los encuestados responden en primer lugar por aspectos económicos relacionados con la inflación, el encarecimiento de la vida, el nivel salarial, el paro y el precio de la vivienda. En la lista siguen aspectos relacionados con la salud en sentido amplio, desde la calidad y la accesibilidad del servicio de salud hasta la preocupación por la salud propia y la salud mental.

Entre los temas referidos también aparece, con cierta ambivalencia, la inmigración. Emerge como fuente de preocupación su control y sus consecuencias sociales, pero también preocupan la falta de derechos de los migrantes, así como su dificultad para acceder a servicios sociales. Un tema complejo que requiere mayor detalle, pero que indica que la sociedad vasca no es inmune a corrientes globales.

Otras preocupaciones que aparecen de forma secundaria son la falta de confianza hacia la política, la crisis climática, el transporte y la educación.

Ningún partido obtiene un resultado espectacular cuando los encuestados son preguntados sobre la formación más capacitada para afrontar los problemas. Un 17,3% señala que es el PNV, un 14,6% asegura que el PSE y un 13,6% opta por EH Bildu. Las elecciones expresarán mandatos, siempre lo hacen, pero todo indica que no encargarán su cumplimiento a una sola fuerza de forma inequívoca.

Simpatías por colectivos

La encuesta también preguntó sobre la simpatía generada por diversos colectivos, punto que sugiere diferentes vías para la reflexión. Para empezar, en contra de lo que más de uno pudiera pensar, las personas a favor del euskara reciben un 7,1 de simpatía en una escala del 0 al 10. Les siguen de cerca las personas ecologistas (6,9) y las personas de izquierdas (6,7). El primer peldaño descendiente aparece al preguntar sobre las personas feministas, que reciben un 6,2. Aunque en menor medida que en otros puntos, la ola reaccionaria global también se deja notar en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Por último, la simpatía creada por personas independentistas baja hasta el 5,2.

Ficha técnica

La encuesta se realizó por procedimiento mixto (online y telefónico), con una muestra de 1.800 personas con derecho a voto (600 por herrialde). El error muestral es del 2,4%, con un 95,5% de confianza. El trabajo de campo se realizó entre el 7 y el 20 de diciembre.

 

La expectativa sobre EH Bildu crece 20 puntos en ocho meses

Los votos reales deberán confirmar en las próximas citas el cambio de ciclo político que sugirieron las elecciones de mayo pasado, pero el cambio de rasante es ya palpable en las expectativas. Tan sutil como significativo. La mitad de la población de la CAV (52,5%) según la encuesta, cree que será el PNV quien vuelva a ganar las elecciones, pero un 25,1% cree, ya que lo hará EH Bildu.

Puede no parecer mucho, pero el cambio se detecta al compararlo con la situación hace menos de un año. En abril de 2023, un mes antes de las elecciones municipales y a Juntas, un 68,7% creía que iba a ganar el PNV y solo un 5,8% apuntaba a EH Bildu. Los resultados electorales de la pasada primavera han provocado un pequeño pero nada desdeñable terremoto en el juego de las expectativas.

Por cierto, por mucho que Eneko Andueza insista en que salen a ganar, solo un 4,8% cree que lo harán. De hecho, hay más votantes del PSE que creen en la victoria de EH Bildu que en la suya propia.

De la resignación a la incertidumbre

Para tomar la temperatura a la sociedad, la encuesta incluye una pregunta sobre los sentimientos que despertaría una victoria del PNV o una de EH Bildu. Merece la pena detenerse en los resultados. En caso de victoria jeltzale, el 28,9% menciona un sentimiento negativo como la resignación, seguido de uno neutro como la indiferencia (25,1%). Hay que bajar al tercer y cuarto escalón para encontrar sentimientos como la esperanza (17,3%) y el alivio (16,9%).

En resumen, a un 56,6% de la población le genera algún sentimiento positivo una hipotética victoria del PNV, a un 43,9% sentimientos neutros como la indiferencia y la incertidumbre, y a un 55,1% sentimientos negativos. Como cabe colegir de la suma de los porcentajes, los sentimientos son complementarios. Es decir, puede despertar tanto indiferencia como resignación, igual que pueden combinarse incertidumbre e ilusión.

En el caso de EH Bildu, el primer sentimiento es, de hecho, uno neutro, la incertidumbre (28,2%), seguido de uno negativo, como es la preocupación (26,1%), y dos positivos: esperanza (20%) e ilusión (15,8%). El resumen de los sentimientos generados por una hipotética victoria de la izquierda soberanista es que un 54,5% menciona sentimientos positivos, un 43,9% neutros y un 67,1% negativos. Son más que los del PNV, pero todo parece indicar que EH Bildu ha dejado de ser el coco.