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Biniam Girmay se confirma como el más rápido con su tercera victoria al sprint

Primoz Roglic, involucrado en una caída a 12 kilómetros de meta, se deja 2:02 respecto al pelotón, con lo que cae al sexto puesto de la general.

GIrmay ha tenido tiempo de celebrar su tercera victoria de etapa. (Thomas SAMSON/AFP)

En un sprint de potencia, largo y desorganizado, Biniam Girmay, el eritreo que ha puesto a África en el mapa del ciclismo del máximo nivel, se ha confirmado hoy como el sprinter más rápido de esta edición del Tour, imponiéndose en la meta de Villeneuve sur Lot, en una recta final de un kilómetro que picaba hacia arriba, en la que el ciclista del Intermarché ha sido el más fuerte por delante de Wout van Aert, Ackermann y Cavendish, tras la descalificación de Demare, que había sido segundo, por maniobra irregular.

Girmay (Asmara, 24 años) no ha dado opción en un final en el que llegando en progresión desde posiciones retrasadas, ha remontado para alzar los brazos por tercera vez. Ya se estrenó en Turín, confirmó su poder en Colombey  y ahora en Villeneuve se ha reivindicado como el mejor sprinter vestido con un maillot verde que le ha dado alas.

Si la etapa ha tenido el final, más o  menos, esperado, poco ha tenido de transición la duodécima etapa, disputada entre Aurillac y Villeneuve-Sur-Lot, de 203.6 kilómetros, pues ha dejado tres grandes perjudicados. Pello Bilbao y Jacobsen se han tenido que retirar con problemas físicos y Primoz Roglic que, una vez más, se ha visto envuelto en una caída a 12 kilómetros de la línea de llegada, con lo que tanto Joao Almeyda como Carlos Rodríguez le han adelantado en la general y es sexto.

Pello no ha podido más

Muy pronto ha comenzado el calvario de Pello Bilbao. El de Gernika, débil, enfermo, enseguida se ha retrasado. No era el ciclista combativo que ganó el año pasado en Issoire y finalizó sexto en la general. Un virus, ya se habla del Covid, parece que anda suelto por el Tour, y que está afectando a varios corredores. Pello nunca había abandonado en 5 participaciones.

Tampoco ha aguantado la etapa el excampeón de Europa neerlandés Fabio Jakobsen, ganador de etapa en el Tour y quíntuple en la Vuelta. Un sprinter menos para las llegadas masivas. Mientras unos se subían al coche para volver a casa, la carrera seguía animada. En la primera hora se cubrieron 51,8 km.

El festival de ataques iniciales ha terminado con la luz verde del pelotón para la fuga de Madouas, Pacher (Groupama-FDJ), Abrahamsen (Uno-X) y Turgis (TotalEnergies), quienes han pasado la Cota d'Autoire en el km 62 con 3 minutos de adelanto sobre un pelotón que controlaba el Movistar de Gaviria y el Alpecin de Philipsen, un síntoma de que la jornada olía claramente a esprint, si bien Girmay ha dejado sin premio el trabajo de estos dos equipos.

Neutralizada la fuga, en una llegada complicada de controlar, podía ser el día de Van Aert, con licencia para buscarse la vida al esprint. El flamenco ha atacado de lejos, lo mismo que el francés Demare, pero ha aparecido desde atrás, remontando, Biniam Girmay para dejar claro quién es el rey del sprint en el Tour.

Ya lleva tres el eritreo, agrandando la historia que él mismo inició ganando la primera clásica en la Gante Wevelgen para el África negra. Luego se presentó en sociedad en el Giro y en el Tour ha monopolizado el sprint. Vestido de verde, sueña con llegar con ese maillot al esprint. Tampoco desaprovecha la ayuda espiritual.

«Gracias a Dios por la fuerza que me da, gracias a él soy el más rápido. Sabía que tenía fuerza para estar delante desde el primer día. Me siento feliz, me ayudan y yo remato. El poder del maillot verde es especial, me siento rápido también de cabeza», ha dicho la incipiente leyenda africana