Gana Woods en Ancares y encumbra a Primoz Roglic como candidato al maillot rojo
El canadiense de Israel se ha lucido como especialista en finales en «cuestas de cabras». Mientras, Roglic ha restado casi dos minutos a Ben O'Connor y también ha descolgado claramente a un Enric Mas desfallecido en los dos últimos kilómetros. Landa sigue quinto, con la tercera plaza a 19 segundos.
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El mejor Primoz Roglic ha vuelto. Después de varios días en los que no ha podido soltar a Enric Mas, e incluso después de sufrir en Hazallanas, el esloveno ha conseguido desbancar al jefe de filas de Movistar, luego de imponerse entre los gallos de la Vuelta en la terrorífica subida a Ancares, una etapa que se ha llevado el canadiense Michael Woods, ganador en el monte Oiz en la Vuelta de 2018 y auténtico especialista en estas «cuestas de cabras», y el más listo de una fuga que ha contado con 24 efectivos y en el que Wout Van Aert ha llevado el peso hasta que, en los cinco últimos kilómetros de la pared de Ancares, han mostrado las debilidades de unos y otros.
En la pelea por el maillot rojo, Ben O'Connor ha entrado en crisis a falta de cuatro kilómetros, una pared prolongada con una media del 12% de desnivel, tratando de subir a su ritmo y sin cebarse en el ritmo de los mejores. Ese ha sido el gran pecado de Enric mas, al pretender acompañar a Roglic cuando el esloveno se ha puesto a marcar el ritmo. El balear se ha quedado a dos kilómetros a la meta, y tras su desfallecimiento lo han superado Mikel Landa, que ha dado un buen paso camino al podio, Richard Carapaz, Lipowitz, Carlos Rodríguez, Gaudu y otros.
Ben O'Connor se ha dejado casi dos minutos de su renta respecto del esloveno del Red Bull Bora, colocándose a 1:21 del australiano, mientras que Mikel Landa se ha situado a 19 segundos de la tercera plaza de la general, en poder todavía de un Enric Mas que ha mostrado por primera vez desde que arrancase la Vuelta una debilidad tan acusada.
Una carrera y una trampa
Como es usual en esta clase de etapas, la fuga por la victoria de etapa y la pelea por el liderato han discurrido en jornadas paralelas. En primer lugar, un grupo de 24 corredores, del cual el primero en descolgarse ha sido el Euskaltel Xabier Isasa, ha se ha escapado de un pelotón que ha llegado a acumular 17 minutos de desventaja, a la espera de la pared final de Ancares.
Así las cosas, Wout van Aert (Visma), Jay Vine, Brandon McNulty y Marc Soler (UAE), Kim Heiduk (Ineos), Kasper Asgreen (T-Rex), Sam Oomen (Lidl-Trek), Kaden Groves y Luca Vergallito (Alpecin), Michael Woods y Dylan Teuns (Israel), Victor Campenaerts y Sylvain Moniquet (Lotto), Mauro Schmid (Jayco), Simon Guglielmi y Mathis Le Berre (Arkéa), Gijs Leemreize, Enzo Leijnse y Julius van den Berg (DSM), Rubén Fernández (Cofidis), Nicolas Vinokourov (Astana), José Félix Parra (Kern Pharma) y Mikel Bizkarra (Euskaltel-Euskadi) han tomado las de Villadiego, en una jornada en la que la Vuelta ha salido de Galicia y ha transitado por las tierras del Bierzo, un terreno correoso y pestoso que ha servido de desgaste antes de afrontar el puerto final.
El grupo cabecero se ha ido desgajando hasta quedar un quinteto conformado por Van Aert, auténtico animador de la prueba y que se ha enfundado el maillot de rey de la montaña, amén de el de la regularidad, Michael Woods, Sam Oomen, Mauro Schmid y un Marc Soler erigido en la baza de UAE luego de que Jay Vine y Brandon McNulty se hayan caído en el descenso al puerto de Llumeras, un accidente en el que McNulty no ha ido ladera abajo porque lo ha frenado la vegetación después de pasar limpiamente por debajo del «quitamiedos» de la carretera.
Mientras, por detrás Movistar ha empezado a poner algo de ritmo, pero conforme el gran grupo ha ido negociando las primeras estribaciones de Ancares, ha sido el Red Bull Bora el equipo que ha empezado a meter ritmo, inequívoco signo de que Roglic se ha encontrado mejor que en días anteriores, donde ha acusado cierto dolor de espalda.
Por delante, Van Aert, Oomen y Soler han cedido en la primera rampa criminal del puerto de la jornada, quedándose la etapa a lo que saliera del mano a mano entre Woods y Schmid, un duelo descafeinado, ya que el americano del Israel –saludado por más de una bandera palestina algún que otro aficionado de Euskal Herria con un «Free Palestine!» desde la cuneta al tiempo que blandía la ikurriña– se ha escapado sin remisión. Vencedor en Oiz en 2018 y en el Puy de Dome en el Tour de 2023, el canadiense es un especialista en estas llegadas de cuestas imposibles donde más que atacar, los ciclistas suben la pendiente cada cual imponiendo su propio ritmo y por tanto su escapada ha tenido la seguridad de lo inexorable.
Por detrás, entre tanto, Ben O'Connor ha sido el segundo entre los favoritos en levantar el pie del acelerador, solo por detrás de Adam Yates. Roglic no ha tardado en poner su ritmo, en principio con Enric Mas soldado a su rueda, al tiempo que Mikel Landa, Carapaz, Carlos Rodríguez y demás han perdido comba.

Durante un instante Landa ha llegado a la altura de los dos corredores más fuertes de esta Vuelta, pero pronto ha entendido el de Murgia que aguantar a la altura de Roglic era sinónimo de explotar y ha decidido levantar el pie y buscar su ritmo. Una lección que Mas no se ha sabido bien, porque poco después de descolgarse Landa, se ha descolgado él. Solo restaban dos kilómetros para la llegada para los mejores, pero con más de cuatro minutos por kilómetro –lo que indica pedalear a 15 kilómetros por hora–, el tramo final ha sido un calvario para el balear, que ha visto cómo Landa, Rodríguez, Lipowitz, Gaudu y hasta Carapaz lo han ido superando.
A su ritmo, y sufriendo horrores, Ben O'Connor ha dado las muestras casi definitivas de debilidad que empiezan a descartarlo como candidato a la primera plaza del podio, por más que aún quede mucha Vuelta y nadie esté exento de un mal día o un accidente. Desde luego Roglic ya está por debajo del minuto y medio de diferencia, y el fin de semana no invita a la «resurrección» del ciclista de Perth. La Vuelta llega a Villablino este sábado, una etapa de 200 kilómetros en la que se corona el alto de Leitariegos, de primera categoría, a falta de 17 kilómetros para la llegada. Pero aún presumiendo que el sábado solo la fuga por la etapa tendrá un interés real, el domingo se llega a la cima de Cuitu Negru, «añadido» del puerto de Pajares –lo cual supone una ascensión casi continua de 18 kilómetros–, en una jornada con doble paso por el Alto de Colladiella, por lo que nadie extrañaría si Roglic recuperase el maillot de líder antes de afrontar el lunes la segunda jornada de descanso.
«A Roglic lo veo por encima de todos, pero queda mucha Vuelta», ha certificado el propio Mikel Landa, que se mantiene en quinta plaza de la general, a siete segundos de Richard Carapaz y a 19 de la tercera plaza de Enric Mas, mientras que Ben O'Connor aventaja al de Murgía en tres minutos y veinte segundos.