Tadej Pogacar cierra en Lombardia la temporada dando su enésima exhibición
Tras el trabajo de los UAE, el prodigio esloveno ha arrancado a 48,4 kilómetros a la meta de Como, sumando su vigésimo quinta victoria de la temporada en 57 días de competición, todo un récord. Remco Evenepoel y Giulio ciccone han completado el podio, con Ion Izagirre clasificado en cuarto lugar.
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No hay a día de hoy un ciclista en el mundo que pueda hacer sombra a Tadej Pogacar. El esloveno ha completado su mejor temporada desde que llegara a profesionales sumando su ¡vigésimo quinta victoria de la temporada! en 57 días de competición, llevándose Il Lombardia –el cuarto consecutivo–, el último «monumento» de las pruebas de un día. Lo que viene a ser un récord en cuanto capacidad ciclista y «apetito» insaciable. Su imitación de Evenepoel al levantar la bicicleta una vez cruzado la meta ha redondeado su enésima exhibición.
El flamante vencedor del Giro, el Tour y el Mundial ha mantenido la incertidumbre del momento de su ataque hasta que, a falta de 48,4 kilómetros para la meta situada en Como, ha arrancado a medio camino de la ascensión de Colma di Sormano, la de mayor entidad de la carrera, para decir adiós a unos rivales que bastante han tenido con pelear por completar el podio. Así, Remco Evenepoel –Soudal Quick Step– ha completado una meritoria segunda plaza, inmerso en una utópica caza del prodigio balcánico, alcanzando la meta a más de tres minutos de Pogacar. El duelo entre Enric Mas –Movistar–, Lennert Van Eetvelt y Pavel Sivakov –que después de trabajar para Pogacar ha tenido la libertad de pelear por hacer un buen puesto para su palmarés– por la tercera plaza ha sido, de hecho, la que más incertidumbre ha creado, siendo el ciclista del Lidl-Trek Giulio Ciccone, quien se ha valido de la pelea de los tres anteriormente citados para colarse de rondón en el tercer cajón, alcanzando la meta de Como a cuatro minutos y medio del vencedor, con Ion Izagirre colándose en la cuarta plaza, después de realizar una carrera de menos a más.
«El equipo ha trabajado duro por conseguir cada victoria y esta vez no ha sido distinto. Ha sido una carrera larga y dura, por lo que estoy superfeliz», ha indicado un Tadej Pogacar que ha comentado que el momento de su ataque estaba medianamente planeado. «Los últimos kilómetros eran una cuestión de uno contra uno y sabía que si sacaba ventaja, podría manejarla a mi favor».
Antes de que llegase el ataque de Pogacar, han sido otros los aventureros quienes lo han probado, haciendo trabajar a los UAE para tener la fuga bajo control. Xandro Meurisse (Alpecin), Matej Mohorič (Bahrain), Bastien Tronchon (Decathlon), Rudy Molard y Rémy Rochas (Groupama), Thymen Arensman y Brandon Rivera (Ineos), Julien Bernard (Lidl-Trek), Gregor Mühlberger y Einer Rubio (Movistar), Daniel Martínez (Red Bull), Mauri Vansevenant (Soudal), Martijn Tusveld y Kevin Vermaerke (DSM), Eddie Dunbar (Jayco), Matteo Fabbro (Polti-Kometa), Tiesj Benoot y Wilco Kelderman (Visma) y Anders Halland Johannessen (Uno-X), nada menos.
Pero el UAE de Tadej Pogacar y que dirige Josean Fernández ‘Matxin» ha comenzado la ascensión a Colma di Sormano con un minuto de desventaja respecto de un grupo en el que ha comenzado la desbandada, con ataques de los dos Groupama y Rudy Molard y Rémy Rochas, aunque el belga de Alpecin Xandro Meurisse ha sido quien más lejos ha llegado.
El Halcón y la Flecha
Adam Yates y Pavel Sivakov han sido los dos lugartenientes que ha precisado el prodigio esloveno para limar la renta de los fugados. Y en honor a la verdad, ha resultado curioso el carácter paciente de Pogacar, que ha aguardado respetuosamente a que el trabajo de sus compañeros haya surtido efecto, sin lanzar su ataque sino cuando ha tenido la certeza de que nadie más quedaba por delante.
Remco Evenepoel le ha guardado la rueda a Pogacar en toda esa ascensión, pero cuando a 48 kilómetros de meta, con todavía seis kilómetros largos de ascensión, el flamante ganador del Giro, el Tour y del Mundial ha lanzado su ataque, ni Evenepoel ni ningún otro valiente ha osado toser al balcánico, que como acostumbra cuando se mueve, se ha ido solo y lo que era un minuto de desventaja a pie de ascensión, se ha convertido en un minuto de ventaja sobre sus más inmediatos perseguidores cuando ha afrontado los 40 kilómetros finales en el territorio de «El Halcón y la Flecha».
Junto con Remco Evenepoel, Enric Mas y el joven flamenco Lennert Van Eetvelt, del Lotto Destiny, han intentado organizarse en fingir perseguir a Pogacar. Pero pronto se ha cansado el «pitbull» y oro olímpico de la compañía de estos dos, de forma que se ha lanzado en solitario en busca de la imposible del esloveno de UAE. Por detrás, Pavel Sivakov ha dado caza a Mas y Van Eetvelt, haciendo gala de la superioridad de UAE.
Tan sobrado se ha visto Pogacar, que durante un tramo de bajada se ha permitido el lujo de preguntarle a la moto de la realización de la prueba sobre su ventaja, respondiendo con una sonrisa a la réplica de los responsables de la pizarra. Y es que todo un campeón del mundo contra el crono como Evenepoel se ha visto incapaz de mantener siquiera su desventaja respecto del esloveno, que ha ido aumentando su renta hasta abrir una diferencia que retrotrae a un ciclismo en blanco y negro.
Como en blanco y negro ha sido su escalada a San Fermo, última dificultad orográfica de Il Lombardia, donde Pogacar ha dado una auténtica exhibición para delirio de sus incondicionales, como si todavía tuviera necesidad de abrir más ventaja respecto de sus contrincantes. «He podido divertirme con los ánimos que me han dado los aficionados. Ha sido increíble», ha comentado la estrella del UAE.
Por detrás, Evenepoel ha afianzado su segunda plaza mientras que la pelea entre Van Eetvelt, Mas y Sivakov ha producido la llegada de otros «intrusos», entre ellos Giulio Ciccone, que ha aprovechado el envión tras el paso de San Fermo para colarse en la tercera plaza –a Ion Izagirre le ha faltado poco para ser él el tercero en discordia–, en un fin de fiesta abrumador de un Tadej Pogacar –muy bien flanqueado por un emocionado Evenepoel–, que ha declarado estar «esperando el final de temporada». Al parecer, hasta el balcánico se fatiga, pero no se cansa nunca de ganar.