«Nunca aceptaremos la restauración del sistema monárquico en Nepal»
Pramesh Pokharel es secretario general de la Federación Campesina de Todo Nepal y miembro del Comité Central del Partido Comunista de Nepal (Socialista Unificado), fuerza parlamentaria que en 2021 se escindió del Partido Comunista de Nepal del recientemente derrocado primer ministro nepalí.
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En esta videollamada con GARA, Pokharel analiza las protestas que la semana pasada dejaron 72 fallecidos y al menos 200 heridos en Nepal y que, una vez estalló la ira popular encabezada por la 'Generación Z', provocaron la caída del Gobierno. De esta forma, una nueva etapa parece abrirse y diferentes actores, apunta Pokharel, pretenden apuntalar su posición en un país que, tras la guerra civil entre monárquicos y maoístas, lleva dos décadas gobernado por representantes comunistas.
¿Cómo valora la situación en la calle desde que el Ejército tomó el control e impuso el toque de queda?
Cuando los manifestantes derrocaron al Gobierno y ardía todo el país, el Ejército tomó el poder por primera vez en la historia de Nepal. Desde entonces, estamos recobrando la normalidad. Durante el día, no hay toque de queda, y el transporte local funciona y las tiendas están abiertas. Sabemos que la situación social y política ha cambiado, pero aún desconocemos cómo impactará en el país. La nueva primera ministra, que es la expresidenta del Tribunal Supremo, ha tomado dos decisiones: disolver el Parlamento y anunciar la fecha de las elecciones [para marzo de 2026]. Los principales partidos políticos han denunciando que la decisión de disolver el Parlamento es anticonstitucional.
¿Existe resistencia de los principales políticos al proceso actual de cambio?
No hay resistencia en las calles porque los líderes políticos están a la defensiva. Cuando la protesta comenzó a ser violenta, atacaron sus residencias y las sedes de los partidos. Quemaron el Parlamento. Por eso los líderes políticos no están en las calles. Pero hay declaraciones, y consideran que este movimiento es inconstitucional. Aunque los acontecimientos aún no están definidos, entre los manifestantes hay un pequeño grupo dominante encabezado por la oenegé Hami Nepal y por el alcalde de Katmandú, Balen Shah. Ellos están decidiendo todo: el rol del Ejército, la primera ministra.

¿Qué diferencias existen entre Hami y los otros grupos activos en las protestas?
En el primer día, la protesta tenía el apoyo general de las masas. Las demandas eran legítimas: levantar la prohibición del veto a las redes sociales y terminar con la corrupción. Ha habido estafas que involucraban a políticos y no se hizo nada, y además, sus hijos, los 'nepokids', disfrutan de una vida lujosa que muestran en Instagram o TikTok. Cuando mataron a 19 chavales que protestaban de forma pacífica, la gente salió a la calle a apoyar a la 'Generación Z'.
Pero un día más tarde, turbas que querían desestabilizar el país protagonizaron actos de vandalismo y quemaron propiedades privadas, centros comerciales, cortes de justicia, comisarías de policía. Al final, la protesta espontánea ha terminado siendo controlada por unas pocas organizaciones. Hami Nepal es una de ellas, y obtiene fondos de entidades internacionales, de EEUU. Y a Balen Shah, que podría haberse convertido en primer ministro interino si hubiera querido, porque cuenta con apoyo popular, se le acusa de ser cercano a EEUU. La convergencia entre Balen y Hami Nepal sugiere que EEUU e India están intentado tomar posiciones. Además, la nueva primera ministra, Sushila Karki, tiene buena relación con India. Si analizamos a estas figuras, existen los lazos.
«La protesta, genuina y justificada, ha terminado siendo controlada por unas pocas organizaciones. La decisión de disolver el Parlamento va contra la Constitución»
Entonces cree que están actuando actores externos...
Existen lazos, sí, pero no sería justo ligar todo este movimiento a la influencia de EEUU o India, ni tampoco reducirlo a elementos promonárquicos o panhindúes. Las protestas han tenido un apoyo de base genuino y son reales las demandas sociales y políticas. La gente se ve forzada a abandonar el país: el desempleo es alto, la corrupción es enorme y no hay esperanza en un cambio político. Sin embargo, en el ámbito geopolítico, no podemos negar que Nepal está en una posición clave entre India y China y que, para integrarnos en su estrategia de seguridad en el Indopacífico, EEUU lleva intentado penetrar en la política nepalí desde 2017.
¿Qué rol futuro puede desempeñar la izquierda?
Sharma Oli es un autócrata y es responsable de la devastación y división del movimiento comunista en Nepal. Aunque representa al marxismo-leninismo, se le considera liberal, y no podemos decir que el Gobierno derrocado sea de izquierda. Por otro lado, confiamos en que este sea un nuevo comienzo para la izquierda en Nepal. Si nos unimos, podremos reorganizarnos y corregir los errores.
«En el ámbito geopolítico, no podemos negar que Nepal está en una posición clave entre India y China y que, para integrarnos en sus planes en el Indopacífico, EEUU lleva intentado penetrar en la política nepalí desde 2017»
La gente parece reclamar figuras políticas nuevas. El líder de su partido ya fue primer ministro del país. ¿Es parte del sistema?
El país ha estado gobernado por las mismas personas durante muchos años. Sharma Oli ha sido cuatro veces primer ministro. Ahora, gracias a la 'Generación Z', nos hemos dado cuenta de que debemos cambiar los liderazgos. La sociedad reclama caras nuevas, personas que tengan ideas nuevas y entiendan a estas generaciones. Nunca pensamos en ellas en nuestro partido: la 'Generación Z' no tiene relaciones con la política, tampoco con los movimientos agrarios, pero son personas que piensan en transformar la sociedad en aspectos de género, casta o trabajo. El problema es que, como en otros lugares del mundo, estos jóvenes se sienten atraídos por las figuras populistas, y pueden ser utilizados por personas como Balen.
En 2008 se abolió la monarquía y, sin consulta popular, se estableció un sistema secular. Teniendo en cuenta que Nepal es de mayoría hindú, ¿ve factible que se reforme la Constitución para que vuelva a ser el único país hindú del mundo?
Lo intenta un grupo, el Partido Nacional Democrático, que cada día tiene más apoyo. En las elecciones de 2017 obtuvo un parlamentario, mientras que en las de 2022 consiguió 14. Existe una tendencia, un auge de grupos panhindúes y promonárquicos, y la connivencia de Narendra Modi, el primer ministro de India, quien trata de convertir Nepal en un país hindú. Además, los bloques monárquico e hindú están unidos: para un hindú la monarquía es la reencarnación de una divinidad que salvará a la sociedad. Por eso, monárquicos e hindúes son diferentes caras de una misma moneda. Somos conscientes de que surgirá una figura panhindú que intente abolir nuestra Constitución para traer de vuelta el sistema monárquico. Es una amenaza real. Por eso, los partidos políticos pedimos que se respete la Constitución. Apoyamos los cambios, pero deben ser constitucionales.
«Surgirá una figura panhindú que intente abolir nuestra Constitución para traer de vuelta el sistema monárquico»
¿Sería posible presenciar una guerra civil entre monárquicos y comunistas?
La sombra sigue presente. Toda revolución afronta contrarrevoluciones, y los logros de la revolución de 2006 están siendo cuestionados ahora mismo.
Si los movimientos regresivos provocan el ascenso de la monarquía, tendríamos que luchar de nuevo. Nunca aceptaremos la restauración del sistema monárquico en nuestro país.