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Una película que funciona

‘UNGRATEFUL BEINGS’
República Checa, Eslovenia, Polonia, Eslovaquia, Croacia, Estado Francés, 2025. 110 minutos. Dirección: Olmo Omerzu. Guion: Olmo Omerzu, Nebojsa Pop-Tasić, Kasha Jandáčková. Intérpretes: Barry Ward, Barbora Bobulova, Dexter Franc, Antonín Chmela, Timon Sturbej.

‘Ungrateful Beings’. (ZINEMALDIA)

Sí, ‘Ungrateful Beings’ funciona. La trama aguanta dos horas de metraje, el drama se concretan pronto y nada resulta lo suficiente feo o molesto para que reparemos en su apartado visual. Sin embargo, la de Olmo Omerzu (‘Bird Atlas’) no llega nunca a despegarse de sus andamios de película, y de película europea.

Su mayor rémora, la fórmula. Desde lo genérico, con la anorexia de la adolescente Klára (Franc) como traslación de los silencios en el seno familiar, hasta lo concreto, con el olor penetrante a dossier tras las imágenes de las enormes chicharras del camping croata donde veranean. Su segunda traba, que no caiga nunca con el punch de las mochilas emocionales bien cargadas, a pesar de sus excesivas ocurrencias argumentales (del asesinato del cámping al sexting parental, o el final abierto) y de diálogo, porque todo el mundo tiene una réplica de gloria.

Pero ‘Ungrateful Beings’ no se ve, se curiosea. Visten las vértebras del guion imágenes flacas o inmemorables, que nunca superan el perpetuo plano medio y que ni se preocupan por conferir a la comida la centralidad que se le presupone en un cuento sobre el TCA. Mientras, el film se (y nos) entretiene alternando entre los extremos de registros y géneros de lo más variopinto, en un «agárrame la cerveza» que avanza a tientas, buscando a sus personajes…

Sobre el padre y la madre (Ward, Bobulova) intuimos sólo un sinfín de límites cruzados. De Klára, ni cuando accedemos a las entrañas de su historial de WhatsApp llegamos a conocer más que sus tendencias afeadas y adolescentes. ¿Siente Omerzu empatía real hacia sus propios personajes?