17 rebotes en ataque concedidos para 103 puntos encajados. Las primeras toses del Baskonia
«Si no defendemos, no tenemos nada que hacer», se quejó Paolo Galbiati tras el 107-88 encajado frente a Basket Zaragoza. Aunque la muestra aún es demasiado pequeña, los gasteiztarras afrontan una semana con dos duelos de máxima dificultad en Zurbano: Panathinaikos el jueves y Real Madrid el domingo.
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«Claro que me preocupa la defensa. Hemos naufragado atrás y sin defensa, no tenemos nada que hacer», declaraba un Paolo Galbiati lacónico y enojado tras el 107-88 encajado frente a Basket Zaragoza. Un duelo en el que destacó el 4 de 28 en los tiros triples –0 de 17 en la primera mitad– de los gasteiztarras, pero en el que la mayor vía de agua estuvo en la faceta defensiva.
La muestra todavía es irrisoria como para ponerse a hacer análisis exhaustivos. Los gasteiztarras han jugado tres partidos en menos de una semana de margen, dos de ellos lejos del Buesa Arena y el contexto a la hora de conformar el plantel, con no pocos jugadores tocados durante la pretemporada más el fichaje de Markquis Nowell casi sobre la bocina, impide hacer afirmaciones tajantes... excepto una: encajar 103 puntos por partido es inviable como para aspirar a algo, así en la Euroliga como en la Liga ACB. Pero por ahora todo son toses y malestar general, como le cuadra a las infecciones que llegan con el otoño. Mientras no derive en nada más grave, todo puede deberse a un mal arranque y nada más.
Saski Baskonia empezó encajando 102 puntos ante Olympiacos, pero ofreciendo una imagen más que buena, al punto de que tuvo sus opciones de ganar al cuadro del Pireo hasta el último minuto de su estreno en la Euroliga. A pesar los 20 rebotes en ataque concedidos, los 32 tiros libres que dispuso el cuadro heleno, verdadera diferencia en ataque ya que los dos equipos dispusieron de 72 tiros de campo, pero la mitad de tiros libres para los de Paolo Galbiati. Con todo, salvo los 41 triples lanzados, poco se desafinó en un partido competido.
El gesto empezó a torcerse en el duelo frente a Asvel Villeurbanne. No solo por encajar otros 102 tantos, pasando de un 13-26 favorable a un 94-78 adverso, sino por esa «falta de disciplina táctica» que el propio Paolo Galbiati denunció cuando las cosas se pusieron feas. Una maneras de decir que cada cual hizo la guerra por su cuenta, lo que supuso no solo la derrota, sino que el cuadro lionés lanzara 72 tiros de campo por 63 en Baskonia, amén de 24 tiros libres, por 18 el conjunto gasteiztarra. Los 16 rebotes ofensivos del conjunto galo, sin que destaque ningún jugador interior suyo, y los 16 balones perdidos, fueron la puntilla de una derrota que dejó muy mal cuerpo al entenderse que se podría haber ganado.
Solo faltaba que Basket Zaragoza le sacara también los colores al Baskonia. Un Baskonia que mantuvo el tipo hasta el empate a 32, a pesar del desacierto en el triple. Al menos parecía haber cerrado mejor su aro y evitado las pérdidas de balón... hasta que se descosió: parcial de 16-2 para alcanzar el descanso con un 48-34 adverso del que jamás se repondría el cuadro alavés, con un final de partido con los jugadores haciendo la guerra por su cuenta y perdiendo toda disciplina grupal, sobre todo en defensa.
Al final, 107 puntos al canto y Paolo Galbiati, desquiciado en la banda, que lo mismo hacía jugar a Forrest, Villar y Spagnolo a la vez, que sentaba a todos sus armadores para emplear al juvenil Joksimovic como falso base. En total, 80 tiros de campo concedidos, más 22 tiros libres –70 tiros de campo y 29 tiros libres para el Baskonia–, concediendo 15 rebotes en ataque y 18 balones perdidos. Números colectivos todos estos que solo permiten salvar los partidos en caso de inspiración individual, una inspiración que no llegó en ningún momento.
Reflotar el naufragio
En total, Saski Baskonia encaja 103,66 puntos, concede 17 rebotes en ataque y pierde 16 balones por partido. Asimismo, sus rivales lanzan de campo 74,66 veces, amén de 26 tiros libres, números que Saski Baskonia no iguala: 68,33 tiros de campo y 21 tiros libres.
Si Paolo Galbiati llegaba con una propuesta de juego fresco, rápido y dinámico, de rotaciones constantes y cortas para tener «sangre fresca, mente fresca y sangre fresca», la única manera de que sea efectiva es que la defensa iguale estas prestaciones, por más que jugar a más posesiones suponga aumentar también la anotación del rival. Ya llegará el momento de pedir responsabilidades individuales, pero ante este arranque con el paso torcido, solo cabe esperar que el Baskonia empiece a parecerse a un equipo.
Eso sí, como aperitivo, parte del naufragio se puede ver en el puesto de pívot, en el que Luka Samanic no compensa con su talento ofensivo su flojera en defensa, mientras que un Khalifa Diop aceptable no puede compensar las insuficiencias del croata. En ese sentido, tampoco hay que olvidar que Rodions Kurucs aún no ha debutado y que el letón puede ofrecer ese punto de solidez que a día de hoy no tiene el juego interior del club. Con todo, la batería de aleros y exteriores tampoco están compensando estas debilidades.
La antepenúltima plaza europea y la penúltima liguera son simples anécdotas aún, pero lo que llega en las dos próximas semanas no va a ser sencillo de capear, precisamente. Panathinaikos, otro equipo que anota y recibe 91 puntos por partido, visita el Buesa Arena este jueves, mientras que el Real Madrid, capaz de perder en su estreno europeo en Bolonia para luego derrotar a Olympiacos 48 horas después, asomará por Zurbano el domingo en duelo de Liga ACB. Luego de esta cita, nueva jornada doble europea: visita a la cancha de Paris Basketball el miércoles día 15 y en casa ante el Partizan de Zeljko Obradovic, antes de visitar la cancha del Covirán Granada el domingo 19.
Esos cinco partidos van a ser reflejo de una muestra mucho más consistente que este calamitoso arranque de temporada de Saski Baskonia. Como suele decirse en estos casos, que la pelota naranja pase por el aro suavizará el talante de un baskonismo de uñas, que ni en sus peores expectativas esperaba un 0-3 global con 103 puntos encajados por partido. Poco tiempo tiene Paolo Galbiati para que el equipo se recupere y reflote tras este naufragio defensivo. Porque como no lo haga, octubre puede convertirse en un mes muy largo para el inquilino del banquillo gasteiztarra.