El secretario de la mesa de Belate no puede corroborar que el presidente alterara el resultado
Nuevo revolcón en la comisión de investigación sobre el desdoblamiento de Belate. El secretario y principal denunciante de irregularidades, Lorenzo Serena, cambia su versión, que es sobre la que se asienta el informe de la Oficina Anticorrupción. Serena extiende sus sospechas a otra contratación.
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No ha sido la primera vez que Lorenzo Serena, que actuó como secretario en la mesa de contratación sobre el desdoblamiento del túnel de Belate, comparece en una comisión de investigación. Ya participó el 15 de julio en la que se desarrolla en el Senado en torno a la ‘Operación Delorme’, que destapó una trama supuestamente dirigida por Santos Cerdán.
Su versión de los hechos este miércoles ha sido más o menos la misma, pero con una variante trascendente. Ya no sostiene que el último en emitir las puntuaciones haya sido el presidente de la mesa, Jesús Polo, aunque no haya dejado de insinuarlo.
Polo había señalado este martes que él no emitió las puntuaciones siendo conocedor de las valoraciones del resto de técnicos que componían la mesa. El presidente aseguró que fue el tercero de cinco. Serena, preguntado por este desmentido del día previo, ha asegurado: «Si lo dice, será verdad».
Serena ha asegurado que él, en su voto particular, no mantuvo en ningún momento que Polo fuera el que puntuara el último y, en consecuencia, decantara la concesión hacia la UTE Acciona, Osés y Servinabar. Sin embargo, no solo sí que lo dio a entender así en el Senado, sino que esta actuación irregular es en la que se basa el informe de la Oficina Anticorrupción de Nafarroa (OANA) para dictaminar la nulidad de pleno derecho de esta adjudicación.
Concretamente, la OANA sostiene que «en la valoración de los criterios cualitativos, cuatro miembros de la Mesa de Contratación remitieron sus puntuaciones al presidente, y este determinó la suya teniendo conocimiento de las asignadas por los demás».
La OANA dio por hecho que había sido el presidente de la mesa, Polo, quien votó el último y este es el fundamento principal para declarar el procedimiento nulo.
Todo surge del voto particular que, el 31 de agosto de 2023, realizó Serena cuestionando el desarrollo de la concesión con lenguaje ampuloso: «(...) el procedimiento seguido se halla viciado por la postrera intervención de una de las personas que ha participado en la valoración, al haber efectuado la suya propia con pleno conocimiento de las puntuaciones del resto de la Mesa, lo que puede entenderse como un falseamiento del procedimiento (...)».
Serena, que ha estado muy esquivo e incómodo durante varias horas de interrogatorio, ha aclarado que esto párrafo hace referencia a que a la mesa de contratación llegó un documento remitido por Polo en el que se recogían directamente todas las puntuaciones de los cinco miembros con perfil técnico, incluido el del propio Polo.
«Había que garantizar que no se pudiera generar ninguna sospecha», ha insistido el secretario.
Por otro lado, ha recordado que emitió su voto particular después de que en deliberaciones de la mesa escucharan por parte de cinco miembros rumores de que ya se sabía quién iba a ser el adjudicatario, Acciona, y que el resultado final coincidió con este rumor.

No obstante, ha admitido –como le ha afeado Adolfo Araiz, de EH Bildu– que no llegó a recoger en el acta este «runrún». Serena también ha reconocido ante Araiz que esta fórmula de que el presidente enviara a la vez todas las puntuaciones técnicas era una práctica habitual.
No ha querido, sin embargo, señalar qué cinco miembros de la mesa fueron los que expresaron tener conocimiento antes de tiempo de quién iba a llevarse la mayor contratación de obra pública de los últimos años en Nafarroa.
Si bien, por puro descarte, se trataría de aquellos que participaron en las puntuaciones técnicas. Y cabe recordar que Polo corroboró que esos comentarios fueron reales.
Los miembros que dijeron saber de antemano que las obras se las llevaría Acciona comparecerán en próximas sesiones.
También ha señalado que esta contratación, cuyos trámites se estaban demorando por las diferencias entre los cinco técnicos que valoraban los proyectos y los juristas (que acabaron emitiendo tres votos particulares, incluido el de Serena), era muy seguida por el Departamento. Ha manifestado que, sobre todo, esto tenía que ver con la amenaza de Europa de cerrar Belate por motivos de seguridad.
La otra gran sorpresa de la comparecencia ha surgido cuando Serena se ha puesto a hablar de otra concesión de la N-121-A, concretamente del tramo 3, cuyo procedimiento se «bloqueó» sospechosamente cuando ya estaban valoradas varias de las propuestas.
Javier Esparza, de UPN, le ha preguntado sobre un correo en el que Serena manifestaba sus sospechas de que el tramo 3 se había paralizado porque iba a ser el «premio de consolación» para quien perdiera la adjudicación de Belate.
El secretario se ha negado a contestar más, asegurando que el asunto lo está investigando ya la OANA y que existe un deber de secreto.
Por otro lado, Serena, que lleva trabajando desde el año 1996 en «cientos» de mesas de contratación y que se estabilizó como funcionario en 2024, ha expresado que las prácticas corruptas y colusorias por parte de grandes empresas en obra pública son una realidad. Y ha asegurado que, en 2019, detectó indicios de estas prácticas en una contratación de obra pública en Nafarroa, pero que no le dejaron hacerlas constar en acta.
El secretario ha denunciado también las represalias que ha sufrido por parte del Departamento por haber realizado estas denuncias. Serena fue recolocado en una planta en el polígono de Landaben y esto ha sido considerado por la OANA como «una represalia» por sus denuncias. La Oficina Anticorrupción advirtió a través de un correo al director de Obras Públicas, Pedro López Vera, por este castigo al funcionario.