La remodelación de la Bretxa avanza con la licitación de obra para el mercado tradicional
Fomento Donostia ha dado luz verde a un presupuesto de 11,7 millones de euros para la puesta en funcionamiento del nuevo mercado tradicional, que contará con 37 puestos y que estará en marcha para el otoño de 2026.
La renovación del complejo de la Bretxa, con sus dos edificios y la plaza que hay entre ambos, ha dado este jueves un nuevo paso con la aprobación por parte de Fomento Donostia de la licitación de las obras en el edificio Pescadería, en el que se ubicará el mercado tradicional. Según ha explicado Ane Oyarbide, concejala de Economía y Empleo Local, el presupuesto asciende a 11,7 millones de euros.
Oyarbide ha recordado que Fomento se hizo con esta encomienda en septiembre del año pasado, después de que el proyecto estuviera «en el dique seco durante mucho tiempo». A juicio del Consistorio, la empresa concesionaria, Baika Mercados SL, no estaba cumpliendo con los compromisos adoptados, ante lo cual se optó por rescindir el contrato y recuperar la gestión pública.
En estos 14 meses se han ido completando diversas tareas. Así, en julio se reabrió el túnel que conecta el parking del Boulevard con todo el complejo, lo que permitió la inauguración del gimnasio que tiene la entrada por ese mismo espacio.
Las baserritarras, finalmente dentro
Actualmente, se está llevando a cabo la rehabilitación de la fachada norte del edificio Arkoak, el más cercano al Boulevard. En principio, en ese lado se iba a instalar una visera para que las baserritarras colocaran debajo sus puestos, pero finalmente se ubicarán dentro del edificio Pescadería, una decisión que generó algún que otro desacuerdo.
El acondicionamiento de Pescadería, que arrancará en breve, contará con 25 puestos para los asentadores del mercado tradicional –carnicerías, pescaderías, fruterías y otros productos– y otros doce para las baserritarras, principalmente verduras y hortalizas. Se prevé que todos estos negocios puedan comenzar a funcionar en su nuevo emplazamiento para el otoño de 2026.
Oyarbide ha indicado que más adelante también se añadirá a este proyecto el acondicionamiento de la primera planta, con «un espacio de usos mixtos, para prestar servicios al mercado y un espacio de formación en oficios y dinamización de eventos vinculados al producto local y al mercado tradicional».
Suelo claro y techo oscuro
El mercado contará con un suelo continuo de terrazo y un techo negro con lamas. Los puestos incorporarán mármol en la parte inferior, vitrinas y encimeras de acabado inoxidable, además de mamparas de madera.
Una vez trasladado a superficie este mercado tradicional, que ahora se encuentra en el sótano, comenzará la siguiente fase, que consistirá en la eliminación del edificio por el que se baja actualmente –popularmente conocido como ‘el tupper’– y que también cuenta con un bar, un kiosko de prensa y una tienda de chucherías.
El ‘tupper’ será derribado, dejando una plaza diáfana con la salvedad del acceso que se ha construido en el lado más próximo a la calle Aldamar, con escaleras y ascensor a la planta subterránea.
Esto terminará a principios de 2027, y ya solo quedará reordenar el sótano. El supermercado de la cadena Lidl ampliará su superficie y el resto se empleará principalmente como almacén para el mercado tradicional, además de un nuevo acceso de carga y descarga por la calle Iñigo. Este cronograma finaliza dentro de un par de años, en otoño de 2027.