Gogora, Gernika y el perdón: ¿Alemania «continuadora» de los nazis y España republicana?
Alberto Alonso, director de Gogora, ha saludado que Alemania pida perdón por el bombardeo de Gernika, y ha rechazado que el Estado español tenga que hacer lo propio. Ve una «gran diferencia». Considera a los alemanes «continuadores» de los nazis, y a los españoles herederos de la Segunda República.
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En 1998 el Bundestag alemán pidió perdón por el bombardeo de Gernika, al igual que hizo un año antes el presidente Roman Herzog. Casi tres décadas después, el actual presidente, Frank-Walter Steinmeier, el jefe de Estado de la República Federal de Alemania, prepara un viaje a Euskal Herria como desagravio por el ataque de la Legión Condor a la villa vizcaina en 1937.
Alberto Alonso, director del Instituto Vasco de la Memoria, Gogora, ha saludado esta decisión, un «gesto simbólico de gran importancia». «Es un pequeño gesto, pero que condensa un discurso muy potente. Digno de ser reseñable y de agradecer, porque no solamente fue bombardeada Gernika, sino que fueron muchas las villas y los pueblos bombardeados», ha señalado en una entrevista concedida este jueves a Radio Euskadi.
«Pero Gernika es un símbolo, de la crueldad de la guerra, de la crueldad del fascismo, de quienes querían imponer una visión unitaria, y que quienes de alguna forma se sienten o han sido de alguna forma, no herederos, pero sí continuadores de aquel régimen, como alemanes, quieran venir aquí, me parece un gesto digno», ha apuntado antes de aseverar que el Estado español no debe seguir los pasos de Alemania.
A su juicio, Madrid no debe pedir perdón porque «hay una gran diferencia. En el caso del bombardeo de la Legión Cóndor fue mandado por un gobierno democráticamente elegido. Es verdad que en el 39 Hitler desmontó toda la estructura democrática para convertirlo en una gran dictadura. Pero en el caso de España, el Gobierno español era el atacado, un gobierno plural donde había diferentes sensibilidades. La Segunda República era la atacada».
«Me parece paradójico que cuando volvemos a tener un sistema democrático se le exija que pida perdón a aquel mismo gobierno, aquel mismo sistema que fue bombardeado y atacado en su momento», ha añadido, obviando un dato relevante: la jefatura del Estado español está en manos de un monarca que ostenta la corona gracias a que Franco nombro sucesor a su padre.
Y tampoco parece justo decir que Alemania era una democracia en 1937, ya que la Ley que otorgaba plenos poderes a Hitler fue aprobada en 1933. Tras la Segunda Guerra Mundial se reconfiguró Alemania, con la creación de dos Estados. En el caso del Estado español, el régimen fascista que impulsó el ataque contra Gernika, Durango, Eibar u Otxandio, por citar algunos ejemplos, perduró durante décadas y estableció quién debía asumir la jefatura del Estado.