Los criterios sociales, medioambientales y de gobernanza de la UE, a merced del gas
El Parlamento Europeo ha decidido flexibilizar los criterios ESG. De este modo, se pliega ante la amenaza de EEUU y Qatar de cortar el suministro de gas licuado, si se mantiene la regulación actual. Otro paso en el desmantelamiento del capitalismo con rostro humano.
El pasado 13 de noviembre, el Parlamento Europeo votó a favor de reducir sustancialmente la normativa relacionada con los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (los conocidos como criterios ESG) que deben cumplir las empresas europeas, y adicionalmente las empresas extranjeras que operen en Europa. A decir de todos, la rectificación y el cambio de dirección llega como consecuencia de la presión ejercida por las asociaciones empresariales estadounidenses.
La decisión modifica la directiva europea sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) y la directiva de Due Diligence de Sostenibilidad Corporativa (CSDDD). Asimismo, elimina la obligación que tienen las empresas de elaborar planes de transición climática para que su modelo de negocio sea compatible con el Acuerdo de París. La responsabilidad sobre el cumplimiento de este último punto se traslada al ámbito estatal, lo que debilita sustancialmente la norma. Básicamente, el cambio reduce significativamente el número de empresas –hasta el 92% según la ONG Frank Bold– que tendrán que informar sobre el cumplimiento de los requisitos sociales y medioambientales.
El PPE europeo ha fraguado el cambio. Amenazó con que apoyaría la intención de la extrema derecha de derogar toda la legislación ESG para forzar un pacto con las fuerzas de izquierda
Los nuevos límites se aplicarán a las empresas de más de 1.750 empleados y más de 450 millones de euros de ingresos en el caso de la directiva CSRD, y de más de 5.000 empleados y más de 1.500 millones de euros, en el caso de CSDDD. Lo que no ha trascendido es el efecto que tendrá en las compañías extranjeras, ya que la actual normativa preveía fuertes multas a aquellas empresas que no cumplieran los criterios de cero neto y standard laboral de hasta el 5% de sus ingresos globales.
La propuesta de modificación contó con 382 votos a favor y 249 en contra. El PPE europeo ha fraguado el cambio. Amenazó con que apoyaría la intención de la extrema derecha de derogar toda la legislación ESG para forzar un pacto con las fuerzas de izquierda del Parlamento. Ahora comenzarán las negociaciones entre el Parlamento y el Consejo Europeo, que en junio ratificó su compromiso con la legislación actual, aunque es poco previsible que mantenga su posición.
Volver a ser «competitivos»
El ponente ha sido el diputado sueco del PPE, Jorgen Warborn, que justificó su iniciativa diciendo que «hemos vuelto a poner la competitividad en la agenda». «Cuando me reúno con nuestros socios en el resto del mundo, piensan que les estamos imponiendo demasiado la agenda, lo que complica nuestras negociaciones con ellos en materia comercial». Y añadió, «Estos acuerdos comerciales son cruciales, sobre todo ahora que resulta cada vez más complejo hacer negocios con EEUU».
En ese sentido, la vicepresidenta senior para Europa de la Cámara de Comercio de EEUU, Majorie Chorlins, envió una nota señalando que los cambios «representan un progreso significativo hacia marco más equilibrado y eficaz». «No obstante, seguimos preocupados por el alcance extraterritorial de la directiva», añadió. De modo que EEUU apoya, pero no afloja.
Lo más sorprendente es que se señala a EEUU como el principal interesado en este cambio, pero se oculta que Qatar también ha presionado insistentemente
Lo más sorprendente es que se señala a EEUU como el principal interesado, pero se oculta que Qatar también ha presionado insistentemente. Sin ir más lejos, el pasado 16 de octubre, en una entrevista exclusiva Reuters, el ministro de Energía y CEO de Qatar Energy, Saad al-Kaabi, dijo que a menos que la UE modifique la ley, «Qatar no podrá justificar hacer negocios con en la UE, ya sea GNL u otros productos». Advirtió que la versión actual de la directiva representa «un riesgo significativo» para Qatar Energy y que en última instancia podría «perjudicar a los consumidores finales europeos».
Qatar suministra en este momento entre el 12 y el 14% de las importaciones europeas de gas licuado. Su participación aumentará previsiblemente a partir de enero de 2027, cuando cese la compra de gas ruso como consecuencia de la entrada en vigor de las sanciones ya aprobadas. De modo que la CSDDD afecta directamente a los principales suministradores de gas licuado de la UE, y ha sido su postura contraria a cumplir criterios sociales y medioambientales la que ha obligado al Parlamento a plegar velas y descafeinar las directivas.
Capitalismo con rostro humano
El 4 de noviembre, el Parlamento noruego dejó si efecto los criterios éticos que deben regir las inversiones de su fondo soberano, ya que su estricto cumplimiento suponía quedarse sin empresas en las que invertir, por la complicidad de prácticamente todas las grandes corporaciones con el genocidio de Israel en Palestina. Ahora, el Parlamento Europeo es el que sigue el mismo camino y reduce la legislación social y medioambiental a una mera declaración de intenciones, ante la posibilidad de perder a sus dos principales proveedores de gas licuado.
Cuando la necesidad aprieta, el capital vuelve a mostrar el mismo rostro depredador
El fracaso de los derechos de emisión de C02, como instrumento para frenar las emisiones, primero, y la rebaja de los criterios sociales, medioambientales y de gobernanza, ahora, están poniendo punto final al proyecto de revestir con rostro humano al capitalismo. Cuando la necesidad aprieta, el capital vuelve a mostrar el mismo rostro depredador y explotador de siempre.