Nueva tractorada en Iruñea de Semilla y Belarra contra el acuerdo UE-Mercosur
Agricultores y ganaderos navarros, convocados por la asociación Semilla y Belarra, han participado este viernes en concentraciones de tractores en diversas localidades estatales para que pedir que Madrid no apoye la ratificación del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur.
Iruñea ha acogido este viernes una de las movilizaciones con tractores a convocatoria de la Unión Nacional de Asociaciones del Sector Primario Independientes (UNASPI), a la que pertenece Semilla y Belarra. Pueden tener continuidad en días siguientes. En Iruñea ya venían precedidas de otra tractorada por el centro de la ciudad el 10 de diciembre.
UNASPI destaca que el acuerdo de la UE con Mercosur es «una amenaza directa para la supervivencia del campo español y europeo y su soberanía alimentaria», ya que «abriría el mercado europeo a la competencia de un bloque agrícola cuatro veces mayor que la Unión Europea, con salarios, impuestos y exigencias ambientales, laborales y sanitarias muy inferiores, lo que da ventaja comercial a quienes solo deben de complementar la producción europea».
«La preferencia comunitaria es uno de los principios fundamentales de la UE desde su fundación y es obligatorio aplicarla», recuerda la asociación en un comunicado.
En todas las reformas de la PAC, denuncia UNASPI, «se han ido disminuyendo los fondos de la primera política común y la más vertebradora del territorio europeo, que garantiza la soberanía alimentaria y su producción con los más altos estándares de calidad para los ciudadanos europeos».
Desde UNASPI se exige el mantenimiento de los fondos de la PAC, la disminución de cargas burocráticas y «eliminación de políticas absurdas, que no sólo dificultan gravemente la actividad del sector primario, sino que sólo buscan reducir la producción y aumentar la dependencia alimentaria del exterior, hechos que van en contra de los intereses de todos los ciudadanos europeos».
«Los gobernantes que legislan en contra de sus propios ciudadanos pierden toda legitimidad para representarlos», concluye.