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Montenegro se convierte en miembro de la OTAN a pesar del malestar de Moscú

Montenegro celebró ayer su incorporación a la OTAN, una histórica decisión que enfurece a Rusia. La pequeña nación balcánica se convierte en el vigesimonoveno integrante de la alianza atlántica.


A pesar de la irritación de Rusia y de las profundas discrepancias en torno al tema entre los 620.000 habitantes de Montenegro, el pequeño Estado balcánica es ya integrante de la alianza atlántica. Los actuales gobernantes tomaron la decisión a pesar de la resistencia de su histórico aliado, Rusia, que ha tratado de mantener una fuerte influencia política, histórica y cultural en el país.

Tener a Montenegro en la OTAN, sostienen los partidarios, diluye la influencia de Rusia en el sudeste europeo y deja a Moscú sin el acceso a los «mares cálidos» de Europa que podrían usarse como plataforma para una intervención militar en Oriente Medio. El Departamento de Estado en Washington dijo que la integración de Montenegro «reforzará la integración, las reformas democráticas, el comercio, la seguridad y la estabilidad de todos sus vecinos».

Medios rusos presentaron la incorporación de Montenegro a la OTAN como algo forzado por las potencias occidentales que no cuenta con demasiada aceptación entre la población. Yelena Guskova, especialista en la crisis balcánica contemporánea, explicaba a Russia Today que el camino de Montenegro hacia la OTAN, que el país empezó en 2003, ha sido tan largo debido a la resistencia de su pueblo a «dar la espalda a Rusia», ya que siempre han considerado a los rusos como «hermanos».

Según la experta, el papel clave en la entrada de Montenegro en la OTAN lo desempeñó Milo Djukanovic, expresidente y ex primer ministro. RT destacaba que aunque Djukanovic ha sido acusado en varias ocasiones de actividad criminal, EEUU ha estado haciendo «todo lo posible» desde la década de 1990 para mantener en el poder a este «obediente» líder.

En la misma línea, el analista político montenegrino Igor Damjanovic señalaba que Occidente ha estado chantajeando al antiguo líder, porque hay «toneladas de pruebas de su participación en distintos casos criminales», en primer lugar, en el contrabando de tabaco y lavado de dinero. «A Occidente, en general, le gustan los políticos corruptos, ya que son muy fáciles de manipular», explicaba.

Rusia ha amenazado con lanzar represalias económicas y políticas, inclusive contra el sector turístico montenegrino, que depende en gran parte de los visitantes rusos. Aproximadamente 200.000 rusos visitan Montenegro cada año y unos 80.000 poseen inmuebles allá.

Rusia ya prohibió las importaciones de vino montenegrino y recientemente deportó a un funcionario del país que había llegado al aeropuerto de Moscú.

Muchos rusos que viven en Montenegro no comparten esa actitud. Alexander Khrgian, presidente de la comunidad rusa, dijo que sus 15.000 miembros se sienten seguros: «Llevo diez años viviendo aquí y amo a este país maravilloso».