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LA POLÍTICA VASCA, ¿ANCLADA EN LOS 80?

El PNV amarra el «nuevo tiempo» al modelo de los gobiernos de Ardanza

Cuando se suponía que el fin de la actividad de ETA iba a abrir un nuevo tiempo en Euskal Herria, los indicios apuntan a que el PNV prefiere estancar su actividad en la época de la colaboración con el PSE y el Pacto de Ajuria Enea. Fija un acuerdo de estabilidad presupuestaria e institucional con el PSE, en el nuevo estatus se prima el acuerdo con el unionismo, el Plan de Paz se presenta como una exigencia a la izquierda abertzale y la impunidad arropa a la Ertzaintza.


Se decía que todo era posible sin violencia. La elección de dos tercios de parlamentarios abertzales en la Cámara de Gasteiz se celebró con entusiasmo por amplias bases nacionalistas de este país. Sin embargo, los parámetros por los que discurre la actividad política institucional en la CAV están muy lejos del salto cualitativo que cabía esperar de este «nuevo tiempo». Más bien se observa que los referentes mentales con los que actúa el Gobierno de Iñigo Urkullu y el PNV de Andoni Ortuzar parecen estar anclados en los tiempos de José Antonio Ardanza, los años de los grandes acuerdos con el PSE para gobernar, de la continua posposición de los avances en el autogobierno y la soberanía, y del Pacto de Ajuria Enea con el que tratar de llevar a la izquierda abertzale al carril del arrepentimiento y la asunción de sus pecados.

Estabilidad con el PSE

El secretario general del PSE, Patxi López, anunció ayer que su partido decidió el lunes «facilitar» la aprobación de los presupuestos de Lakua para 2014 y no presentar enmienda a la totalidad al proyecto. Advirtió, como corresponde al guión, que esto no supone «un cheque en blanco» para el Ejecutivo autonómico. Según explicó, por el momento su partido mantiene lo que dice es «una abstención crítica», y precisó que la negociación presupuestaria «no acaba hasta el último día».

Sin embargo, al margen de las necesarias escenificaciones, lo cierto es que el PSE se comprometió a permitir la aprobación de los presupuestos el mismo día en el que firmó con el PNV el «Acuerdo para conseguir una Euskadi más moderna, solidaria, sostenible y competitiva», y que va más allá de lo presupuestario y lo fiscal. Se adentra en un compromiso de gobernabilidad e incluso de acuerdos sobre la arquitectura institucional. Es decir, como cuando Txiki Benegas decidió, tras la escisión del PNV, sostener al recién llegado José Antonio Ardanza a fin de evitar los contratiempos que pudieran haber supuesto para los intereses del Estado español otro tipo de fórmulas de gobierno con las nuevas siglas.

Para cuando Patxi López anunció ayer la decisión de su partido, en el Ejecutivo de Urkullu ya se daba por descontado su apoyo. En la rueda de prensa semanal que sigue a las reuniones del Consejo de Gobierno, el portavoz del Gabinete, Josu Erkoreka, valoró positivamente lo dicho por el PSE, pero recordando que es fruto «de un trabajo conjunto que se desarrollado durante los últimos meses hacia la búsqueda de un escenario de estabilidad presupuestaria e institucional, que ponga las bases que permitan avanzar hacia la recuperación económica, la reactivación de la economía y la creación de empleo».

Hoy es preciso recordar que el 16 de setiembre, el día en que PNV y PSE firmaron su acuerdo, con el lehendakari ejerciendo de comprometido notario, Andoni Ortuzar, presidente del EBB, aseguró que «Euskadi se abre hoy a un nuevo futuro». Añadió que «es un gran día para el conjunto del pueblo vasco» porque este acuerdo «consolida y refuerza el modelo social vasco, el conocido 'modelo Euskadi'». Explicó que las certidumbres que plantea «nos van a permitir centrar todo nuestro esfuerzo en el estímulo de la economía y la creación de empleo».

Iñigo Urkullu, por su parte, celebraba el fin de «la política de bloques» que habían representado sus dos antecesores (el propio López e Ibarretxe). Y tuvo un recuerdo muy positivo para la era Ardanza. Según su visión, «desde mediados de los 80 se tejieron unas complicidades políticas para construir Euskadi desde la democracia y en base a valores compartidos: el autogobierno y la recuperación económica. Vivimos quince años de determinados entendimientos y acuerdos, de compromiso con un proyecto compartido».

Ese modelo de acuerdos con el PSE es el que gusta a Iñigo Urkullu y a Andoni Ortuzar (que durante aquella época ocupó varios altos cargos en Ajuria Enea), y próximamente se verá extendido a la reforma de la «arquitectura institucional» de la CAV.

Resulta previsible, además, que esto también tenga algún tipo de traducción tras las próximas elecciones municipales y forales. Sería la constatación total de la vuelta a esa época de la que los actuales dirigentes jeltzales guardan tan buen recuerdo, gobernando al alimón todas las instituciones con el PSE. Y, evidentemente, no será el partido que todavía dirige Patxi López el que haga ascos a la posibilidad de recuperar poder institucional, algo de lo que tan necesitado está últimamente.

Nuevo estatus de consenso

Otro elemento que hace temer un estancamiento en los años 80 y 90 es el referido a los prolegómenos que se están viviendo para la creación de la ponencia parlamentaria sobre el futuro del autogobierno.

Se trata de un ámbito político en el que la actual mayoría abertzale del Parlamento de Gasteiz, de prácticamente dos tercios del mismo, permitiría trabajar con una clara visión nacional y soberanista.

A nadie se le escapa que concretar un nuevo marco de relaciones con el Estado español o con Europa, según dice preferir el PNV, obliga a tejer amplios consensos que recojan también las concepciones nacionales que albergan PSE y PP. Pero para afrontar la reforma del actual marco, en el que el unionismo no solo se encuentra comodísimo, sino que le concede toda la ventaja política, hay dos fórmulas principales. Una, apoyarse en una importante movilización social y hacerle ver a PSE y PP que la mayoría del Parlamento es la mayoría y que tendrá que jugar en ese terreno. O concederle de entrada capacidad de veto. Llamativamente, al menos en estos primeros compases, la elección del PNV es esta última. La opción jeltzale es huir de la confrontación democrática y no incomodar al unionismo.

En una entrevista publicada este domingo en «El Correo», la periodista le preguntaba al portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, si «la inminente puesta en marcha de una ponencia de autogobierno ¿supone un riesgo de crispación y enfrentamiento?». Y la respuesta de Erkoreka fue que «la máxima que ha guiado todos los mensajes de este Gobierno sobre el nuevo estatus político es que o descansaba sobre el consenso o será mejor posponerlo. Por eso, esa hipótesis que usted plantea será poco posible que se produzca».

Con esta premisa de salida, ¿cuál es la estrategia más fácil para aquellos que como el PP y el PSE no quieren que nada cambie? Negar la posibilidad de un consenso y, por tanto, provocar que, como dice el portavoz del Ejecutivo, la iniciativa «se posponga».

En todo caso, ¿en qué estará pensando el PNV al hablar de nuevo estatus? El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, hablaba ayer en Radio Euskadi de ser «nación en Europa». Cuando el entrevistador le preguntó si nación o estado, respondió que «si hubiera querido decir Estado, hubiera dicho Estado». Luego concretó -es un decir- su proyecto en que «hoy, para ir a Bruselas, los vascos tenemos que pasar por Madrid. Es un anacronismo y una pérdida de tiempo enorme. Nosotros queremos ir a Bruselas directamente».

Más taxativo fue Josu Erkoreka cuando le plantearon abiertamente la cuestión de si habrá consulta. Su respuesta lo dice todo: «Cualquier reforma estatutaria debe someterse a consulta inevitablemente».

Podría entenderse, por tanto, que el PNV está buscando una reforma estatutaria. Lo decía ayer también Ortuzar: «El único que no se ha reformado en estos 35 años ha sido el Estatuto de Gernika». Pero más bien cabe pensar que, si no hay una movilización social que obligue a dar pasos, lo que pretenderá será mover el tema durante la legislatura en el Parlamento, sabedor de que no llegará a nada concreto, y hacer de esta cuestión bandera electoral para las próximas elecciones autonómicas.

Acuerdos sin uno

En la mencionada entrevista en Radio Euskadi, y hablando del consenso estatutario, Andoni Ortuzar dijo que en 1979 se quedaron fueran AP y HB. «Pues nos gustaría -apuntaba el presidente del EBB- que esos dos extremos se incorporaran y, si no pueden ser los dos, al menos que uno de ellos». Al margen de que Ortuzar sabe perfectamente que los herederos del PP son entusiastas defensores de la actual situación del Estatuto, la pregunta es si en serio el PNV está dispuesto a repetir un acuerdo sobre el marco que deje fuera a EH Bildu, segunda fuerza del Parlamento con 21 escaños.

De las palabras del máximo dirigente jeltzale habrá que desprender que sí, como parece estar satisfecho de haber conseguido acercar a su Plan de Paz y Convivencia a PSE y PP, introduciendo en él un documento forjado durante la exclusión de la izquierda abertzale de la actividad institucional, y que sabía explícitamente que era objeto de controversia con EH Bildu.

El Plan redactado por Lehendakaritza va mucho más allá de su mención al llamado «suelo ético», y recoge algunas iniciativas novedosas que rompen con el pasado y miran al futuro. Sin embargo, la contextualización que se hace de todas ellas y el empeño que desde el Gobierno y el PNV ponen en convertirlo en una especie de examen a EH Bildu nos retrotrae a la imagen de aquel Pacto de Ajuria Enea, cuyos integrantes por una parte diseñaban estrategias para criminalizar a la izquierda abertzale y ocupar por ejemplo sus alcaldías, y por otra insistían en que estaban abiertos a que se sumara a la Mesa... siempre que pasaran por el aro.

«Es preocupante que la izquierda abertzale no supere su enganche con la violencia», decía el domingo Josu Erkoreka. El lunes, el lehendakari, Iñigo Urkullu, volvía a situar en EH Bildu el único problema de su Plan de Paz y le pedía que no hiciera «una utilización interesada del mismo».

Según Urkullu, la coalición independentista ya ha asumido de hecho el «suelo ético» al participar en la Ponencia de Paz y Convivencia. Si esto es así, ¿por qué el PNV la mantiene en suspenso desde que se marchó el PSE? Volvemos a las evocaciones de los años 80

Lo peor es que Lehendakaritza y Sabin Etxea saben que en la cuestión de la paz y la convivencia -uno de los que debieran ser los ejes centrales del mandato de Iñigo Urkullu- están estancados. En la CAV el Parlamento no se mueve, bloqueado primero por el PP y ahora también por el PSE, y en Moncloa no responden ni a las propuestas ni a las llamadas del lehendakari.

En esta circunstancia, una vez más, en lugar de plantarse ante Madrid y diseñar desde Euskal Herria caminos de solución, lo que Lehendakaritza y Sabin Etxea pretenden es que Sortu se arrepienta de su pasado y de su presente, para vender esa piel de oso cazado a Rajoy, en la esperanza de que así se mueva algo y puedan aparecer como los líderes de la normalización.

«Adecuación» de la Ertzaintza

Y en este contexto nos encontramos con que cualquier intento de dar transparencia a la actuación de la Ertzaintza se presenta como una campaña de desprestigio de la izquierda abertzale, al tiempo que se asciende hasta la más alta jefatura al máximo mando policial de los agentes que provocaron la muerte de Iñigo Cabacas.

Se puede discutir cuál es la responsabilidad penal o administrativa de Jorge Aldekoa en aquella muerte, pero lo que seguro que todos los aficionados del Athletic y la mayoría de la ciudadanía del país piensa es que no resulta la persona adecuada para ser premiada con el gordo del reparto de jefaturas. Por muy amigo de sus amigos que sea. Porque vistos los resultados, la calidad profesional que se le atribuye es discutible.

Resulta significativo, en todo caso, que para la adecuación de la Ertzaintza a los nuevos tiempos, para su renovación, no se cuente con jóvenes profesionales, sino que se eche mano de los más viejos del lugar, de apellidos ligados, en algunos casos, a los momentos más negros de los años 80 y 90. El pasado que no se ha ido.

PRESUPUESTOS

EL PSE DA LUZ VERDE POR LA SENDA DEL ACUERDO FISCAL

El PSE facilitará la aprobación de las cuentas autonómicas para 2014. Así lo confirmó ayer su secretario general, Patxi López, en una decisión que no ha supuesto ninguna sorpresa después del acuerdo sellado hace un par de meses. «Tenemos muy claro que estos son los presupuestos de Gobierno del PNV, que no son los presupuestos que habríamos hecho los socialistas, pero por encima de esto Euskadi no se puede permitir otro año perdido como este», dijo.

En una rueda de prensa ofrecida ayer en Bilbo, López destacó que el proyecto presentado por el consejero de Hacienda y Finanzas, Ricardo Gatzagaetxeberria, recoge los principios del pacto fiscal, suscrito entre PNV, PSE y PP. Un acuerdo que, a su parecer, incide en las cuentas autonómicas, «desde los ingresos, que aumentan porque ya se van a empezar a notar los efectos de la reforma fiscal; a los gastos, que se apartan de los recortes que se quisieron introducir el año pasado y que inciden en políticas necesarias en estos tiempos de crisis».

«Y por eso, tras analizar el proyecto presentado por el Gobierno y los frutos de las negociaciones mantenidas en las últimas semanas, hemos decidido no presentar ninguna enmienda a la totalidad», afirmó el anterior inquilino de Ajuria Enea, que aprovechó su intervención ante los medios para subrayar que, a su parecer, «no son momentos de hacer políticas partidistas de crítica fácil al Gobierno. Este es el tiempo en el que todos tenemos que hacer un esfuerzo para parar esta deriva de la crisis y sus consecuencias, y consideramos que los intereses de la ciudadanía vasca y el apoyo a nuestras economía deben primar frente a las críticas legítimas al Gobierno nacionalista».

«Este país necesita estabilidad»

En referencia a estas «críticas legítimas», López manifestó que, pese a facilitar la aprobación del proyecto jeltzale, «los socialistas somos y vamos a seguir siendo un partido de oposición. Y mantendremos una posición de exigencia con el Gobierno vasco para hacer cumplir los acuerdos alcanzados en setiembre».

«Este país necesita estabilidad institucional. Necesita mostrar confianza y acuerdos para ayudar a mejor la situación. No nos podemos permitir el lujo de bloquear las instituciones públicas haciendo imposible cualquier avance. Y eso es lo que vamos a hacer», manifestó Patxi López antes de recordar que esta «posición responsable requiere una responsabilidad igual por parte del PNV y del Gobierno nacionalista».

EH BILDU:«MÁS DE LA MITAD AL TAV Y MENOS POLÍTICA SOCIAL»

Nerea GOTI | BILBO

Sin respuesta a la oferta lanzada una semana atrás para incluir en el presupuesto «bases indispensables para responder a la situación actual de emergencia», EH Bildu constató ayer que no ve voluntad en el Ejecutivo jeltzale para emprender otro camino que no sea el del modelo imperante «con serio riesgo de empeorar la mala situación actual», por lo que anunció que enmendará a la totalidad el proyecto de presupuestos de Lakua.

La coalición soberanista anunció su decisión ayer en Bilbo, en una comparecencia ante los medios de comunicación a puertas de un lugar emblemático: la Bolsa. La parlamentaria Marian Beitialarrangoitia explicó que ha pasado una semana desde que se reunieran con el Ejecutivo, al que pusieron sobre la mesa «bases que consideramos indispensables para responder a la situación de emergencia que vivimos», y «no se nos ha dado respuesta». Apuntó que esta situación ha llevado a la coalición a dar un nuevo paso, porque Lakua mantiene la apuesta por políticas ya exploradas y de demostrada ineficacia para las personas, a la luz de datos como los del paro y los índices de pobreza.

«Difícilmente un presupuesto que hace seguidismo de las políticas de austeridad del Gobierno español, que siguiendo sin rechistar los dictados de los mercados, profundiza en recortes en ámbitos básicos como la educación o la sanidad, que insiste en mermar el poder adquisitivo de los empleados públicos, es lo que necesita Euskal Herria para superar la crisis», señaló, para añadir que las personas no están en el centro de unas cuentas que destinan «más de la mitad de su inversión al tren de alta velocidad, mientras reducen el peso de las políticas sociales».

Insistió en que en contraposición al «modelo caduco», EH Bildu defiende «un giro de 180 grados» y cita dos pilares básicos sobre los que cimentar un nuevo modelo: la defensa de los derechos sociales conquistados por la clase trabajadora y la apuesta por el liderazgo del sector público. La coalición independentista subraya que en el presupuesto debe haber una apuesta por un sistema de Educación propio y público, por un modelo socioeconómico compatible con la preservación del medio ambiente y una apuesta para emprender un camino propio. «Necesitamos políticas que partan y tengan como meta el bienestar de la ciudadanía, que se atrevan a definir cuánto y cómo queremos pagar nuestra deuda, cuándo y cómo recaudar para hacer frente a los retos que nos vayamos marcando», concluyó.

ESTATUTUA BERRITZEKO, EH BILDU-RI BAINO, PP-RI BEGIRA DAGO ORTUZAR

Ramon Sola | DONOSTIA

Estatus politiko berria lortzeko 2015. urtea jarri zuen ortzemugan EAJk hauteskunde programan, baina egitasmoa atzeratzen joan da eta zehazteke segitzen du. Urkulluren Gobernu programatik zeharo desagertu zen gero data hori, dena delakoa presarik gabe egin behar dela argudiatzen baitute Sabin Etxetik. Honekin batera, prozesuak Gasteizko Legebiltzarrean adostasuna beharko lukeela nabarmentzen ari dira, eta horrekin nolabait PPri zein PSEri beto eskubidea ematen diote. Gehitu behar da Lakuako Gobernuak ez duela inolako proposamen zehatzik egiten (soilik kontsentsua lortzeko deia), eta hortik aterako litzatekeenak Ibarretxe Planarekin ez lukeela zerikusirik izango argi utzi duela oraingo lehendakariak (jakina da, hemeroteka horren froga, bere garaian Ibarretxeren bidetik guztiz aldendu zela Urkullu).

Hurrengo astean abiatuko omen ditu EAJk Legebiltzarrean estatusari buruzko eztabaidarako lantaldea osatzeko bilerak. Baina aurreko ñabardura guztiak eta beste hainbat datu kontuan hartuta, zein da alderdi jeltzaleak esku artean duen helburua? Nora iritsi nahi du?

Andoni Ortuzar EAJko presidenteak hainbat azalpen eman ditu azken egunotan. Alta, garbienak atzokoak izan ziren, Radio Euskadin eginiko elkarrizketan esandakoak: «Gernikako Estatutuaren jantzia egokitu nahi dugu, estu geratu zaigu-eta». EAJk gustuko duen ekidistantziari berriro helduz, 1979koa onartu zenean bi indar politiko kanpoan gelditu zirela gogora ekarri zuen Ortuzarrek: «Bi muturrak, AP eta HB. Gainerako guztiak Estatutuaren sintonian geunden. Orain bi mutur horiek sartzea gustatuko litzaiguke. Eta biak sartzea ezinezkoa bada, gutxienez bietako bat», gehitu zuen.

Elkarrizketan zehar gonbidapen are zuzenagoa egin zion PPri EBBko presidenteak. «Inguruan begiratzen badu, gainerako autonomia erkidegoetako PPko kideek beren estatutuak berritzeari ekin diotela ikusiko du. Gernikakoa da azken 35 urteotan berritu ez den bakarra -aipatu zuen-. Beste kontu bat da aldaketa hori nola egiten den, baina hasieratik uko egitea ez litzateke oso koherentea izango».

Ez dirudi, hala ere, PPrekin akordiorako aukera handirik denik, EAJk posizio epela hartu arren. Eta honi erreparatuta, garrantzia du igandean, alderdiko ekitaldi batean, Ortuzarrek berak esandakoak. «Ez gara presaka ibiliko. Gauzak ondo egin nahi ditugu. Eta autogobernuan jauzia eman ahal izateko, aurretik gainbehera ekonomikoa gainditu behar dugu, bakea eta elkarbizitza sustatu...»

Kataluniatik urruti

Baina EAJko agintarien burujabetzarako grina oso eskasa dela erakusten duen datu argiena Kataluniako prozesuarekiko agertzen duen urruntasuna izan daiteke. Excusatio non petita egin zuen atzo Ortuzarrek aipatutako elkarrizketan: «EAJ ez da deseroso sentitzen Kataluniako nazio aldarrikapenen aurrean».

Ibilbide horretan ataka baten aurrean daude jelkideak, maiatzeko europar hauteskundeak alegia. Berriro CiU eta BNGrekin batera aurkeztu nahi dutela hautetsontzietara esan zuen Ortuzarrek atzo, baina «Katalunian burujabetzaren aldarrikapena borborka ari denez, CiU bere posizioa birplanteatzen ari da eta ulertzen dugu».

RESOLUCIÓN DEL CONFLICTO

EL PSE SALUDA Y EH BILDU CRITICA EL NUEVO PLAN DE PAZ

Ramon Sola | DONOSTIA

Las novedades introducidas por Lakua en el Plan de Paz -el borrador se presentó en junio y ayer se aprobó el documento definitivo- no solo han sido de forma, sino que han modificado el centro de gravedad del texto. Lo constatan las reacciones producidas ayer. Mientras Patxi López, secretario general del PSE, saludaba que «ha sido modificado en la buena dirección», para EH Bildu «su mirada peca de un grave desequilibrio. Por mucho que el lehendakari intente vender lo contrario, se centra casi en exclusiva en ETA y es patente la discriminación respecto a otras violencias y otras víctimas».

Pese a que el secretario de Paz y Convivencia de Lakua y cara visible de este plan, Jonan Fernández, pidió el viernes que no se hicieran lecturas de este tipo, Patxi López no pudo evitar ayer reconocer su satisfacción al ver que «se ha modificado en algo que decíamos los socialistas y otras fuerzas políticas». Aludía obviamente al llamado «suelo ético». Para el líder del PSE, su inclusión era imprescindible porque «uno tiene que partir, cuando quiere hablar de paz y de convivencia en este país, de unos mínimos éticos que lo definan».

Paradójicamente, el PSE abandonó en setiembre la ponencia parlamentaria sobre este mismo tema en Gasteiz, en la que han quedado solos PNV y EH Bildu. Solo han celebrado después una reunión para ratificar su continuidad, pero en la práctica está en vía muerta. El portazo del PSE se interpretó como una maniobra para marcar el terreno al PNV y presionar a EH Bildu. Habrá que ver si ahora, tras la modificación del Plan de Paz concedida por Lakua, vuelve al foro.

«Se dan por buenas vulneraciones»

Por contra, para EH Bildu con el remozado plan «el Gobierno vasco ha perdido la oportunidad». Su parlamentario Julen Arzuaga considera que ahora «mira todavía más hacia atrás» y lo hace «con grave desequilibrio, ya que en vez de buscar una memoria basada en la verdad y la justicia obvia las responsabilidades de determinadas instancias y evita aludir a la necesidad de reconocimiento del daño que han causado».

En lo relativo al «suelo ético», Arzuaga ve evidente que «Urkullu y el PNV se han plegado a las exigencias de PP y PSE al objeto de hacer una lectura parcial del pasado». Añade que «es cinismo puro y duro» que Andoni Ortuzar les acuse de «no querer abordar y completar ese `suelo ético'. Habría que recordar que EH Bildu hizo aportaciones constructivas y que fue precisamente el PNV el que impidió debatir al respecto».

Junto a todo ello, EH Bildu alerta de que el Plan obvia que «Euskal Herria no vive un escenario de paz porque los poderes del Estado siguen vulnerando derechos fundamentales». «No plantea mecanismos para dar la vuelta a la situación y deja en segundo plano esas vulneraciones, sin mostrar voluntad ninguna de hacerles frente», añade.

IMPUNIDAD DE LA ERTZAINTZA

Erkoreka asegura que aldekoa era el «nagusi» pero no tuvo responsabilidad en el operativo

I.Iriondo

El Gobierno de Iñigo Urkullu defiende la elección de Jorge Aldekoa como nuevo jefe de la Ertzaintza afirmando que aunque era el nagusi de la comisaría de Bilbo cuando se produjo la carga que mató a Iñigo Cabacas tras un partido de fútbol, no tuvo responsabilidad directa en el operativo de aquella noche.

A continuación se recoge la serie de preguntas y respuestas que tuvimos entre dos periodistas y el portavoz del Ejecutivo autonómico, Josu Erkoreka, en la rueda de prensa de ayer tras el consejo de gobierno.

El PNV calificó de «inexplicable e intolerable» la actuación policial que derivó en la muerte de Iñigo Cabacas. Todavía afirma que ese operativo «ha causado la mayor crisis de confianza de la sociedad vasca en su policía». ¿Cómo se entiende que se nombre jefe de la Ertzaintza a quien estaba al mando de ese operativo?

La consejera de Seguridad ya dio explicaciones suficientemente claras. Hay poco más que añadir. Esta persona no tuvo una responsabilidad directa en operativo policial de aquel día.

¿No considera que le puede perjudicar el hecho de que estuviera trabajando, que fuera el máximo responsable policial trabajando esa noche?

Estamos hablando de una persona que era el nagusi de la comisaría de Bilbao y que participó en el diseño de los dispositivos de aquel día. Un diseño que lógicamente se traduce en la asignación genérica de recursos y efectivos a los retos que la Ertzaintza tiene ese día en Bilbao. Pero una cosa es participar en el dispositivo general y otra muy distinta participar directamente o tener una responsabilidad inmediata en el operativo que desembocó en los trágicos sucesos que acabaron con la muerte de Iñigo Cabacas. No tuvo responsabilidad directa en ese operativo.

¿En qué medida participó en el diseño del operativo?

No, no. Del operativo no, del dispositivo. El dispositivo consiste es la asignación de recursos y efectivos para las labores que la Ertzaintza tiene que desarrollar a lo largo de la jornada en un municipio determinado. Además de la atención a los incidentes que pudieran derivarse del partido de fútbol, había otras labores policiales que desarrollar esa jornada en Bilbao. Y lógicamente el nagusi de la comisaría participa en la distribución de esos efectivos. Pero en el operativo, en concreto, no tuvo ni implicación, ni participación ni responsabilidad directa.

Si el «nagusi» de la comisaría no es el responsable máximo de lo que hacen sus agentes, ¿quién lo es?

No, no. El responsable del operativo es el jefe del operativo.

¿Y quién era el jefe del operativo?

Bueno... hay una investigación judicial en la que no quiero interferir.

Pero quién es el jefe del operativo se sabrá independientemente de la investigación judicial...

Bueno, tampoco sé si había un jefe. No lo sé. Pero hay una investigación judicial a la que me remito en bloque. Sí quiero distinguir claramente entre la responsabilidad que se tiene como nagusi de una comisaría y la responsabilidad directa en un operativo, del que resultan unas consecuencias determinadas. Porque, claro, por derivación de responsabilidades no habría límite. El responsable último hubiera sido el lehendakari, porque él es responsable de todo lo que se hace por parte del Gobierno en un momento determinado. Cuando hablamos de responsabilidades administrativas, disciplinarias o incluso penales estamos hablando de personas que han tenido una implicación directa y una responsabilidad inmediata en unos hechos de los que han resultado unas consecuencias determinadas. Y aquí hay un operativo del que resultan unas consecuencias determinadas, que están siendo analizadas en este momento por la autoridad judicial, y el operativo tiene sus responsables. Y la persona de la que estamos hablando no tiene ninguna implicación operativa.

Si asegura que esta persona no es la responsable, ¿por qué dice que no sabe quiénes son los responsables?

Yo no lo sé, en fin.

Si no sabe quiénes son los responsables, no sabe si esta persona es responsable o no...

(Sube el tono) Le digo que esta persona no es el responsable. Eso sí se lo digo. ¿Quién es? Pues mire, yo no estaba allá. Estaría en Madrid seguramente.

Dice usted que el «nagusi» determina qué agentes van a una misión y cuáles a otra. ¿Determinó que esa noche intervinieran los agentes de la comisaría y no los antidisturbios?

He dicho no que determine, sino que participa en la determinación. Primera precisión. Segundo, no sé su participación en el dispositivo de ese día, qué tipo de contenido tuvo. Es una pregunta a la que yo, ahora, no le puedo responder.

EXIGENCIAS DE CESE INMEDIATO

El conocimiento de que el máximo responsable de la comisaría de Bilbo había sido designado jefe de la Ertzaintza provocó diversas reacciones.

La plataforma «Iñigo Gogoan», formada por familiares y amigos del joven muerto de un pelotazo, pidió al Gobierno que revoque el nombramiento «de inmediato». Para ello, ha anunciado que procederá a una recogida de firmas. También critica la no creación de una comisión de investigación parlamentaria.

El parlamentario de EH Bildu, Julen Arzuaga, calicó de «vergonzoso» el nombramiento. A su juicio, «poner en la misma frase el nombre de Jorge Aldekoa y el concepto de nuevo modelo policial nos parece una auténtica vergüenza, un sarcasmo y un despropósito». Añadió que Seguridad debería aclarar «por qué hace esto, cuál es la deuda que tiene con el señor Aldekoa y qué servicios prestados pretenden recompensar con este ascenso». Arzuaga subrayó que «la Ertzaintza debe tener como prioridad en su agenda política aclarar los efectos de su propia violencia y dar verdad y justicia plena al caso de Iñigo Cabacas».

Sortu, por su parte, apostilló que «con el nombramiento de Jorge Aldekoa, la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, ha anclado a la Ertzaintza en el lado más oscuro de tiempos pasados, lejos de adaptarla a la situación actual que vive Euskal Herria». Recuerda su implicación no solo en la muerte de Cabacas, sino también en el desalojo del gaztetxe Kukutza. Sortu considera «sangrante que el PNV haya premiado con un ascenso a Aldekoa» y exige su rápida destitución.