A Henry Rotich se le acusa de hasta ocho cargos, desde malversación de fondos hasta conspiración para defraudar, relacionados con su papel en la construcción de dos presas a cargo de la compañía italiana CMC Di Ravenna.
La acusación de Rotich puede causar estragos entre la élite política, nada acostumbrada a medidas semejantes contra la corrupción, en un caso que también pone de manifiesto el distanciamiento entre el presidente, Uhuru Kenyatta, y el vicepresidente, William Ruto. Rotich fue nombrado a petición del vicepresidente, que espera recibir la nominación de la coalición de Gobierno para las elecciones a la Presidencia del país en 2022, cuando Kenyatta habrá cumplido dos mandatos y no podrá volver a postularse.
Sin embargo, la persecución contra Rotich ha causado malestar no solo en el vicepresidente, sino en la etnia kalenji, a la que ambos pertenecen, amenazando con extender el conflicto más allá de las líneas políticas.
Las presas de Kimwarer y Arror fueron presupuestadas en 440 millones de euros. Sin embargo, el Ministerio de Finanzas acabó destinando a estos proyectos unos 600 millones independientemente de los resultados, según los documentos del caso.