El cosmopolita Antonio de Guezala se instala a lo grande en el Bellas Artes
Date
27.09.24 - 17.02.25
Lieu
Bizkaia - Bilbo

Más de 7.400 objetos –pinturas y dibujos, carteles, bocetos para escenografías, muebles, así como una parte de su biblioteca personal–, además de varios cuadros se han unido el importante fondo artístico y documental perteneciente al pintor Antonio de Guezala (Bilbo, 1889-1956) que atesora ahora el Museo Bellas Artes de Bilbo y sirven para completar la biografía de este original bilbaino, culto y cosmopolita, marcado por el exilio.
‘La puerta giratoria o Retrato de Begoña de la Sota’ (1927) es una de las obras más icónicas de Antonio de Guezala. En ella, una mujer moderna entra en el hotel Carlton, con una ciudad vibrante a sus espaldas que más parece París que una de las estampas folclóricas tan en boga entre sus contemporáneos.
Con otro de sus cuadros, que también forma parte de la colección del Museo Bellas Artes de Bilbo y se titula ‘Noche de artistas en Ibaigane’ (1927), arranca la historia de amor que Kirmen Uribe recrea en su novela ‘Elkarrekin esnatzeko ordua’ (La hora de despertarnos juntos).
Y ahora, con la pálida y culta ‘Eloísa Guinea de Guezala’ (1916) y el resto de los 7.400 objetos donados por los descendientes del pintor –2.089 exlibris, 4.000 sellos, muebles...–, la pinacoteca bilbaina se ha convertido en el centro de referencia para la conservación e investigación de la obra de este pintor cosmopolita y multidisciplinar cuya vida, como la de sus contemporáneos estuvo marcada por la guerra y el exilio.
Gran parte de este corpus procede de un nieto y dos biznietos, quienes, a su vez, lo recibieron intacto de la hija del pintor, Julia Guezala Guinea (1922-2008).
A Eloísa Guinea de Guezala, hija del pintor Anselmo Guinea y primera mujer de Guezala, el pintor la retrató pálida, hermosa y ojerosa en una confortable estancia de La Cerca, el chalet con jardín que los Guezala habitaban en la calle Gordoniz. Sentada en un sillón de colorida tapicería, toma el té, en una mesa con mantelería fina, donde descansa un libro.
En este refinado entorno se aprecian, a su espalda, unos cuadros del propio Guezala. Eloísa falleció en 1922 tras diez años de vida en común, seis hijos y habiendo compartido parecidos intereses culturales y artísticos. Tras su muerte, Guezala se casó con Francisca Larequi, compañera de sus años de madurez y madre de sus otros cuatro hijos.
Este cuadro es uno de los adquiridos por el museo bilbaino gracias a la aportación de los Amigos del Museo y a la colaboración de la Fundación BBK. También se ha hecho con la pintura “Choque de tranvías en El Arenal” (1922)a, así como la acuarela ‘Bailarina’ (1916) de su amiga, la pintora y diseñadora Sonia Delaunay.
Guezala fue el artista vasco de su generación que más se interesó por la renovación de formas y temas impulsada por el arte moderno europeo durante las dos primeras décadas del siglo XX. Culto y cosmopolita, de formación autodidacta y enorme curiosidad intelectual, nació en una próspera familia de la burguesía bilbaína y rompió con la tradicional familiar.
En la Guerra del 36, colaboró en la salvaguarda del patrimonio artístico vasco y, entre 1937 y 1941, permaneció en el exilio, acompañando al grupo de danza y música Eresoinka –para el que realizó numerosas escenografías, además de su emblema– por diversas ciudades europeas.
Regresó a Bilbo con su familia en 1941, pero ya no le fue posible retomar ni su vida anterior, ni su carrera.
La exposición estará abierta hasta el 17 de febrero en las salas 8 y 10.
Emplacement
Museo de Bellas Artes de Bilbo
Bilbo. Bizkaia