Hace unos días, el alcalde de Donostia del PNV, Eneko Goia, se felicitaba por la que calificaba de gran noticia para la ciudad, refiriéndose a las posibilidades de edificación en los terrenos que ocupan los cuarteles de Loiola. El caso es que en su día, y tras años de gestiones, se firmó un acuerdo por el que el Estado vendía esos terrenos al Ayuntamiento, habiéndose llegado incluso a fijar un precio, que entonces se dijo que era de 73,5 millones de euros. Se hablaba de que se podrían construir unas 1.500 viviendas, que después pasaron a ser 1.700 y más tarde 1.750. Pero luego resultó que Costas dijo que los cuarteles se edificaron a 20 metros del cauce del Urumea porque estaban destinados a la defensa, pero que en el caso de viviendas el retranqueo, por razones de seguridad, debía ser necesariamente de 100 metros. Un bombazo, porque en tal caso, el precio resultaba astronómico, pues el número de viviendas que podría edificarse sería muchísimo menor. Y se paralizó la operación hasta que se resolvieran las alegaciones que hicieron contra la resolución de Costas. Al final, estas prosperaron y se va a poder construir con retranqueo de solo 20 metros con el argumento de que eso ha sido así desde hace muchos años. Y Goia entiende que esa es una gran noticia, algo que me permito poner en duda, habida cuenta de que esos terrenos están situados en una zona calificada como inundable a medio-largo plazo y no hay más que consultar la hemeroteca para recordar que el Urumea se ha salido de madre en muchas ocasiones. Pero eso no les importa, hasta que pase lo que nadie desea, pero que ha ocurrido hace bien poco con la dana con desastrosas consecuencias en vidas y daños materiales.A ponerse la medalla también se sumó Aitor Esteban, que presumió de que así arregla el PNV los problemas reales, y repetía: «nada menos que 17.500 (¡!) viviendas que se van a construir». Ya sabemos que uno de Bilbao construye lo que le da la gana, pero, hombre, de 1.750 a 17.500... El ojo de Aitor engorda al constructor.