Alvaro  Reizabal
Alvaro Reizabal
Abogado

Iguales ante la ley

Ha sido fuerte como le pidió Mariano, su jefe de filas, y ha conseguido un récord imbatible: de 30 años de condena ha cumplido seis y dos meses.

Leo en un medio propiedad de la Iglesia una noticia que transcribe con alborozo la gran noticia de que el Tribunal Supremo ha establecido una jurisprudencia, en virtud de la cual el recurso del fiscal contra las resoluciones que acuerdan la libertad de los presos políticos vascos, sea por acceso al tercer grado, libertad condicional o por cualquier otra razón legalmente contemplada en la vigente legislación penitenciaria, paralizará su excarcelación.

Siempre vendieron la moto de que los vascos no accedían a estas situaciones de libertad vigilada porque no aceptaban la legislación penitenciaria, y que si lo hicieran y cesara la actividad armada, el sistema aceleraría sus excarcelaciones. Del cese de la lucha armada hace más de una década, y, ahora resulta que, cuando la administración penitenciaria competente acuerda alguna forma de cumplimiento atenuado de las penas, el fiscal de la Audiencia Nacional recurre sistemáticamente por razones tan peregrinas como que la fórmula utilizada por el preso para asumir sus responsabilidades no es la correcta, ya que no pide un explícito perdón a las víctimas, y, esto aún en los casos en que no hay víctimas.

Pero era inexplicable ver en las fotos como los presos salían en libertad y a los pocos meses volvían a entrar al revocar la AN la resolución que les excarceló, algo que iba a repetirse si, como es probable, la administración vasca vuelve a acordar su libertad. Así que había que poner solución al problema, y esta ha llegado en forma de dos sentencias a la carta del Supremo: a partir de ahora, en caso de delitos graves, se suspenderá la excarcelación si el fiscal recurre.

Coincidiendo en el tiempo, ha accedido al régimen de semilibertad Luis Bárcenas, «Luis el Cabrón», conocido por ese alias por razones que no es preciso explicar. Ha sido fuerte como le pidió Mariano, su jefe de filas, y ha conseguido un récord imbatible: de 30 años de condena ha cumplido seis y dos meses. A la vista de la pena, sus delitos son graves, pero el fiscal, que se sepa, no ha recurrido. Y es que es uno de los suyos.

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