Amparo Lasheras
Amparo Lasheras
Periodista

El hombre que fue peligroso

Algo que me hizo sonreír fue la naturalidad con que, dentro de un discurso tan social, reivindicó su orgullo y su derecho a ser independentista catalán

La primera vez que escuché a Arcadi Oliveres fue en Gernika, en abril de 2017, en la jornada que organizó Ongi Etorri Errefuxiatuak en solidaridad con las personas refugiadas y para denunciar las políticas de muerte de la UE. Fue una de esas intervenciones que dejan una satisfacción ideológica que se recuerda siempre. Ameno y cercano en su lenguaje, como experto economista y activista incansable que fue, no se anduvo con rodeos, ni dulcificó sus palabras, al señalar al sistema y al hacer neoliberal de los gobiernos europeos, como únicos culpables de la tragedia y del caos humanitario que ya entonces se estaba asentando en el sur de Europa. Algo que me hizo sonreír fue la naturalidad con que, dentro de un discurso tan social, reivindicó su orgullo y su derecho a ser independentista catalán.

Para escribir estas líneas he pedido a un compañero de OEE, que le conoció mejor que yo, que le describiese en pocas palabras. «Fue un gran referente –me contestó– un hombre sencillo y muy accesible para la gente, antiimperialista, anticapitalista, antimilitarista, antimonárquico, republicano e independentista catalán». Me pareció precioso haber sido tantas cosas peligrosas para el sistema y, al final de la vida, no haber dejado ninguna de ellas en el olvido. Arcadi Oliveres murió el 6 de abril en una primavera tan incierta como el mundo que acaba de dejar.

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