Amparo Lasheras
Amparo Lasheras
Periodista

Mi amiga acaba de editar un libro

Creo que cuando escribimos siempre dejamos espacios invisibles para que la memoria colectiva haga las últimas anotaciones

Así es. Mi amiga acaba de editar un libro. Se trata de una edición muy especial, solo para las personas que le quieren, su familia, su compañero, sus amigas… Lo ha escrito porque necesitaba compartir sus vivencias más angustiosas, las que se estrellan en el alma y bloquean las emociones.

«Una inesperada llamada telefónica el 21 de diciembre cambia mi vida –escribe– Me invade un sentimiento de incredulidad al escuchar la palabra cáncer». La enfermedad –explica en otra página– me ha llevado a emprender un viaje en el tiempo y hacia mi interior… transitando por un montón de emociones e historias personales… Mi deseo es no olvidar quienes somos, de dónde venimos y recordar las cosas importantes… esas que nos arraigan de verdad a la vida».

Es tarde, pero sigo leyendo porque me gusta lo que leo. Descubro sensaciones que me resultan familiares; vivencias y sentimientos que siendo suyos, los identifico con un tiempo que quizás nos pertenece a todas. Hace poco me regaló un libro, “El Lugar”, de Annie Ernaux y me ocurrió lo mismo. Creo que cuando escribimos siempre dejamos espacios invisibles para que la memoria colectiva haga las últimas anotaciones.

Tener amigas que todavía regalan libros es una suerte, pero que además sean valientes y los escriban, es un lujo que no tiene tiempo ni edad.

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