Anjel Ordóñez
Anjel Ordóñez
Periodista

Esperando a omega

La OMS buscaba evitar la estigmatización de aquellos países en los surgía cada mutación. Algo, que, por otra parte, se consigue de forma muy limitada

Como ya sabrán, la OMS decidió en su momento bautizar a las variantes de la covid con el nombre de las letras del alfabeto griego. Una decisión, como otras muchas de las que se han tomado desde el ámbito de las autoridades sanitarias en el devenir de esta pandemia, adoptada con buena fe, pero que pronto tendrá que ser revisada. La OMS buscaba, con esta nomenclatura, evitar la estigmatización de aquellos países en los surgía cada mutación. Algo, que, por otra parte, se consigue de forma muy limitada, porque tarde o temprano la información siempre trasciende y, por ejemplo, la comunidad internacional, especialmente la occidental, no tarda en dictar severas normas de aislamiento para con las zonas afectadas por los primeros casos en el tercer mundo.

El caso es que, o bien la OMS no esperaba la cantidad de variantes que se están produciendo, o es que su conocimiento del alfabeto griego es sorprendentemente limitado. El actual sistema de nomenclatura se estrenó en mayo, y ya vamos por ómicron. Tenemos adjudicadas alfa, beta, gamma, epsilon, eta, iota, kappa, zeta, lambda, mu y ómicron. Algunos de ustedes ya habrán caído en la cuenta de que faltan nu y xi. Al parecer, la primera se la han comido porque su pronunciación en inglés se parece mucho al término «new» y puede dar a equivocaciones. Tiene lógica. Y la segunda, xi, porque es un apellido muy común en China. Tan común que lo lleva el propio Xi Jinping, el actual líder del país asiático. También se entiende, no es cuestión de ofender.

Pero sigo. En un sistema perfecto, lo que empezó con alfa, debería terminar con omega. Es decir, que nos quedan por sufrir pi, ro, sigma, tau, ípsilon, fi, ji (aunque este también es nombre chino, aunque no sea el del secretario general del CC del PCCh), psi y la propia omega. Después, se acaba. Falta saber qué, la covid o la existencia humana. Yo, por si acaso, iría estudiando el alfabeto hebreo.

Acabo. La gematría es un método de interpretación de nombres basada en la asignación de un número a cada letra. Según este sistema aplicado al alfabeto judío, Covid tiene un valor de 766. Vamos, que no es el número de la bestia, pero tampoco anda muy lejos.

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