Zygmunt Bauman fue un sociólogo polaco de origen judío, reconocido como uno de los pensadores sociales más influyentes del siglo pasado. Sus teorías giran en torno al concepto de modernidad líquida y defiende algo a estas alturas incontestable: la desaparición de la democracia de la mayoría de las instancias de toma de decisión en la sociedad actual. Según su particular argumentario, hemos transitado desde una «modernidad sólida» –estructurada, previsible y estable– a una «modernidad líquida» –frágil, rápida y volátil–. Si en el primer estadio el Estado reunía la política y el poder, poniendo en valor la democracia como sistema de control (más o menos eficaz), en la actualidad los poderes económico y tecnológico han superado este paradigma: los mercados financieros, corporaciones multinacionales y grandes plataformas digitales asumen las decisiones críticas sin control por parte de la ciudadanía.Los casos de corrupción que en los últimos meses han sacudido el panorama político en el Estado español, especialmente el que implica a Cristóbal Montoro y a las empresas gasistas, vienen a certificar no solo las tesis de Bauman, sino las sospechas de la mayoría de los ciudadanos: la separación entre los poderes político y económico no existe. El dinero manda y el resto obedece. ¿Quiere decir esto que todo está perdido? No. El primer paso, tras reconocer el problema y su magnitud, es fomentar una conciencia crítica en la sociedad. Es urgente recuperar los espacios públicos como fuentes de deliberación y decisión, afrontar una rehumanización de la vida social a través de herramientas como el diálogo intercultural y la solidaridad. No es tarea menor porque, como también dice Bauman, hemos renunciado a nuestra responsabilidad como ciudadanos para convertirnos en meros consumidores. Y si bien es cierto que a día de hoy en Euskal Herria no estamos libres de este modelo, también lo es que acumulamos una larga y fértil experiencia en el desarrollo de modelos de solidaridad y de reivindicación. Tal vez haya que revitalizarlos, pero es el único camino.