La semana pasada estrenamos la primavera. Este año también, la estación que la sangre altera ha llegado al hemisferio norte, en general, bastante adelantada. Como consecuencia, las plantas florecen antes de lo normal y eso, según sostienen biólogos y agrónomos, las hace más vulnerables a las plagas y a las enfermedades. Además, provoca la desincronización con los agentes polinizadores: las flores aparecen antes de que los insectos comiencen su actividad, y eso reduce la producción de semillas y recorta el proceso reproductivo de las plantas. Más importante es la alteración que esta anticipación climática, que hace años dejó de ser excepcional, provoca en los ecosistemas. Los cambios en los ciclos de floración pueden desestabilizar las relaciones entre diferentes especies, lo que llevaría al colapso de algunas poblaciones si no logran adaptarse con la suficiente rapidez. Algo parecido ocurre con los animales. En las aves, ya se han constatado cambios severos en los patrones migratorios. Inviernos más templados y primaveras prematuras confunden a estos animales, que, por ejemplo, recortan sus distancias de migración y colonizan nuevas áreas geográficas, provocando serios desajustes en esos ecosistemas. Pero no solo eso. Los animales han de enfrentarse al desorden en sus ciclos biológicos, especialmente en la reproducción y la cría, al estrés térmico, a la propagación de nuevas patologías, a la proliferación de especies invasoras y a una grave alteración de los hábitats. ¿Y los seres humanos? En general, y con honrosas excepciones, no los veo muy preocupados. Como mucho, andan algo despistados con los refranes. Algunos muy populares, como «Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo» o «En abril, aguas mil» han quedado obsoletos, necesitados de actualización. Qué decir de «Por Todos los Santos la nieve en los altos, por San Andrés la nieve en los pies» o de «Por San Blas verás las cigüeñas volar y si no las vieres, año de nieves». Como decía Gila, «el pronóstico para mañana es relativo, a lo mejor llueve o a lo mejor no. Dependerá del tiempo».