Arturo Puente
Arturo Puente

No todo es estrategia

Y un Gobierno que ha estado espiando a una parte de tu población, a tus aliados, a tu equipo e incluso a ti mismo… es bastante plausible que no merezca más crédito por tu parte

Hay algunas corrientes del independentismo catalán que preferirían desprenderse de cualquier responsabilidad en lo que aún es una comunidad autónoma, como si la independencia la regalaran como premio a la coherencia. Es un fastidio tratar con estos porque en realidad lo suyo no es política sino un catecismo. Pero eso no puede llevar a lo contrario, a ensalzar todas las contradicciones como si fuesen prueba de que hay una estrategia infalible detrás. Ni entender toda renuncia como pasos necesarios de un plan perfecto y que, por ello, debe estar al margen de la crítica.

El Govern de Torra era de los primeros, andaba sin rumbo y naufragó. El Govern de Aragonès sigue un mapa, pero navega sobre contradicciones, algunas tan altas que podrían acabar sepultándole. La reacción al caso del espionaje que llevaron a cabo órganos del Estado sobre una sesentena de independentistas puede convertirse en una ola peligrosa si ERC no entiende bien el alcance del problema.

Aragonès tiene una hoja de ruta, que no pasa por la confrontación contra el Gobierno sino por la incidencia sobre él; que no es de ruptura unilateral sino de conquistas en una negociación. Bien hasta aquí. No sé si es una vía que debe explorarse, pero es al menos una vía. Pero solo el tonto sigue la linde cuando ya ha acabado. Y un Gobierno que ha estado espiando a una parte de tu población, a tus aliados, a tu equipo e incluso a ti mismo… es bastante plausible que no merezca más crédito por tu parte ni esté en condiciones de entablar diálogo. Por muy mal que te venga a nivel estratégico o por mucho que rompa tus planes.

Sobre todo porque una de las funciones de la Generalitat, con todas las limitaciones que tiene, es representar a unos ciudadanos catalanes que se sienten, muchos de ellos, sin Estado, es decir, sin ciudadanía. Y por tanto sin derechos. A los que pueden venir y detener sin más o a quienes pueden rebuscarles entre las fotos de sus vacaciones sin que pase nada. Es obligación del Govern responder ante estos, que encima son los suyos. No hay pragmatismo, ni cálculo político, ni genial análisis estratégico por el que merezca la pena dejarlos en la estacada.

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