Siguen cayendo las bombas en Gaza
aunque no aturda su estruendo ni mate su metralla
siguen cayendo las bombas,
sepultando escombros y rompiendo vidas,
aunque ya no levanten fumarolas de sangre
ni abrasen los ojos sus malditos destellos,
siguen cayendo bombas sobre Palestina.
Las de todos los días,
las bombas del despojo,
las bombas del asedio,
las bombas de rutina,
las bombas del olvido.
«Gaza recupera la calma», dicen los grandes medios.
«Vuelve la normalidad a Palestina».
Los ciegos aprovechan la tregua para mejor no ver para otro lado.
(Preso politikoak aske)
El terror de la tregua
Aunque ya no levanten fumarolas de sangre/ ni abrasen los ojos sus malditos destellos,/ siguen cayendo bombas sobre Palestina.
