El jefe de espías, cuya carrera militar la inició cuando el Caudillo, es Doctor Honoris Causa por la prestigiosa Universidad Rey Juan Carlos, (allí donde acuden hombres y mujeres del PP a licenciarse de manera rauda y veloz a la par que hacen acopio de másters con los que “desconfirmar” sus ignorancias). Caballero de la Real, Muy Antigua e Ilustre Cofradía de Caballeros Cubicularios de San Ildefonso. Doscientos caballeros con licencia para matar en defensa de los restos de San Ildefonso. Marciales con sus capas y cruces son acompañados de féminas apeinetadas con mantilla. Con gente tan bizarra velando por la seguridad de todos, España siéntese segura: donde los reyes no roban, los jueces no prevarican, el clero no abusa de impúberes, los empresarios no explotan a nadie y la policía no tortura porque lo prohíbe la ley; tampoco se espía a nadie. “Además se conculcaría la Ley si hablara de ello” dice el gobierno más progresista; Ley de Secretos Oficiales de 1968 propia de un Estado de Derecho como ya demostrara el ministro de Justicia Ruiz Cárabo en 1974, “Vivimos, sin duda, en un Estado de Derecho que tiene un origen muy concreto: el acto histórico fundacional del 18 de julio de 1936. Esta fecha tan decisiva en la historia de España, que inaugura el tiempo de la paz de Franco, es también fuente de Derecho.” Leña al desafecto.

¿Y la sujeción a la ley de los poderes públicos, el control de la legalidad de sus actuaciones y su funcionalización a la tutela y a la satisfacción de los derechos constitucionalmente garantizados como principio fundamental del Estado de Derecho? Eso es de extranjeros afeminados, aquí somos más del Derecho del Estado