Nafarroa Oinez vuelve a las Tierras Medias, bueno, a la Zona Media, que no es lo mismo pero es igual. La cosa no va de elfas, enanos y trolls, aunque no es de extrañar que algunas de estas figuras de la narrativa de Tolkien nos vengan a la cabeza, sobre todo las últimas, cuando de la lengua vasca y del odio contra ella se trata. Vivimos tiempos de desesperanza, malestares y resentimientos y las derechas azuzan las pasiones tristes para canalizar las consecuencias de las políticas que promueven y convertir estas emociones en nuevo combustible para insistir en esas mismas políticas o versiones incluso peores. Este es uno de los signos de los tiempos que vivimos, una era de trolls, en nuestro caso, de trolls contra el euskera.

Tafalla ha cambiado mucho en las últimas décadas. Una de esas transformaciones tiene que ver con la ikastola y sus cincuenta años de historia. Mucho más que un proyecto educativo, estamos ante un movimiento social cristalizado que ha sido capaz de irradiar, de crear, de construir y de contribuir a cambiar la ciudad. Lejos quedan los primeros momentos de la «escuela de los vascos», percibida por mucha gente como algo lejano, ajeno, extraño.

Oinez 2022 llega a Tafalla tras la pandemia y sus efectos y con varios años de UPN fuera de las instituciones navarras y la propia alcaldía de la ciudad, pero sin que la legislación euskarófoba haya sido superada. Los cambios han sido muy limitados en este terreno, en el que sigue primando la lógica de régimen mediante la alianza UPN-PSN. Si la lengua vasca avanza es por impulso popular, contra numerosas trabas y en un mundo cada vez más complejo.

La cita de este domingo 16 de octubre es a la vez una ocasión para celebrar lo logrado y construido hasta ahora y demandar nuevos cambios que permitan superar las políticas trolls contra nuestra lengua. Si camina Tafalla, camina Euskal Herria. ¿Nos vemos en Tafalla?